Korn resucita su sonido original
EEUU, Agencias
Atrás quedó la exploración musical. Esta nueva encarnación de Korn es de todo, menos nueva. Su inspiración, esta vez, es su propia historia.
Quizás fue el desdén con el que muchos de sus seguidores acogieron su último material, lo cierto es que la banda californiana reclutó de nuevo al productor de sus primeros dos discos, Ross Robinson, para rescatar su sonido.
El resultado es Korn III: Remember Who You Are, que, pese al título con el número tres, es la novena producción de estudio del grupo.
La mano de Robinson fue fundamental en el proceso. Por un lado, el productor los conocía desde los tiempos en que no eran nadie, solo una banda en busca de éxito; pasaban hambre y vivían el día a día.
El productor trató de recrear esos días en el estudio, en donde no se permitió a nadie ajeno al grupo, solo los cuatro músicos y Robinson estaban presentes en el cuarto de grabación con una misión: el renacimiento de Korn.
Además, lograron olvidarse de las presiones de las grandes casas discográficas. Esta es su primera producción para el sello independiente Roadrunner.
Lejos de preocuparse de cuándo debería salir el primer sencillo o qué pensaría el representante, se concentraron en hacer el disco que querían hacer y... punto.
Los primeros frutos ya empiezan a caer en el cesto de la gloria de la banda, liderada por el cantante Jonathan Davis.
El grupo lo completan el guitarrista James Munky Shaffer, el bajista Reginald Fieldy Arvizu y el baterista Ray Luzier, quien tras acompañar a la banda en sus últimas giras se incorpora en este álbum, de manera oficial, a la alineación de Korn.
Este nuevo material de la banda ha recibido, en su mayoría, elogios de la prensa especializada, que alaba el regreso a una propuesta más cruda de Korn.
Por si fuera poco, el disco debutó, esta semana, en el segundo puesto de los 200 álbumes más vendidos de la semana, según el reporte de la revista Billboard, detrás solo del exitoso Recovery, de Eminem.
Asimismo, la producción de Korn se colocó al tope de las listas de rock y de música alternativa de la misma publicación.
Según la revista, con Korn III, que salió al mercado el martes 13, la banda vendió 63.000 en su primera semana, lo cual está muy por debajo de las 123.000 copias que colocó su producción sin título del 2007 durante la primera semana, y que también debutó en el segundo puesto de ventas.
Desvío. Las críticas que le llovieron a la agrupación con la publicación de su álbum del 2007 se concentraban en decir que la banda se había estancado, se sentía cansada y obsoleta.
Lo que una vez había sido una novedosa combinación del metal con elementos del hip hop, entre otros, se convirtió en una fórmula que ya empezaba a dar señales de desgaste o estaba repleta de excesos.
Ya desde el 2005, Korn había empezado a trabajar con el equipo de productores llamado The Matrix, más conocido por crear el concepto de discos como el álbum debut de la canadiense Avril Lavigne, entre otros. Fue así como el sonido de Korn empezó a escucharse recargado. Mucho adorno.
Aunque sencillos como Twisted Transistor y Coming Undone tuvieron un mayor éxito con el público general, en las emisoras de rock alternativo empezaron a marcar una tendencia al descenso, la cual se acentuó con los sencillos posteriores. El cambio era imperativo.
“Con nuestro disco anterior chocamos contra la pared en términos de experimentación”, le dijo el cantante a la revista Billboard, el mes anterior.
Para encarrilarse en el sendero que la banda se había fijado en sus inicios, el grupo decidió deshacerse de toda la tecnología que había incorporado en sus últimas producciones discográficas.
“Nos desnudamos de toda la porquería. Este es solo un disco simple de Korn, con batería, bajo, guitarra y yo. Fue como una bocanada de aire fresco”, dijo Davis.
De igual forma, prometió que los próximos álbumes de Korn se harán solo de esta manera, ya sea con Ross Robinson o alguien más, pero nada de ornamentos.
No obstante, Davis ha asegurado ante la prensa de su país que tampoco desprecia el material producido por el grupo durante su época de experimentación, el cual afirma que le encanta y es grandioso.
