Rusia no enviará "de momento" tropas de pacificación a Kirguizistán
Rodrigo Fernández, Moscú, El País
El Gobierno de Kirguizistán ha reconocido su impotencia para imponer el orden en el sur de esa república centroasiática y ha pedido ayuda militar a Rusia después de que los enfrentamientos en Osh y otras ciudades con fuerte minoría uzbeka continuaran anoche y esta mañana, causando ya 75 muertos y casi un millar de heridos. Sin embargo esa ayuda no llegará, por el momento. Rusia ha excluido mandar tropas por sí sola y ha dicho que el tema se tratará con los otros miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que reúne a países surgidos de la desintegración de la Unión Soviética.
En Moscú, la secretaria de prensa del presidente ruso, Natalia Timakova, ha señalado que de momento no se enviarán fuerzas de paz a Kirguizistán. "Es un conflicto interno y por el momento Rusia no ve condiciones para participar en su solución", ha explicado. El Kremlin está estudiando otras formas de ayuda por ahora, agregó. En cuanto al envío de tropas a Kirguizistán, "esa es una decisión que se puede tomar solo de acuerdo con la carta de la ONU y después de consultas con la OTSC". "Dmitri Medvédev, como presidente del Consejo de las Fuerzas de Seguridad Colectiva de la OTSC, ha ordenado realizar el lunes consultas con los secretarios de los consejos de seguridad de los países miembros a fin de elaborar medidas de reacción conjuntas".
La petición de ayuda partió de Rosa Otunbáyeva, presidenta interina de Kirguizistán, que declaró esta mañana que el país necesita "el envío de militares de otros países". "Hemos solicitado ayuda a Rusia. Ya he firmado una carta en ese sentido dirigida al presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev", indicó Otunbáyeva en Osh, la capital kirguiza. "Si anteayer necesitábamos equipos y otros medios especiales para disolver a las partes envueltas en los enfrentamientos, ayer la situación se desbordó", señaló la presidenta.
Otunbáyeva anunció también que había abierto unilateralmente la frontera con Uzbekistán para que los ancianos, mujeres y niños uzbekos pudieran pasar libremente a ese país. La aplastante mayoría de los muertos serían de nacionalidad uzbeka, según fuentes no oficiales. La apertura de la frontera ha sido recibida "con comprensión" por las autoridades de la república vecina.
La decisión de pedir ayuda a Rusia la tomó Otumbáyeva después de que el primer ministro, Félix Kúlov, opinara que el Gobierno provisional debía solicitar con urgencia el envío de tropas de pacificación, ya sea a la ONU o a OTSC. "No importa quién envíe las tropas de pacificación, la ONU o la OTSC. Es un asunto urgente. Mientras se estudia este asunto en Osh muere gente", dijo Kúlov a un grupo de periodistas en Bishkek.
En la zona oeste de Osh -donde viven los uzbekos- las autoridades lanzaron una "operación especial para estabilizar la situación" y el corresponsal de la agencia de noticias rusa, que se encuentra en el lugar de los acontecimientos, informó que se oían disparos de artillería. Sin embargo, más tarde, la situación en esta ciudad se calmó, cosa que se atribuyó a las noticias de que el Gobierno había pedido la intervención rusa. La situación se ha vuelto tensa ahora en otra ciudad del sur de Kirguizistán, Jalalabad, donde 5.000 hombres enfurecidos exigían autobuses para trasladarse a Osh. Ante esto, el Gobierno resolvió imponer el estado de excepción y el toque de queda también en esa ciudad.
El Gobierno de Kirguizistán ha reconocido su impotencia para imponer el orden en el sur de esa república centroasiática y ha pedido ayuda militar a Rusia después de que los enfrentamientos en Osh y otras ciudades con fuerte minoría uzbeka continuaran anoche y esta mañana, causando ya 75 muertos y casi un millar de heridos. Sin embargo esa ayuda no llegará, por el momento. Rusia ha excluido mandar tropas por sí sola y ha dicho que el tema se tratará con los otros miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que reúne a países surgidos de la desintegración de la Unión Soviética.
En Moscú, la secretaria de prensa del presidente ruso, Natalia Timakova, ha señalado que de momento no se enviarán fuerzas de paz a Kirguizistán. "Es un conflicto interno y por el momento Rusia no ve condiciones para participar en su solución", ha explicado. El Kremlin está estudiando otras formas de ayuda por ahora, agregó. En cuanto al envío de tropas a Kirguizistán, "esa es una decisión que se puede tomar solo de acuerdo con la carta de la ONU y después de consultas con la OTSC". "Dmitri Medvédev, como presidente del Consejo de las Fuerzas de Seguridad Colectiva de la OTSC, ha ordenado realizar el lunes consultas con los secretarios de los consejos de seguridad de los países miembros a fin de elaborar medidas de reacción conjuntas".
La petición de ayuda partió de Rosa Otunbáyeva, presidenta interina de Kirguizistán, que declaró esta mañana que el país necesita "el envío de militares de otros países". "Hemos solicitado ayuda a Rusia. Ya he firmado una carta en ese sentido dirigida al presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev", indicó Otunbáyeva en Osh, la capital kirguiza. "Si anteayer necesitábamos equipos y otros medios especiales para disolver a las partes envueltas en los enfrentamientos, ayer la situación se desbordó", señaló la presidenta.
Otunbáyeva anunció también que había abierto unilateralmente la frontera con Uzbekistán para que los ancianos, mujeres y niños uzbekos pudieran pasar libremente a ese país. La aplastante mayoría de los muertos serían de nacionalidad uzbeka, según fuentes no oficiales. La apertura de la frontera ha sido recibida "con comprensión" por las autoridades de la república vecina.
La decisión de pedir ayuda a Rusia la tomó Otumbáyeva después de que el primer ministro, Félix Kúlov, opinara que el Gobierno provisional debía solicitar con urgencia el envío de tropas de pacificación, ya sea a la ONU o a OTSC. "No importa quién envíe las tropas de pacificación, la ONU o la OTSC. Es un asunto urgente. Mientras se estudia este asunto en Osh muere gente", dijo Kúlov a un grupo de periodistas en Bishkek.
En la zona oeste de Osh -donde viven los uzbekos- las autoridades lanzaron una "operación especial para estabilizar la situación" y el corresponsal de la agencia de noticias rusa, que se encuentra en el lugar de los acontecimientos, informó que se oían disparos de artillería. Sin embargo, más tarde, la situación en esta ciudad se calmó, cosa que se atribuyó a las noticias de que el Gobierno había pedido la intervención rusa. La situación se ha vuelto tensa ahora en otra ciudad del sur de Kirguizistán, Jalalabad, donde 5.000 hombres enfurecidos exigían autobuses para trasladarse a Osh. Ante esto, el Gobierno resolvió imponer el estado de excepción y el toque de queda también en esa ciudad.