Argentina multará a los conductores sedados

Veronica Smink
BBC Mundo, Argentina

A partir de ahora los porteños tendrán que pensar dos veces antes de subirse detrás de un volante. Es que aquellos que estén consumiendo fármacos –incluso los legales y recetados por especialistas- podrían ser detenidos y multados por la policía.

Los controles buscarán drogas ilegales pero también recetadas.
A partir de las cero horas del viernes, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a implementar un nuevo control vehicular para detectar si los conductores están manejando bajo la influencia de drogas.

La medida se aplicará en zonas donde operan bares y discotecas y apunta principalmente a detectar el posible uso por parte de los choferes de marihuana, éxtasis y cocaína, sustancias que alteran la capacidad de manejar.
Sin embargo la iniciativa ha generado mucha polémica, ya que también penalizaría el uso de psicofármacos, incluso aquellos recetados por médicos.

Según los especialistas, los productos más usados, los ansiolíticos como las benzodiacepinas, pueden generar efectos hipnóticos, somnolencia, confusión, mareos, sedación, dificultad para coordinar, fatiga ocular y visión borrosa.

En terapia


En Buenos Aires, considerada la ciudad con la mayor concentración de psicoanalistas del mundo, el uso de estas sustancias está en aumento.

Los argentinos toman cada vez más ansiolíticos.
Varias asociaciones de psiquiatría protestaron por las nuevas medidas, afirmando que los pacientes que toman estos químicos bajo supervisión médica no necesariamente padecen efectos secundarios.

A diferencia de lo que ocurre con los controles de alcoholemia, que sólo penalizan a los conductores que tienen más de 0,5 miligramos de alcohol en la sangre, cualquier rastro de un psicofármaco es suficiente para que un conductor dé positivo en las pruebas.
Marcelo Aiello del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Argentina (Cesvi), dijo a BBC Mundo que es necesario crear una ley que especifique qué dosis es aceptable para poder conducir.

No obstante, Aiello aclaró que "cualquier grado de consumo tiene un efecto negativo a la hora de conducir".clic

Las pruebas

Los controles consistirán en una prueba doble: primero se utilizará un pupilómetro para medir la dilatación de las pupilas de los conductores.
Si los resultados indican que se ha consumido drogas, se realizará un segundo examen: una prueba de saliva. Este test especifica con mayor exactitud cuál fue la sustancia ingerida.

Quienes den positivo deberán pagar una multa de entre U$50 y US$500 y se les quitará el auto, además de restarle puntos a su carnet de conductor.
Según el ministro de Justicia y Seguridad del gobierno de la Ciudad, Guillermo Montenegro, Buenos Aires es el primer distrito de América Latina que aplica este tipo de controles.
Países como España, Francia y Alemania ya aplican estas medidas con éxito, de acuerdo con Aiello.

Conciencia


Otra iniciativa que funcionó en Europa es la de colocar íconos en las cajas de psicofármacos que advierten sobre los riesgos para conducir.

El miedo al test de alcoholemia generó un cambio de actitud.
"Los registros de detecciones positivas bajaron un 20% por esta medida", señaló el experto.
Si bien los prospectos médicos advierten sobre los riesgos, Aiello sostiene que "nadie los lee".
En ese sentido, a pesar de que los controles de drogas que se realizarán en las calles de Buenos Aires serán muy pocos (apenas uno o dos de los 24 puestos de alcoholemia tendrán los equipos para evaluar el uso de estas sustancias), el especialista confía en que su efecto sea masivo y fomente la concientización sobre los riesgos de consumir cualquier droga.

"Como en el caso de la alcoholemia, si bien los controles son pocos, la percepción de control es muy amplia y hace que cambien las actitudes", afirmó.

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