Marcelo Bielsa: "Soy un coleccionista de fracasos"
Marcelo Bielsa (Rosario, 1955) fue un defensa aplicado en Newell's Old Boys, club al que llegó en edad infantil. En la residencia del club compartió habitación con Jorge Valdano y una moto, no fuera que se la robaran. Allí nació una gran amistad que todavía perdura. Bielsa fue tres veces campeón de Argentina (dos con Newell's y una con Vélez) y ganó el oro olímpico con la albiceleste en Atenas 2004. Su Chile se alza ahora como una pared ante España. Bielsa, el técnico que le clasificó para este Mundial antes que Argentina y Uruguay jugando el mejor fútbol de las eliminatorias sudamericanas.
En este momento crucial del Mundial es interesante pararse en su filosofía más pura e íntima. La que le lleva a decir que él es "un coleccionista de fracasos". Mucho se utilizó esa palabra cerca de España pensando en un catacrack total tras el 0-1 con Suiza. Bielsa se posiciona así: "Para mí, la confianza es un sinónimo de relajación. Prefiero el miedo, porque te obliga a estar atento. El conductor de un grupo debe estar siempre pensando en lo peor que puede pasar, para tener lista una respuesta", explicó en una conferencia para empresarios que pagaron 300 dólares por cabeza allá en Santiago de Chile.
"Uno debe querer a quien conduce. Por eso hay que incluir al que no protagoniza y entender que los rebeldes no nos desafían, sino que simplemente están informándonos. Lo que no podemos permitir es que los jugadores dejen de luchar. El desborde, el desorden, lo que pase está admitido. Los choques, los bailes Lo que no está permitido es que dejen de luchar", entiende este Bielsa para quien la relación éxito-fracaso ha sido fundamental en su vida. "Pero el éxito y la felicidad no funcionan como sinónimos. Soy un especialista en fracasos y sé perfectamente que las adhesiones se pierden cuando se acaba el éxito. Hay gente exitosa que no es feliz, y gente feliz que no necesita del éxito. El éxito es una excepción y no un continuo".
El éxito y el liderazgo, tan asociados entre nosotros por Pep Guardiola y, ahora, por Mourinho. Bielsa lo ve así: "El liderazgo de verdad se ve en la derrota. El conductor solo es bueno si ha superado la adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de observación. El liderazgo está directamente relacionado con la derrota. Porque es ahí cuando se verifica la consistencia del conductor. Una de las claves que tiene que tener un líder, es que necesita ser querido para ganar, y no ganar para ser querido".
En este momento crucial del Mundial es interesante pararse en su filosofía más pura e íntima. La que le lleva a decir que él es "un coleccionista de fracasos". Mucho se utilizó esa palabra cerca de España pensando en un catacrack total tras el 0-1 con Suiza. Bielsa se posiciona así: "Para mí, la confianza es un sinónimo de relajación. Prefiero el miedo, porque te obliga a estar atento. El conductor de un grupo debe estar siempre pensando en lo peor que puede pasar, para tener lista una respuesta", explicó en una conferencia para empresarios que pagaron 300 dólares por cabeza allá en Santiago de Chile.
"Uno debe querer a quien conduce. Por eso hay que incluir al que no protagoniza y entender que los rebeldes no nos desafían, sino que simplemente están informándonos. Lo que no podemos permitir es que los jugadores dejen de luchar. El desborde, el desorden, lo que pase está admitido. Los choques, los bailes Lo que no está permitido es que dejen de luchar", entiende este Bielsa para quien la relación éxito-fracaso ha sido fundamental en su vida. "Pero el éxito y la felicidad no funcionan como sinónimos. Soy un especialista en fracasos y sé perfectamente que las adhesiones se pierden cuando se acaba el éxito. Hay gente exitosa que no es feliz, y gente feliz que no necesita del éxito. El éxito es una excepción y no un continuo".
El éxito y el liderazgo, tan asociados entre nosotros por Pep Guardiola y, ahora, por Mourinho. Bielsa lo ve así: "El liderazgo de verdad se ve en la derrota. El conductor solo es bueno si ha superado la adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de observación. El liderazgo está directamente relacionado con la derrota. Porque es ahí cuando se verifica la consistencia del conductor. Una de las claves que tiene que tener un líder, es que necesita ser querido para ganar, y no ganar para ser querido".