Los talibanes avisan a Petraeus
Kabul, Agencias
El objetivo real no era tomar la tercera base en importancia de la OTAN en Afganistán, próxima a Jalalabad y a la frontera paquistaní, sino demostrar que los talibanes están ahí y que tienen capacidad. El ataque tuvo lugar un día después de que el general David Petraeus, nuevo jefe militar de Estados Unidos en Afganistán, dijera en Washington que los próximos meses serán muy duros.
Ocho de los atacantes fallecieron en la operación y dos soldados de la OTAN resultaron heridos leves. El primer dato es de la agencia Associated Press; el segundo, de la Alianza Atlántica. No hubo bajas civiles.
Los talibanes hicieron explotar un coche bomba y lanzaron varias granadas. Eran las 7.30 de la mañana (5.00 de la madrugada peninsular española). Después varios hombres atacaron desde distintas direcciones unas instalaciones. La OTAN asegura que los talibanes no lograron traspasar en ningún momento el perímetro de la base, que incluye un estratégico aeropuerto. La carretera que une Pakistán con Kabul, fuente esencial de aprovisionamiento para la OTAN, estuvo cortada durante varias horas. El portavoz de los talibanes, Mujahid Zabiullah, informó en una conversación telefónica a la agencia Reuters de que en el ataque participaron seis hombres.
Este tipo de acciones suicidas de estilo comando son cada vez más frecuentes en Afganistán. La de ayer fue similar a la llevada a cabo hace unas semanas contra la base de Bagram. La guerra es cada vez más sofisticada, dura y mortífera. En junio han muerto más de 100 soldados extranjeros. Se trata del peor registro desde la invasión a finales de 2001.
En la base atacada ayer hay una notable presencia militar afgana, cuyo Ejército tiene cada vez más protagonismo en las operaciones. El plan a medio plazo de Petraeus es repetir el esquema de Irak: que el aumento de estos soldados entrenados por la OTAN permita una retirada escalonada de las tropas extranjeras. No lejos de allí, en la provincia de Kunar, 600 soldados afganos tratan de derrotar a 250 insurgentes a los que se vincula con Al Qaeda.
España tiene desplegados en Afganistán 1.270 soldados en las provincias de Herat y Badghis.
El objetivo real no era tomar la tercera base en importancia de la OTAN en Afganistán, próxima a Jalalabad y a la frontera paquistaní, sino demostrar que los talibanes están ahí y que tienen capacidad. El ataque tuvo lugar un día después de que el general David Petraeus, nuevo jefe militar de Estados Unidos en Afganistán, dijera en Washington que los próximos meses serán muy duros.
Ocho de los atacantes fallecieron en la operación y dos soldados de la OTAN resultaron heridos leves. El primer dato es de la agencia Associated Press; el segundo, de la Alianza Atlántica. No hubo bajas civiles.
Los talibanes hicieron explotar un coche bomba y lanzaron varias granadas. Eran las 7.30 de la mañana (5.00 de la madrugada peninsular española). Después varios hombres atacaron desde distintas direcciones unas instalaciones. La OTAN asegura que los talibanes no lograron traspasar en ningún momento el perímetro de la base, que incluye un estratégico aeropuerto. La carretera que une Pakistán con Kabul, fuente esencial de aprovisionamiento para la OTAN, estuvo cortada durante varias horas. El portavoz de los talibanes, Mujahid Zabiullah, informó en una conversación telefónica a la agencia Reuters de que en el ataque participaron seis hombres.
Este tipo de acciones suicidas de estilo comando son cada vez más frecuentes en Afganistán. La de ayer fue similar a la llevada a cabo hace unas semanas contra la base de Bagram. La guerra es cada vez más sofisticada, dura y mortífera. En junio han muerto más de 100 soldados extranjeros. Se trata del peor registro desde la invasión a finales de 2001.
En la base atacada ayer hay una notable presencia militar afgana, cuyo Ejército tiene cada vez más protagonismo en las operaciones. El plan a medio plazo de Petraeus es repetir el esquema de Irak: que el aumento de estos soldados entrenados por la OTAN permita una retirada escalonada de las tropas extranjeras. No lejos de allí, en la provincia de Kunar, 600 soldados afganos tratan de derrotar a 250 insurgentes a los que se vincula con Al Qaeda.
España tiene desplegados en Afganistán 1.270 soldados en las provincias de Herat y Badghis.