Cónsul de Bolivia asegura que relación bilateral con Chile marcha invariable sobre agenda de 13 puntos
La Paz, ABI
El cónsul general de Bolivia en Chile, Wálker San Miguel, aseguró el domingo que la relación entre La Paz y Santiago, basada en una agenda de 13 puntos que incorpora por primera vez la demanda marítima boliviana y fraguada entre 2006 y 2009, no se resintió durante los primeros meses de la administración del presidente chileno, el empresario de derechas Sebastián Piñera.
La traumática relación boliviano chilena desde finales del siglo XIX y que no logró superar un estado de reciedumbre durante el siglo XX, ?no ha bajado el nivel? en los últimos 4 meses ?con relación a la que existía con la presidenta (Michelle) Bachelet?, entre 2006 y 2009, significó San Miguel en declaraciones a un programa dominical de la radio y televisión estatales en La Paz.
La certeza de San Miguel sale a relucir después que, según el periódico chileno El Mercurio, el canciller de su país, Alfredo Moreno, dijo que Piñera hubo afirmado al vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, en un encuentro a fines de junio en Santiago, que Chile ?no está disponible para hablar de soberanía? en cuanto refiere al reclamo marítimo boliviano.
De acuerdo con el impreso, Piñera hubo entregado a García Linera ?un mensaje? en ese sentido para Morales.
El mandatario boliviano dijo haber escuchado un solo encargo de Piñera a su homólogo boliviano, una invitación a los actos del Bicentenario de la independencia de Chile el 18 de setiembre que viene.
San Miguel, designado cónsul boliviano en Chile a principios de marzo pasado, subrayó que al agenda de los 13 puntos, cuyo inciso 6 refiere el reclamo boliviano por una salida soberana al mar Pacífico, se mantiene en pleno vigor, a despecho de intereses que quieren verla volar por los aires.
?La agenda de los 13 puntos es el hito más importante? de la historia bilateral de ambos países, afirmó San Miguel al tiempo de asegurar que el cambio de gobierno en Chile impone la remoción paulatina de autoridades y la asimilación de aquélla en la perspectiva de la reanudación de la negociación.
Ex ministro de la Defensa y, por tanto, impulsor de un acercamiento inédito de las armas de ambos países, San Miguel subrayó que ?el tema (marítimo boliviano) debe resolverse por la vía del diálogo?.
El diplomático boliviano mostró una publicación del tabloide chileno La Tercera en que García Linera destaca como impostergable la reivindicación marítima del país andino amazónico y al contrastarla, sin proponerlo, con El Mercurio, denunció que existen intereses soterrados opuestos a un arreglo definitivo del contencioso boliviano chileno.
?Hay terceros interesados en que se defenestre toda la relación?, dijo al repudiar ?intereses mezquinos?, ?mentalidades anquilosadas en el siglo XIX y XX?.
Bolivia y Chile viven el momento de mayor acercamiento de la relación bilateral, signado por promisorios encuentros recientes entre Piñera y Morales.
En el último de ellos, en Madrid, a fines de abril, Piñera pidió a su homólogo boliviano retomar el tratamiento de la Agenda de 13 puntos, que comporta el secular reclamo boliviano de una salida soberana al mar, desacelerado hace, más menos, un semestre, por el cambio de gobierno en Chile que se registró el 11 de marzo, pero también a causa del megaterremoto que destruyó en centro sur chileno dos semanas antes.
Otra muestra del nivel en que se encuentra la relación bilateral es la visita recentísima de Estado a Chile por García Linera, primer vicepresidente boliviano que se desplaza a La Moneda.
La decisión de Piñera, de reanudar el diálogo bilateral, que además comporta una definición sobre las aguas manantiales del Silala, que nacidas en el suroccidente del territorio boliviano abastecen, merced a un acuerdo de derecho internacional privado suscripto en 1908 entre la Prefectura de Potosí y una empresa de ferrocarriles de la región de Antofagasta, parecía reactivar el mejor momento, en décadas, de la relación bilateral, marcada a fe y fuego por el centenario reclamo boliviano de una salida soberana al mar Pacífico, que registra la historia común de ambos países.