Al dejar de lado toda la tecnología que se había incorporado al sonido de Korn, Davis cree que se logró un álbum más honesto y sobre todo más satisfactorio, según le dijo al sitio AZ Central.
En este mismo sentido, el vocalista agregó que cuando depositaron el peso del sonido del grupo en la tecnología se volvieron más perezosos, por lo que este nuevo trabajo representó un gran reto para la banda.
Terapia. Tortura e infierno. Esas fueron las dos palabras utilizadas por el vocalista Davis para describir el proceso de producción del nuevo disco, durante una entrevista con la revista Billboard.
“Yo llegaba con algunas letras y las revisábamos línea por línea y hablábamos de todo lo que había detrás de ellas... Cuando empezaba a cantarlas, él (Robinson) utilizaba todas esas cosas en mi contra, era como echarle sal a la herida. Se metía en mi cabeza y me llevaba a un lugar muy malo. Caí en depresión, muy duro”, dijo el cantante.
“Hasta mi psiquiatra estaba molesto y quería llamarlo a él para preguntarle qué le estaba haciendo a este pobre chico”, recordó Davis.
Tan intenso fue el proceso de grabación que una vez concluido, el músico dejó de hablarle al productor por un buen tiempo.
“Luego lo llamé para agradecerle. Él hizo lo que tenía que hacer para que el disco saliera en la forma correcta. Yo sabía que era necesario, pero fue un infierno”, agregó.
Como resultado, el álbum ha sido descrito como “puro dolor”, ya que desnuda mucho de los demonios que Davis tuvo que enfrentar desde pequeño, como abuso infantil por parte de su padre.
Una muestra de esto es el primer sencillo del álbum, llamado Oildale (Leave Me Alone), en el cual se hace referencia a un pasado doloroso y la angustia por encontrar una salida.
La canción viene acompañada por un video, donde se muestra a un niño pobre, mendingando en las calles, mientras la banda toca en medio de un callejón frente a una casa quemada.
La canción alcanzó el top 10 de las listas de rock de la revista Billboard, con lo que se convirtió en su noveno tema en alcanzar dicho estatus en esa categoría musical.
Si la calidad del grupo estaba en entredicho, esa herida parece ahora que ha empezado a sanar.
Atrás quedó la exploración musical. Esta nueva encarnación de Korn es de todo, menos nueva. Su inspiración, esta vez, es su propia historia.
Quizás fue el desdén con el que muchos de sus seguidores acogieron su último material, lo cierto es que la banda californiana reclutó de nuevo al productor de sus primeros dos discos, Ross Robinson, para rescatar su sonido.
El resultado es Korn III: Remember Who You Are, que, pese al título con el número tres, es la novena producción de estudio del grupo.
La mano de Robinson fue fundamental en el proceso. Por un lado, el productor los conocía desde los tiempos en que no eran nadie, solo una banda en busca de éxito; pasaban hambre y vivían el día a día.
El productor trató de recrear esos días en el estudio, en donde no se permitió a nadie ajeno al grupo, solo los cuatro músicos y Robinson estaban presentes en el cuarto de grabación con una misión: el renacimiento de Korn.
Además, lograron olvidarse de las presiones de las grandes casas discográficas. Esta es su primera producción para el sello independiente Roadrunner.
Lejos de preocuparse de cuándo debería salir el primer sencillo o qué pensaría el representante, se concentraron en hacer el disco que querían hacer y... punto.
Los primeros frutos ya empiezan a caer en el cesto de la gloria de la banda, liderada por el cantante Jonathan Davis.
El grupo lo completan el guitarrista James Munky Shaffer, el bajista Reginald Fieldy Arvizu y el baterista Ray Luzier, quien tras acompañar a la banda en sus últimas giras se incorpora en este álbum, de manera oficial, a la alineación de Korn.
Este nuevo material de la banda ha recibido, en su mayoría, elogios de la prensa especializada, que alaba el regreso a una propuesta más cruda de Korn.
Por si fuera poco, el disco debutó, esta semana, en el segundo puesto de los 200 álbumes más vendidos de la semana, según el reporte de la revista Billboard, detrás solo del exitoso Recovery, de Eminem.
Asimismo, la producción de Korn se colocó al tope de las listas de rock y de música alternativa de la misma publicación.
