La Naranja amarga
fifa.com
Invictos durante 25 partidos y clasificados para la final con la fuerza que dan 14 victorias seguidas, los Oranjes han tenido que enterrar esas dos rachas gloriosas este domingo en Johannesburgo. Y en el peor de los momentos: en el minuto 116 de combate.
Si las series de triunfos siempre tienen un fin, hay situaciones en las que su término pesa en el estómago como una indigestión. Los holandeses, que llegaron a Soccer City con el firme propósito de concluir allí en apoteosis un recorrido histórico emprendido en el verano de 2008, han sufrido la derrota más amarga de su historia. La Copa Mundial de la FIFA sigue evitándoles. Después de Alemania 1974 y de Argentina 1978, los Países Bajos habían hecho suyo el lema "a la tercera va la vencida", pero al final la máxima que prevaleció fue la de "no hay dos sin tres". Y el disgusto se vio reflejado en los rostros de sus jugadores, como el de Wesley Sneijder, que no podía contener las lágrimas, o el de Dirk Kuyt, con el gesto desencajado y el ánimo "aniquilado".
Bert van Marwijk y su tropa de realistas tuvieron la oportunidad de exorcizar la maldición y de hacerse con el Grial codiciado por todo un reino. "España tuvo más ocasiones, pero con un poco más de acierto podríamos haber ganado", comenta el técnico holandés. Sus pragmáticos de ayer se convirtieron en los infortunados de hoy, a falta del acierto necesario para recompensar el respeto a un plan de juego que llevaba el sello del mago Van Marwijk. "Hemos tenido nuestras oportunidades pero Casillas ha marcado la diferencia", señala a la FIFA John Heitinga. En efecto, habría bastado un poco más de tino en los dos mano a mano de Arjen Robben contra el meta madridista para que el partido basculase del lado neerlandés.
"Ellos han tenido más ocasiones que nosotros", admite Maarten Stekelenburg ante los micrófonos de la FIFA. Los ibéricos han dominado, sí, pero no lo suficiente para cauterizar la herida sangrante de la Oranje. "Es difícil de digerir, máxime después de haber recibido el gol a falta de apenas unos minutos para el final", confiesa Robben. Los semblantes de los neerlandeses a la salida del vestuario lo decían todo respecto al grado de la decepción. "Después de haber perdido dos finales, queríamos llegar hasta lo más alto por encima de todo esta vez y entrar en la historia. Vinimos aquí con esa ambición. Es duro perder así", añade Stekelenburg.
"Nada que reprocharse"
En las declaraciones del guardameta del Ajax se discierne que él ya lo había visto venir: "Yo no estaba pensando todavía en los penales, porque tenía que concentrame a fondo en lo que estaba pasando sobre el campo. Desde el inicio de la prolongación, empecé a sentir que los españoles estaban metiendo mucha más presión". Andrés Iniesta le daría la razón al sucesor de Edwin van der Saar, batiéndolo de un tiro cruzado a cuatro minutos de la anhelada tanda definitiva. "Pensé realmente que ir a los penales nos daría una gran oportunidad de ganar este Mundial. Este gol es un trago muy difícil de pasar", asegura Heitinga, expulsado en el minuto 109.
En este concierto de lamentaciones y reproches, las notas positivas son raras. Pero después de la tristeza vendrá el momento de hacer balance con la cabeza reposada. No obstante, Robben ya tiene unas cuantas cosas claras: "El equipo no tiene nada que reprocharse. Hemos hecho todo lo que hacía falta para ser campeones. Se puede estar orgulloso del recorrido realizado y de lo que hemos logrado". En el último partido de su carrera, el capitán Giovanni van Bronckhorst se declara asimismo "orgulloso de pertenecer a este equipo pese al fracaso". Dentro de apenas unas horas, todos van a regresar a casa y no tendrán demasiado tiempo de rumiar la derrota. Porque pronto vendrá la hora de volver a empezar una nueva aventura.