Bachelet, predecesora de Piñera, y Morales han entablado, entre 2006 y 2009, el diálogo más fructífero en la historia de Bolivia y Chile.
La Paz y Santiago han construido en ese lapso una relación de "confianza mutua" y la piedra miliar de ésta se patenta en la agenda de 13 puntos que discuten sin prisas ni pausas y que incluye por primera vez la reivindicación marítima de Bolivia.
La Paz y Santiago han mejorado en el último tiempo sustancialmente su relación, reducida, desde 1989, a un intercambio comercial, favorable, en una proporción de 9 a 1, a Chile y ahora signada por inéditos intercambios en el área militar, en la educación y la tecnología y también en el campo político, preñada de viajes de misiones parlamentarias de uno y otro lado.
Por primera vez en la historia bilateral, La Moneda (sede del gobierno chileno) se avino a discutir sin remilgos el reclamo marítimo boliviano en 2006, pese a fundar sus argumentos en el carácter irretroactivo del Tratado de Paz y Límites de 1904.
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1962, cuando La Moneda desvió unilateralmente el Río Lauca, de curso internacional, para alimentar sembríos en la puna de Atacama.
Bolivia carece de acceso al mar Pacífico desde 1879, cuando, en alianza con Perú, enfrentó militarmente a Chile.
En la denominada guerra del Pacífico (1879-83), Bolivia perdió 400 km lineales de costa y 120.000 km cuadrados de territorios en la puna del Atacama, a favor de Chile.
Bolivia demanda desde 1904, cuando suscribió un Tratado de Paz y Límites, que selló su enclaustramiento geográfico, la reposición de una salida a marítima, por vía de un corredor soberano en el límite septentrional de Chile y la frontera sur de Perú.
El contencioso marítimo planteado por Perú en 2009, por el control de 100.000 km de aguas marítimas, ha frenado en seco la negociación boliviano chilena.
El cónsul general de Bolivia en Chile, Wálker San Miguel, aseguró el domingo que la relación entre La Paz y Santiago, basada en una agenda de 13 puntos que incorpora por primera vez la demanda marítima boliviana y fraguada entre 2006 y 2009, no se resintió durante los primeros meses de la administración del presidente chileno, el empresario de derechas Sebastián Piñera.
La traumática relación boliviano chilena desde finales del siglo XIX y que no logró superar un estado de reciedumbre durante el siglo XX, ?no ha bajado el nivel? en los últimos 4 meses ?con relación a la que existía con la presidenta (Michelle) Bachelet?, entre 2006 y 2009, significó San Miguel en declaraciones a un programa dominical de la radio y televisión estatales en La Paz.
La certeza de San Miguel sale a relucir después que, según el periódico chileno El Mercurio, el canciller de su país, Alfredo Moreno, dijo que Piñera hubo afirmado al vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, en un encuentro a fines de junio en Santiago, que Chile ?no está disponible para hablar de soberanía? en cuanto refiere al reclamo marítimo boliviano.
De acuerdo con el impreso, Piñera hubo entregado a García Linera ?un mensaje? en ese sentido para Morales.
El mandatario boliviano dijo haber escuchado un solo encargo de Piñera a su homólogo boliviano, una invitación a los actos del Bicentenario de la independencia de Chile el 18 de setiembre que viene.
San Miguel, designado cónsul boliviano en Chile a principios de marzo pasado, subrayó que al agenda de los 13 puntos, cuyo inciso 6 refiere el reclamo boliviano por una salida soberana al mar Pacífico, se mantiene en pleno vigor, a despecho de intereses que quieren verla volar por los aires.
?La agenda de los 13 puntos es el hito más importante? de la historia bilateral de ambos países, afirmó San Miguel al tiempo de asegurar que el cambio de gobierno en Chile impone la remoción paulatina de autoridades y la asimilación de aquélla en la perspectiva de la reanudación de la negociación.
