Ricardo Alfonsín gana el primer asalto para liderar a los radicales
Soledad Gallego, El País
Ricardo Alfonsín ganó el primer asalto para convertirse en líder de los radicales argentinos y en el posible candidato presidencial en 2011. El hijo del llorado presidente Raúl Alfonsín, de 58 años, consiguió el domingo imponerse en las elecciones internas de su partido en la poderosa provincia de Buenos Aires, derrotando claramente al candidato del otro posible líder radical, Julio Cobos.
Alfonsín lanzó rápidamente un mensaje para intentar atraerse a otros grupos de raíz radical y socialista, como los encabezados por Elisa Carrió (Coalición Cívica), Margarita Stolbizer, del Partido GEN (Generación para un Encuentro Nacional), o Hermes Binner, del pequeño Partido Socialista. Igualmente dejó abiertos los puentes con el propio Cobos, que ocupa actualmente la vicepresidencia de la República, pero que está absolutamente enfrentado a los Kirchner.
"Yo tengo una excelente relación con todos ellos. Estamos intentando facilitar el regreso de quienes se alejaron del radicalismo", aseguró Alfonsín. El dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) ha dicho en varias ocasiones que su objetivo es crear una candidatura única, en la que Hermes Binner pueda ser candidato a la vicepresidencia, y que sea capaz de enfrentarse con alguna garantía de éxito al peronismo, que se supone acudirá desunido a las elecciones de 2011, entre quienes apoyan a Néstor Kirchner y quienes le detestan.
Las elecciones internas en Buenos Aires fueron consideradas como el primer pulso con Cobos. La momentánea victoria de Alfonsín animó a los radicales que no desean la vuelta del vicepresidente, considerado en su día un traidor. El jefe del partido, Ernesto Sanz, y el portavoz parlamentario, Gerardo Morales, fueron tajantes: "Queda claro que Ricardo Alfonsín se instala como posible candidato a presidente", aseguró Morales en una emisora de radio.
Alfonsín cobró un nuevo papel político a raíz del fallecimiento de su padre, cuyo entierro se convirtió en una formidable muestra de duelo y recuerdo en las calles de Buenos Aires, en abril de 2009. "La masiva manifestación cívica que significó su sepelio debe ser interpretada como una muestra del nuevo interés de la sociedad argentina por los valores republicanos que representó históricamente el ex presidente, y el radicalismo, en oposición al peronismo. Este proceso de consolidación del radicalismo dependerá de lo que seamos capaces de hacer ahora", declaró entonces a EL PAÍS.
Alfonsín tiene un parecido asombroso con su padre, tanto físico como gestual o en la manera de hablar. Incluso comparte el sentido del humor y acepta bromas sobre el pasado reciente de su partido. Aun así, se pone serio al recordar la salida apresurada del poder de Fernando de la Rúa (el último radical que fue presidente) y la terrible etapa de inestabilidad política, social y económica que le siguió. "La sociedad fue muy severa con nosotros y aprendimos mucho de aquella situación", mantiene.
Las posibilidades de los radicales de volver al Gobierno siguen siendo reducidas, según recientes encuestas. Su única opción pasa por conseguir la unión de todos los grupos centristas y sumar la personalidad de Binner, gobernador socialista de Santa Fe, muy bien considerado en el centro-izquierda. Aun así, derrotar al peronismo exige esperar a ver cómo se resuelve su propia pelea interna.
Ricardo Gil Lavedra, juez que durante el mandato de Raúl Alfonsín condenó a la cárcel a los máximos responsables de la dictadura militar y que es diputado radical, explicó a EL PAÍS que lo importante es "concentrarse en construir un programa alternativo, capaz de encarar el futuro de Argentina para una década". Aunque admite problemas de índole personal para lograr la unidad. Gil Lavedra cree que es "probable" el acuerdo. "El radicalismo está recuperando la confianza de la sociedad, que saltó por los aires con la crisis de 2001. Es indudable que sigue existiendo una fuerte cultura radical [la UCR es el partido más antiguo de Argentina] y que existen condiciones para esa recuperación electoral...".
