Bolivia recuerda a los héroes que resistieron el golpe de García Meza
La Paz, Abi
El Gobierno homenajeó el sábado a los héroes de la democracia qaue resistieron uno de los golpes militares más cruentos que azotó a Bolivia el pasado 17 de julio de 1980 cuando la asonada fue encabezada por el entonces comandante del Ejérciuto, Luis García Meza, para derrocar al Gobierno democrático de la presidenta Lydia Gueiler Tejada.
Hoy García Meza está encarcelado en el penal de alta seguridad de Chonchocoro, junto a su principal colaborador, el ex coronel Luis Arce Gómez, jefe de los temidos grupos de represión y exterminio de la dictadura. Ambos deben cumplir una condena de 30 años sin derecho a indulto.
Gueiler, hoy con 79 años, dirigía en 1980 un gobierno democrático sobre el cual se cernieron permanentes amenazas de insurrecciones militares a las que pudo sortear hasta que estalló el cruento golpe de Estado Del entonces general Luis García Meza.
La ex presidenta se resistió en forma permanente a las insurrecciones castrenses impulsadas por grupos políticos de oposición, pero fue sorprendida cuando dirigía una reunión de gabinete el 17 de julio de 1980. Pocos meses antes se habían desatado señales fatídicas contra la democracia, como el asesinato del sacerdote jesuita y director del semanario Aquí, Luis Espinal Camps, el 22 de marzo de 1980.
Gueiler fue designada Presidenta en noviembre de 1979 en base a un acuerdo político para recuperar la democracia que había sido violada por el golpe militar del coronel Alberto Natusch Busch, quien solamente pudo mantenerse en la silla Presidencial 15 días hasta que se vio obligado a desalojar el Palacio de Gobierno por la presión civil.
El Gobierno de Gueiler fue asediado por amenazas de nuevos golpes militares y la presión de sectores políticos que tocaban las puertas de los cuarteles para derrocarla.
El día del atentado contra la democracia fue asesinado el líder del Partido Socialista Uno (PS-1), Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuando participaba de una reunión del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) producida en la sede de la Central obrera Boliviana (COB).
Junto a Quiroga Santa Cruz cayeron víctimas de los paramilitares el dirigente minero Gualberto Vega y el obrero Carlos Flores Bedregal
Otros líderes laborales fueron detenidos y recluidos en las caballerizas del Estado Mayor de Ejército junto a periodistas como el secretario ejecutivo de la COB, Juan Lechín Oquendo y los sindicalistas, Simón Reyes, Max Toro, Víctor Lima, Noel Vásquez, Liber Forti y otros.
Grupos paramilitares comandados por el ex coronel Luis Arce Gómez, entre los que se encontraban mercenarios alemanes, italianos, argentinos y de otras nacionalidades, ejecutaron al mediodía del 17 de julio de 1980 una serie de acciones para derrocar al Gobierno con la detención de las autoridades democráticas, dirigentes sindicales y periodistas.
Arce Gómez amenazaba públicamente al pueblo a través de una cadena radial e instaba a los ciudadanos "a 0andar con el Testamento bajo el brazo" si es que se oponían a las acciones de la dictadura
Pese a que esos hechos se produjeron hace 30 años, las heridas del pueblo no cicatrizaron y, contrariamente, se fortaleció la lucha por la democracia. Hoy los bolivianos recordaron esas jornadas de lucha para defender la democracia que se mantiene ininterrumpida desde octubre de 1982.
Para evitar su captura, García Meza huyó a Brasil donde fungía con una identidad falsa hasta que en 1994 fue capturado en un operativo boliviano-brasileño y extraditado en 1995 para que cumpla una condena de 30 años de reclusión, en cumplimiento de un fallo emitido por la Corte Suprema de JNusticia que lo procesó en rebeldía.
Arce Gómez estuvo detenido en cárceles de Estados Unidos casi 15 años acusado por narcotráfico y entregado a la justicia boliviana hace un año para que cumpla la condena de 30 años por violación a la Constitución, los derechos humanos, por asesinatos de líderes políticos y sindicales y por el uso ilegal del patrimonio estatal.