Ex ministro de la Defensa y, por tanto, impulsor de un acercamiento inédito de las armas de ambos países, San Miguel subrayó que ?el tema (marítimo boliviano) debe resolverse por la vía del diálogo?.
El diplomático boliviano mostró una publicación del tabloide chileno La Tercera en que García Linera destaca como impostergable la reivindicación marítima del país andino amazónico y al contrastarla, sin proponerlo, con El Mercurio, denunció que existen intereses soterrados opuestos a un arreglo definitivo del contencioso boliviano chileno.
?Hay terceros interesados en que se defenestre toda la relación?, dijo al repudiar ?intereses mezquinos?, ?mentalidades anquilosadas en el siglo XIX y XX?.
Bolivia y Chile viven el momento de mayor acercamiento de la relación bilateral, signado por promisorios encuentros recientes entre Piñera y Morales.
En el último de ellos, en Madrid, a fines de abril, Piñera pidió a su homólogo boliviano retomar el tratamiento de la Agenda de 13 puntos, que comporta el secular reclamo boliviano de una salida soberana al mar, desacelerado hace, más menos, un semestre, por el cambio de gobierno en Chile que se registró el 11 de marzo, pero también a causa del megaterremoto que destruyó en centro sur chileno dos semanas antes.
Otra muestra del nivel en que se encuentra la relación bilateral es la visita recentísima de Estado a Chile por García Linera, primer vicepresidente boliviano que se desplaza a La Moneda.
La decisión de Piñera, de reanudar el diálogo bilateral, que además comporta una definición sobre las aguas manantiales del Silala, que nacidas en el suroccidente del territorio boliviano abastecen, merced a un acuerdo de derecho internacional privado suscripto en 1908 entre la Prefectura de Potosí y una empresa de ferrocarriles de la región de Antofagasta, parecía reactivar el mejor momento, en décadas, de la relación bilateral, marcada a fe y fuego por el centenario reclamo boliviano de una salida soberana al mar Pacífico, que registra la historia común de ambos países.
Bachelet, predecesora de Piñera, y Morales han entablado, entre 2006 y 2009, el diálogo más fructífero en la historia de Bolivia y Chile.
La Paz y Santiago han construido en ese lapso una relación de "confianza mutua" y la piedra miliar de ésta se patenta en la agenda de 13 puntos que discuten sin prisas ni pausas y que incluye por primera vez la reivindicación marítima de Bolivia.
La Paz y Santiago han mejorado en el último tiempo sustancialmente su relación, reducida, desde 1989, a un intercambio comercial, favorable, en una proporción de 9 a 1, a Chile y ahora signada por inéditos intercambios en el área militar, en la educación y la tecnología y también en el campo político, preñada de viajes de misiones parlamentarias de uno y otro lado.
Por primera vez en la historia bilateral, La Moneda (sede del gobierno chileno) se avino a discutir sin remilgos el reclamo marítimo boliviano en 2006, pese a fundar sus argumentos en el carácter irretroactivo del Tratado de Paz y Límites de 1904.
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1962, cuando La Moneda desvió unilateralmente el Río Lauca, de curso internacional, para alimentar sembríos en la puna de Atacama.
Bolivia carece de acceso al mar Pacífico desde 1879, cuando, en alianza con Perú, enfrentó militarmente a Chile.
En la denominada guerra del Pacífico (1879-83), Bolivia perdió 400 km lineales de costa y 120.000 km cuadrados de territorios en la puna del Atacama, a favor de Chile.
Bolivia demanda desde 1904, cuando suscribió un Tratado de Paz y Límites, que selló su enclaustramiento geográfico, la reposición de una salida a marítima, por vía de un corredor soberano en el límite septentrional de Chile y la frontera sur de Perú.
El contencioso marítimo planteado por Perú en 2009, por el control de 100.000 km de aguas marítimas, ha frenado en seco la negociación boliviano chilena.