Ricardo Alfonsín ganó el primer asalto para convertirse en líder de los radicales argentinos y en el posible candidato presidencial en 2011. El hijo del llorado presidente Raúl Alfonsín, de 58 años, consiguió el domingo imponerse en las elecciones internas de su partido en la poderosa provincia de Buenos Aires, derrotando claramente al candidato del otro posible líder radical, Julio Cobos.
Alfonsín lanzó rápidamente un mensaje para intentar atraerse a otros grupos de raíz radical y socialista, como los encabezados por Elisa Carrió (Coalición Cívica), Margarita Stolbizer, del Partido GEN (Generación para un Encuentro Nacional), o Hermes Binner, del pequeño Partido Socialista. Igualmente dejó abiertos los puentes con el propio Cobos, que ocupa actualmente la vicepresidencia de la República, pero que está absolutamente enfrentado a los Kirchner.
"Yo tengo una excelente relación con todos ellos. Estamos intentando facilitar el regreso de quienes se alejaron del radicalismo", aseguró Alfonsín. El dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) ha dicho en varias ocasiones que su objetivo es crear una candidatura única, en la que Hermes Binner pueda ser candidato a la vicepresidencia, y que sea capaz de enfrentarse con alguna garantía de éxito al peronismo, que se supone acudirá desunido a las elecciones de 2011, entre quienes apoyan a Néstor Kirchner y quienes le detestan.
Las elecciones internas en Buenos Aires fueron consideradas como el primer pulso con Cobos. La momentánea victoria de Alfonsín animó a los radicales que no desean la vuelta del vicepresidente, considerado en su día un traidor. El jefe del partido, Ernesto Sanz, y el portavoz parlamentario, Gerardo Morales, fueron tajantes: "Queda claro que Ricardo Alfonsín se instala como posible candidato a presidente", aseguró Morales en una emisora de radio.
Alfonsín cobró un nuevo papel político a raíz del fallecimiento de su padre, cuyo entierro se convirtió en una formidable muestra de duelo y recuerdo en las calles de Buenos Aires, en abril de 2009. "La masiva manifestación cívica que significó su sepelio debe ser interpretada como una muestra del nuevo interés de la sociedad argentina por los valores republicanos que representó históricamente el ex presidente, y el radicalismo, en oposición al peronismo. Este proceso de consolidación del radicalismo dependerá de lo que seamos capaces de hacer ahora", declaró entonces a EL PAÍS.
Alfonsín tiene un parecido asombroso con su padre, tanto físico como gestual o en la manera de hablar. Incluso comparte el sentido del humor y acepta bromas sobre el pasado reciente de su partido. Aun así, se pone serio al recordar la salida apresurada del poder de Fernando de la Rúa (el último radical que fue presidente) y la terrible etapa de inestabilidad política, social y económica que le siguió. "La sociedad fue muy severa con nosotros y aprendimos mucho de aquella situación", mantiene.
Las posibilidades de los radicales de volver al Gobierno siguen siendo reducidas, según recientes encuestas. Su única opción pasa por conseguir la unión de todos los grupos centristas y sumar la personalidad de Binner, gobernador socialista de Santa Fe, muy bien considerado en el centro-izquierda. Aun así, derrotar al peronismo exige esperar a ver cómo se resuelve su propia pelea interna.
Ricardo Gil Lavedra, juez que durante el mandato de Raúl Alfonsín condenó a la cárcel a los máximos responsables de la dictadura militar y que es diputado radical, explicó a EL PAÍS que lo importante es "concentrarse en construir un programa alternativo, capaz de encarar el futuro de Argentina para una década". Aunque admite problemas de índole personal para lograr la unidad. Gil Lavedra cree que es "probable" el acuerdo. "El radicalismo está recuperando la confianza de la sociedad, que saltó por los aires con la crisis de 2001. Es indudable que sigue existiendo una fuerte cultura radical [la UCR es el partido más antiguo de Argentina] y que existen condiciones para esa recuperación electoral...".