García Meza fue derrocado por un movimiento militar institucionalista que dio lugar a una serie de Gobierno militares hasta octubre de 1982, cuando las Fuerzas Armadas optaron por retirarse a sus cuarteles y dejar el poder a manos de un Gobierno civil Constitucional encabezado por el presidente Hernán Siles Zuazo (1982-1985).
Curiosamente uno de los cabecillas de la caída del gobierno de García fue Natusch Busch, quien junto a otros jefes militares se levantó contra la dictadura de García en guarniciones militares del departamento de Santa Cruz.
Los militares institucionalistas acusaron a García Meza y su Gobierno de haber mellado la dignidad de las Fuerzas Armadas al haberse involucrado con el narcotráfico, además de desarrollar acciones de explotación delictiva de los recursos naturales, como las piedras semipreciosas de La Gaiba en su propio beneficio.
El entonces Ministro del Interior, Luis Arce Gómez, decía que el Gobierno iba a luchar contra el narcotráfico, pero en los hechos solamente lo hizo con los que cometían con él en la fabricación y tráfico de cocaína.
García Meza utilizó la tierra para premiar a los leales a su régimen volviendo a épocas de un vergonzoso latifundismo a cargo de militares y civiles corruptos.
Bolivia era gobernada por grupos militares que contrataron hasta mercenarios extranjeros para sembrar el terror en los grupos de defensa de la democracia, entre ellos el alemán Klaus Barbie y el italiano Stéfano Delle Chiae, que conformaron un grupo denominado "Los Novios de la Muerte".
Según las organizaciones de defensa de los derechos humanos nacionales e internacionales, el régimen de García Meza dejó aproximadamente cinco centenares de víctimas, desapariciones forzadas y 4.000 detenidos.
Durante este régimen también fueron asesinados el 15 de enero 1981 los principales líderes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que se reunía en un domicilio privado en La Paz para planificar la resistencia a la dictadura.
El Gobierno homenajeó el sábado a los héroes de la democracia qaue resistieron uno de los golpes militares más cruentos que azotó a Bolivia el pasado 17 de julio de 1980 cuando la asonada fue encabezada por el entonces comandante del Ejérciuto, Luis García Meza, para derrocar al Gobierno democrático de la presidenta Lydia Gueiler Tejada.
Hoy García Meza está encarcelado en el penal de alta seguridad de Chonchocoro, junto a su principal colaborador, el ex coronel Luis Arce Gómez, jefe de los temidos grupos de represión y exterminio de la dictadura. Ambos deben cumplir una condena de 30 años sin derecho a indulto.
Gueiler, hoy con 79 años, dirigía en 1980 un gobierno democrático sobre el cual se cernieron permanentes amenazas de insurrecciones militares a las que pudo sortear hasta que estalló el cruento golpe de Estado Del entonces general Luis García Meza.
La ex presidenta se resistió en forma permanente a las insurrecciones castrenses impulsadas por grupos políticos de oposición, pero fue sorprendida cuando dirigía una reunión de gabinete el 17 de julio de 1980. Pocos meses antes se habían desatado señales fatídicas contra la democracia, como el asesinato del sacerdote jesuita y director del semanario Aquí, Luis Espinal Camps, el 22 de marzo de 1980.
Gueiler fue designada Presidenta en noviembre de 1979 en base a un acuerdo político para recuperar la democracia que había sido violada por el golpe militar del coronel Alberto Natusch Busch, quien solamente pudo mantenerse en la silla Presidencial 15 días hasta que se vio obligado a desalojar el Palacio de Gobierno por la presión civil.
El Gobierno de Gueiler fue asediado por amenazas de nuevos golpes militares y la presión de sectores políticos que tocaban las puertas de los cuarteles para derrocarla.
El día del atentado contra la democracia fue asesinado el líder del Partido Socialista Uno (PS-1), Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuando participaba de una reunión del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) producida en la sede de la Central obrera Boliviana (COB).