Según la revista, con Korn III, que salió al mercado el martes 13, la banda vendió 63.000 en su primera semana, lo cual está muy por debajo de las 123.000 copias que colocó su producción sin título del 2007 durante la primera semana, y que también debutó en el segundo puesto de ventas.
Desvío. Las críticas que le llovieron a la agrupación con la publicación de su álbum del 2007 se concentraban en decir que la banda se había estancado, se sentía cansada y obsoleta.
Lo que una vez había sido una novedosa combinación del metal con elementos del hip hop, entre otros, se convirtió en una fórmula que ya empezaba a dar señales de desgaste o estaba repleta de excesos.
Ya desde el 2005, Korn había empezado a trabajar con el equipo de productores llamado The Matrix, más conocido por crear el concepto de discos como el álbum debut de la canadiense Avril Lavigne, entre otros. Fue así como el sonido de Korn empezó a escucharse recargado. Mucho adorno.
Aunque sencillos como Twisted Transistor y Coming Undone tuvieron un mayor éxito con el público general, en las emisoras de rock alternativo empezaron a marcar una tendencia al descenso, la cual se acentuó con los sencillos posteriores. El cambio era imperativo.
“Con nuestro disco anterior chocamos contra la pared en términos de experimentación”, le dijo el cantante a la revista Billboard, el mes anterior.
Para encarrilarse en el sendero que la banda se había fijado en sus inicios, el grupo decidió deshacerse de toda la tecnología que había incorporado en sus últimas producciones discográficas.
“Nos desnudamos de toda la porquería. Este es solo un disco simple de Korn, con batería, bajo, guitarra y yo. Fue como una bocanada de aire fresco”, dijo Davis.
De igual forma, prometió que los próximos álbumes de Korn se harán solo de esta manera, ya sea con Ross Robinson o alguien más, pero nada de ornamentos.
No obstante, Davis ha asegurado ante la prensa de su país que tampoco desprecia el material producido por el grupo durante su época de experimentación, el cual afirma que le encanta y es grandioso.
Al dejar de lado toda la tecnología que se había incorporado al sonido de Korn, Davis cree que se logró un álbum más honesto y sobre todo más satisfactorio, según le dijo al sitio AZ Central.
En este mismo sentido, el vocalista agregó que cuando depositaron el peso del sonido del grupo en la tecnología se volvieron más perezosos, por lo que este nuevo trabajo representó un gran reto para la banda.
Terapia. Tortura e infierno. Esas fueron las dos palabras utilizadas por el vocalista Davis para describir el proceso de producción del nuevo disco, durante una entrevista con la revista Billboard.
“Yo llegaba con algunas letras y las revisábamos línea por línea y hablábamos de todo lo que había detrás de ellas... Cuando empezaba a cantarlas, él (Robinson) utilizaba todas esas cosas en mi contra, era como echarle sal a la herida. Se metía en mi cabeza y me llevaba a un lugar muy malo. Caí en depresión, muy duro”, dijo el cantante.
“Hasta mi psiquiatra estaba molesto y quería llamarlo a él para preguntarle qué le estaba haciendo a este pobre chico”, recordó Davis.
Tan intenso fue el proceso de grabación que una vez concluido, el músico dejó de hablarle al productor por un buen tiempo.
“Luego lo llamé para agradecerle. Él hizo lo que tenía que hacer para que el disco saliera en la forma correcta. Yo sabía que era necesario, pero fue un infierno”, agregó.
Como resultado, el álbum ha sido descrito como “puro dolor”, ya que desnuda mucho de los demonios que Davis tuvo que enfrentar desde pequeño, como abuso infantil por parte de su padre.
Una muestra de esto es el primer sencillo del álbum, llamado Oildale (Leave Me Alone), en el cual se hace referencia a un pasado doloroso y la angustia por encontrar una salida.
La canción viene acompañada por un video, donde se muestra a un niño pobre, mendingando en las calles, mientras la banda toca en medio de un callejón frente a una casa quemada.
La canción alcanzó el top 10 de las listas de rock de la revista Billboard, con lo que se convirtió en su noveno tema en alcanzar dicho estatus en esa categoría musical.
Si la calidad del grupo estaba en entredicho, esa herida parece ahora que ha empezado a sanar.