Grondona, el "dueño de la pelota" en Argentina

Veronica Smink
BBC Mundo, Argentina

Argentina continúa esta semana la "telenovela" en torno a la estrella de fútbol más famosa de todos los tiempos, Diego Maradona, y su posible continuidad al frente del seleccionado nacional.
Pero mientras todos especulan sobre el futuro del DT –decisión que se sigue postergando y que podría resolverse la semana que viene- el centro de la atención se corrió por unas horas a otra figura central del fútbol local: Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Un grupo de hinchas organizó una manifestación frente a la sede de la AFA para exigir la renuncia del dirigente, que maneja la institución desde hace 31 años.
Los simpatizantes, que comprometieron su asistencia a través del sitio social Facebook, enumeraron los motivos de su pedido:

"Clubes de todas las divisiones en crisis, negocios irregulares, decisiones unilaterales en las reuniones de AFA (…) no quiere a técnicos que no pueda manipular", son algunas de las acusaciones contra Grondona.
La organización no gubernamental que apoyó la manifestación, Salvemos al Fútbol, responsabiliza al dirigente de tener vínculos con barras bravas, bandas de hinchas violentos algunos de los cuales viajaron al Mundial de Sudáfrica junto al equipo nacional, lo que generó un escándalo en el país.

"Sistema mafioso"


Las acusaciones contra Grondona se han multiplicado en los últimos tiempos.
El ex presidente del club de fútbol Vélez, Raúl Gámez, dijo a BBC Mundo que el jefe de la AFA "nunca se ha atrevido a hacerle frente a las bandas".
Según Gámez, en el fútbol argentino opera un "sistema mafioso" de prebendas, que los directivos de clubes no se atreven a frenar por temor a que la justicia castigue su participación.

El dirigente, quien en el pasado anunció su intención de competir por la presidencia de la AFA aunque hasta el momento nunca se presentó a elecciones, acusa a Grondona de financiar a los hinchas más violentos, cargo que el dirigente niega.
"Jamás los he conocido (a los barras bravas), no tengo trato (con ellos)", se defendió Grondona, en medio de la polémica que suscitó la presencia de varios de los hinchas más cuestionados en Sudáfrica, donde fueron deportados por las autoridades locales.

Astucia política

No es la primera vez que Grondona es blanco de críticas durante sus tres décadas de gestión, ni tampoco es inusual que sus detractores lo tachen de "mafioso".
Según el periodista Ariel Borenstein, que en 2001 publicó el libro "Don Julio", sobre Grondona, el dirigente, que cumplirá 79 años en septiembre, es considerado "El Padrino" del fútbol argentino.

A pesar de sus muchos críticos, el "dueño de la pelota" -como lo apodó su biógrafo- es la figura pública que más ha logrado subsistir al frente de un organismo nacional, superando por lejos a la mayoría de los funcionarios y políticos del país.
"El principal logro de Grondona ha sido la habilidad de subsistir", opinó Borenstein, cuando BBC Mundo le consultó sobre los mayores éxitos obtenidos por el dirigente durante su largo reinado.

Según el autor, la longevidad del líder al frente de la AFA se ha debido a su capacidad para sacar provecho político de los muchos gobiernos a los que vio pasar.
Incluso el arribo de Grondona a la jefatura de la organización, en 1979, se debió –según Borenstein- a su habilidad para convencer al gobierno de facto de Jorge Rafael Videla de que el reciente triunfo de la selección nacional en el Mundial de 1978 podía ser capitalizado a favor del régimen militar.

La caja

Desde entonces, el presidente de la AFA, quien antes de asumir el cargo fundó el club de fútbol Arsenal y dirigió Independiente, logró aferrarse al poder "manteniendo el control de la caja", de acuerdo con el periodista.

Grondona pactó la televisación del fútbol con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Según esta visión, compartida por muchos, durante su larga gestión a cargo del fútbol argentino, Grondona modeló una estructura financiera que obliga a los clubes a depender económicamente del organismo central.
Las fuertes deudas que mantienen en la actualidad la mayoría de las escuadras argentinas le dan al dirigente -según sus detractores- un poder absoluto, que lo hace inamovible.

Sin embargo, para Grondona, la crisis por la que atraviesan los clubes es consecuencia de un mal manejo interno, un problema de larga data que su institución buscó paliar.
"Fui tolerante, bondadoso con el reparto del dinero. La problemática del fútbol no se sintió antes porque la AFA ayudó permanentemente a todos los clubes. Y no lo hice por votos, sino porque yo también fui dirigente y sabía muy bien que la pasión superaba la economía", afirmó en 2009 al diario Perfil, en una de las pocas entrevistas que concedió en los últimos años.

Durante su prolongada trayectoria, Grondona recibió siempre el respaldo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), del cual es uno de sus vicepresidentes.
En particular, contó a través de los años con el apoyo de otros dos dirigentes de "larga data": el brasileño Joao Havelange y el actual jefe de la FIFA, el suizo Joseph Blatter.

Sin competencia

Si bien la presidencia de la AFA se renueva cada cuatro años, lo cierto es que el predominio de Grondona en las últimas tres décadas ha sido tal que sólo una vez, en 1991, apareció un rival que lo obligó a competir en elecciones.
El fallecido ex árbitro Teodoro Nitti obtuvo apenas un voto cuando se enfrentó al poder del "dueño de la pelota".

Desde entonces han sido muy pocos quienes se han postulado como competencia del dirigente y ninguno el que ha llegado a desafiarlo en comicios.
Así las cosas, en octubre de 2007 Grondona logró su séptima reelección consecutiva al frente de la AFA, cargo que ocupará hasta 2011.
Para algunos, ese año, en el que cumplirá 80, marcará el fin de su largo legado.
Sin embargo, otros creen que Don Julio nunca dejará el poder realmente.

Para Borenstein, el contrato que firmó Grondona en 2009 con el gobierno de Cristina Fernández, que le aportará a la AFA unos US$154 millones anuales por la televisación del fútbol, es una movida clásica del histórico dirigente y demuestra que está lejos de colgar la toalla.

Consultado por el diario Perfilsobre su propio futuro, de cara a las elecciones del año próximo, Grondona respondió:
"Yo nunca me presenté. Desde que empecé a ser presidente, nunca pedí ni me presenté. Las circunstancias me llevaron", señaló, dejando la puerta abierta una vez más.

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