Junto a Quiroga Santa Cruz cayeron víctimas de los paramilitares el dirigente minero Gualberto Vega y el obrero Carlos Flores Bedregal
Otros líderes laborales fueron detenidos y recluidos en las caballerizas del Estado Mayor de Ejército junto a periodistas como el secretario ejecutivo de la COB, Juan Lechín Oquendo y los sindicalistas, Simón Reyes, Max Toro, Víctor Lima, Noel Vásquez, Liber Forti y otros.
Grupos paramilitares comandados por el ex coronel Luis Arce Gómez, entre los que se encontraban mercenarios alemanes, italianos, argentinos y de otras nacionalidades, ejecutaron al mediodía del 17 de julio de 1980 una serie de acciones para derrocar al Gobierno con la detención de las autoridades democráticas, dirigentes sindicales y periodistas.
Arce Gómez amenazaba públicamente al pueblo a través de una cadena radial e instaba a los ciudadanos "a 0andar con el Testamento bajo el brazo" si es que se oponían a las acciones de la dictadura
Pese a que esos hechos se produjeron hace 30 años, las heridas del pueblo no cicatrizaron y, contrariamente, se fortaleció la lucha por la democracia. Hoy los bolivianos recordaron esas jornadas de lucha para defender la democracia que se mantiene ininterrumpida desde octubre de 1982.
Para evitar su captura, García Meza huyó a Brasil donde fungía con una identidad falsa hasta que en 1994 fue capturado en un operativo boliviano-brasileño y extraditado en 1995 para que cumpla una condena de 30 años de reclusión, en cumplimiento de un fallo emitido por la Corte Suprema de JNusticia que lo procesó en rebeldía.
Arce Gómez estuvo detenido en cárceles de Estados Unidos casi 15 años acusado por narcotráfico y entregado a la justicia boliviana hace un año para que cumpla la condena de 30 años por violación a la Constitución, los derechos humanos, por asesinatos de líderes políticos y sindicales y por el uso ilegal del patrimonio estatal.
García Meza fue derrocado por un movimiento militar institucionalista que dio lugar a una serie de Gobierno militares hasta octubre de 1982, cuando las Fuerzas Armadas optaron por retirarse a sus cuarteles y dejar el poder a manos de un Gobierno civil Constitucional encabezado por el presidente Hernán Siles Zuazo (1982-1985).
Curiosamente uno de los cabecillas de la caída del gobierno de García fue Natusch Busch, quien junto a otros jefes militares se levantó contra la dictadura de García en guarniciones militares del departamento de Santa Cruz.
Los militares institucionalistas acusaron a García Meza y su Gobierno de haber mellado la dignidad de las Fuerzas Armadas al haberse involucrado con el narcotráfico, además de desarrollar acciones de explotación delictiva de los recursos naturales, como las piedras semipreciosas de La Gaiba en su propio beneficio.
El entonces Ministro del Interior, Luis Arce Gómez, decía que el Gobierno iba a luchar contra el narcotráfico, pero en los hechos solamente lo hizo con los que cometían con él en la fabricación y tráfico de cocaína.
García Meza utilizó la tierra para premiar a los leales a su régimen volviendo a épocas de un vergonzoso latifundismo a cargo de militares y civiles corruptos.
Bolivia era gobernada por grupos militares que contrataron hasta mercenarios extranjeros para sembrar el terror en los grupos de defensa de la democracia, entre ellos el alemán Klaus Barbie y el italiano Stéfano Delle Chiae, que conformaron un grupo denominado "Los Novios de la Muerte".
Según las organizaciones de defensa de los derechos humanos nacionales e internacionales, el régimen de García Meza dejó aproximadamente cinco centenares de víctimas, desapariciones forzadas y 4.000 detenidos.
Durante este régimen también fueron asesinados el 15 de enero 1981 los principales líderes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que se reunía en un domicilio privado en La Paz para planificar la resistencia a la dictadura.