Boca venció por 1-0 en su primer partido en Oceanía
Sydney, Olé
Gol, figura, y hasta un choque con el árbitro que lo dejó sangrando: Cañete hizo de todo, está de racha y es la gran aparición de Boca en estos amistosos. El Bichi pide cautela.
"Si Riquelme no arregla, Cañete está para ocupar el puesto". El Bichi Borghi, siempre descontracturado, lanzó esta declaración en la radio hace un tiempo y pocos se la deben haber tomado en serio. Pero el técnico sabía de qué hablaba: Marcelo Cañete, de 20 años, hoy convirtió el único gol y fue la figura del encuentro en que Boca derrotó por 1 a 0 a Melbourne Victory en Australia. Hay futuro.
La novela por la renovación de Román generó en paralelo un cuento de fantasía para Marcelo Cañete, el volante surgido de Inferiores. Primero ante Palmerias y hoy en Australia, al "Chelo" le llegó su oportunidad de mostrarse recién a los 20 y no está defraudando justo en el lugar de su ídolo Riquelme, parámetro de comparación desde que brilla en las divisiones menores.
El pibe de Lugano hizo sus primeras armas en el baby fútbol del club Lomas de Lugano, a los 4 años. A los ocho lo descubrió Ramón Maddonni, el mismo mecenas que tuvo Carlos Tevez, y lo llevó al club de la Ribera para jugar en cancha de 11 y también al Club Social Parque, cuna de cracks como Cambiasso, Redondo, Sorín...
Ya en Boca, recién en Novena comenzó a jugar de enganche: antes era utilizado como volante por los costados e incluso de nueve, hasta que encontró el puesto donde estaba más cómodo. Fue parte del equipo que obtuvo el campeonato de Reserva y en este 2010 también se quedó con el trofeo Blue Stars de la FIFA que ganaron las inferiores del club en Suiza.
Habilidoso, con buena pegada y visión del juego, Cañete es uno de esos enganches que están en extinción. Después de tanto tiempo de ostracismo, en la gira cuenta con chances y quién sabe sino arrancará el torneo como titular ante la lesión de Román. Hoy, lo concreto es que el juvenil entró en los libros de la historia xeneize como el jugador que convirtió el primer gol en Oceanía, decretando así que el club marcó tantos en todos los continentes del mundo. Seguramente, su sueño será quedar en las páginas de Boca no sólo como una estadística más.
Gol, figura, y hasta un choque con el árbitro que lo dejó sangrando: Cañete hizo de todo, está de racha y es la gran aparición de Boca en estos amistosos. El Bichi pide cautela.
"Si Riquelme no arregla, Cañete está para ocupar el puesto". El Bichi Borghi, siempre descontracturado, lanzó esta declaración en la radio hace un tiempo y pocos se la deben haber tomado en serio. Pero el técnico sabía de qué hablaba: Marcelo Cañete, de 20 años, hoy convirtió el único gol y fue la figura del encuentro en que Boca derrotó por 1 a 0 a Melbourne Victory en Australia. Hay futuro.
La novela por la renovación de Román generó en paralelo un cuento de fantasía para Marcelo Cañete, el volante surgido de Inferiores. Primero ante Palmerias y hoy en Australia, al "Chelo" le llegó su oportunidad de mostrarse recién a los 20 y no está defraudando justo en el lugar de su ídolo Riquelme, parámetro de comparación desde que brilla en las divisiones menores.
El pibe de Lugano hizo sus primeras armas en el baby fútbol del club Lomas de Lugano, a los 4 años. A los ocho lo descubrió Ramón Maddonni, el mismo mecenas que tuvo Carlos Tevez, y lo llevó al club de la Ribera para jugar en cancha de 11 y también al Club Social Parque, cuna de cracks como Cambiasso, Redondo, Sorín...
Ya en Boca, recién en Novena comenzó a jugar de enganche: antes era utilizado como volante por los costados e incluso de nueve, hasta que encontró el puesto donde estaba más cómodo. Fue parte del equipo que obtuvo el campeonato de Reserva y en este 2010 también se quedó con el trofeo Blue Stars de la FIFA que ganaron las inferiores del club en Suiza.
Habilidoso, con buena pegada y visión del juego, Cañete es uno de esos enganches que están en extinción. Después de tanto tiempo de ostracismo, en la gira cuenta con chances y quién sabe sino arrancará el torneo como titular ante la lesión de Román. Hoy, lo concreto es que el juvenil entró en los libros de la historia xeneize como el jugador que convirtió el primer gol en Oceanía, decretando así que el club marcó tantos en todos los continentes del mundo. Seguramente, su sueño será quedar en las páginas de Boca no sólo como una estadística más.