Invictos durante 25 partidos y clasificados para la final con la fuerza que dan 14 victorias seguidas, los Oranjes han tenido que enterrar esas dos rachas gloriosas este domingo en Johannesburgo. Y en el peor de los momentos: en el minuto 116 de combate.
Si las series de triunfos siempre tienen un fin, hay situaciones en las que su término pesa en el estómago como una indigestión. Los holandeses, que llegaron a Soccer City con el firme propósito de concluir allí en apoteosis un recorrido histórico emprendido en el verano de 2008, han sufrido la derrota más amarga de su historia. La Copa Mundial de la FIFA sigue evitándoles. Después de Alemania 1974 y de Argentina 1978, los Países Bajos habían hecho suyo el lema "a la tercera va la vencida", pero al final la máxima que prevaleció fue la de "no hay dos sin tres". Y el disgusto se vio reflejado en los rostros de sus jugadores, como el de Wesley Sneijder, que no podía contener las lágrimas, o el de Dirk Kuyt, con el gesto desencajado y el ánimo "aniquilado".
Bert van Marwijk y su tropa de realistas tuvieron la oportunidad de exorcizar la maldición y de hacerse con el Grial codiciado por todo un reino. "España tuvo más ocasiones, pero con un poco más de acierto podríamos haber ganado", comenta el técnico holandés. Sus pragmáticos de ayer se convirtieron en los infortunados de hoy, a falta del acierto necesario para recompensar el respeto a un plan de juego que llevaba el sello del mago Van Marwijk. "Hemos tenido nuestras oportunidades pero Casillas ha marcado la diferencia", señala a la FIFA John Heitinga. En efecto, habría bastado un poco más de tino en los dos mano a mano de Arjen Robben contra el meta madridista para que el partido basculase del lado neerlandés.
"Ellos han tenido más ocasiones que nosotros", admite Maarten Stekelenburg ante los micrófonos de la FIFA. Los ibéricos han dominado, sí, pero no lo suficiente para cauterizar la herida sangrante de la Oranje. "Es difícil de digerir, máxime después de haber recibido el gol a falta de apenas unos minutos para el final", confiesa Robben. Los semblantes de los neerlandeses a la salida del vestuario lo decían todo respecto al grado de la decepción. "Después de haber perdido dos finales, queríamos llegar hasta lo más alto por encima de todo esta vez y entrar en la historia. Vinimos aquí con esa ambición. Es duro perder así", añade Stekelenburg.
"Nada que reprocharse"
En las declaraciones del guardameta del Ajax se discierne que él ya lo había visto venir: "Yo no estaba pensando todavía en los penales, porque tenía que concentrame a fondo en lo que estaba pasando sobre el campo. Desde el inicio de la prolongación, empecé a sentir que los españoles estaban metiendo mucha más presión". Andrés Iniesta le daría la razón al sucesor de Edwin van der Saar, batiéndolo de un tiro cruzado a cuatro minutos de la anhelada tanda definitiva. "Pensé realmente que ir a los penales nos daría una gran oportunidad de ganar este Mundial. Este gol es un trago muy difícil de pasar", asegura Heitinga, expulsado en el minuto 109.
En este concierto de lamentaciones y reproches, las notas positivas son raras. Pero después de la tristeza vendrá el momento de hacer balance con la cabeza reposada. No obstante, Robben ya tiene unas cuantas cosas claras: "El equipo no tiene nada que reprocharse. Hemos hecho todo lo que hacía falta para ser campeones. Se puede estar orgulloso del recorrido realizado y de lo que hemos logrado". En el último partido de su carrera, el capitán Giovanni van Bronckhorst se declara asimismo "orgulloso de pertenecer a este equipo pese al fracaso". Dentro de apenas unas horas, todos van a regresar a casa y no tendrán demasiado tiempo de rumiar la derrota. Porque pronto vendrá la hora de volver a empezar una nueva aventura.