Miguel Barnet resalta grandeza del legado de Saramago
Por Anubis Galardy
La Habana, 19 jun (PL) El escritor cubano Miguel Barnet puso de relieve aquí el extraordinario legado del novelista y poeta portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998, su lucidez y dignidad, su honestidad probada.
El autor del Memorial del Convento, La balsa de madera, El evangelio según Jesucristo y Ensayo sobre la ceguera, entre otros títulos imprescindibles, murió hoy en la isla canaria de Lanzarote, a los 87 años, y en su ordenador dejó las últimas líneas de la nueva novela en que trabajaba, Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, título tomado de un verso del gran poeta luso Gil Vicente.
Tuvo para sí la felicidad de poder escribir hasta el último día de su vida, subrayó Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Empezó tarde pero dejó una obra extraordinaria, tanto como su devoción por la literatura. Fue un gran amigo de Cuba y de la Revolución cubana, expresó.
En la UNEAC quedó abierto un Libro de condolencias por su pérdida, que permanecerá en esa institución durante 24 horas.
El fallecimiento de Saramago dejó un hondo pesar en los medios intelectuales y culturales cubanos y en el vasto círculo de sus lectores.
La Habana, 19 jun (PL) El escritor cubano Miguel Barnet puso de relieve aquí el extraordinario legado del novelista y poeta portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998, su lucidez y dignidad, su honestidad probada.
El autor del Memorial del Convento, La balsa de madera, El evangelio según Jesucristo y Ensayo sobre la ceguera, entre otros títulos imprescindibles, murió hoy en la isla canaria de Lanzarote, a los 87 años, y en su ordenador dejó las últimas líneas de la nueva novela en que trabajaba, Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas, título tomado de un verso del gran poeta luso Gil Vicente.
Tuvo para sí la felicidad de poder escribir hasta el último día de su vida, subrayó Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Empezó tarde pero dejó una obra extraordinaria, tanto como su devoción por la literatura. Fue un gran amigo de Cuba y de la Revolución cubana, expresó.
En la UNEAC quedó abierto un Libro de condolencias por su pérdida, que permanecerá en esa institución durante 24 horas.
El fallecimiento de Saramago dejó un hondo pesar en los medios intelectuales y culturales cubanos y en el vasto círculo de sus lectores.