El Vaticano: ¿un Estado responsable sólo ante su propia ley?

Redacción
BBC Mundo

La ciudad del Vaticano, de 44 hectáreas, y con una población de poco más de 800 personas, es un estado monárquico sacerdotal y eclesiástico, regido por el obispo de Roma, el Papa.
Mientras la Santa Sede, el centro espiritual de unos 1.200 millones de creyentes en todo el mundo, data del cristianismo temprano, el reino enmurallado del Vaticano, en el corazón de Roma, se constituye a partir del Tratado de Letrán, en 1929, firmado durante el gobierno de Benito Mussolini.

El próximo septiembre, el Papa Benedicto XVI podría enfrentar más de una inconveniencia al abandonar su fortaleza para viajar al Reino Unido, si prospera la iniciativa legal de quienes intentarán llevarlo a los tribunales como máximo responsable del encubrimiento de abusos sexuales contra menores, cometidos por sacerdotes católicos.

"Arresten al Papa"

El Papa Benedicto XVI podría enfrentar más de una inconveniencia durante su próxima visita al Reino Unido.
La campaña "Proteste contra el Papa", organizada por la National Secular Society del Reino Unido, una sociedad que tiene como objetivo eliminar el privilegio religioso, hace alarde de haber conseguido veinte mil firmantes en las primeras tres semanas de campaña.

Dos de sus miembros más connotados, el científico Richard Dawkins, y el escritor Christopher Hitchens, han estado realizando las consultas legales del caso para conseguir el enjuiciamiento de Benedicto XVI como máximo responsable de encubrimiento.
El presidente de National Secular Society, Terry Sanderson, le dijo a BBC Mundo que el estatus del Vaticano como estado, de acuerdo con el criterio de Naciones Unidas, arrojaba serias dudas.

"Si la corte determina que el Papa no es el líder de un Estado, éste no tendría inmunidad diplomática y podría ser arrestado para que se establezca su participación en el encubrimiento de los delitos perpetrados contra menores".
Invitado de honor

Para Msr. Andrew Summergill, no hay duda de que el Papa es el líder de un Estado, por lo que gozaría de inmunidad.
Sin embargo, para Monseñor Andrew Summersgill, encargado de organización de la visita papal al Reino Unido, la situación descrita es absolutamente impensable.
"Es la visita oficial del líder de un Estado y el líder moral y pastoral de millones de católicos".

Mons. Summersgill desecha como absurdas las pretensiones de inculpar al Papa como encubridor de hechos de violencia sexual contra menores.
"El Papa Benedicto XVI, y también, me consta, en el tiempo en que era conocido como el cardenal Ratzinger, ha trabajado muy intensamente para producir un cambio radical dentro de la Iglesia al momento de enfrentar el horror de la violencia contra el indefenso".

Entre tanto, en Estados Unidos...

Pero no es sólo la visita al Reino Unido lo que pone en tela de juicio no sólo la posición del Papa sino también la interpretación legal que ofrece la Iglesia al responder a las múltiples acusaciones.

Para Terry Anderson, el Vaticano está tratando de eludir su responsabilidad.
Dos querellas en Estados Unidos incomodan a la jerarquía eclesiástica: una en Louisville, Kentucky, y la otra en Winsconsin, que involucra al Papa, al secretario del estado Vaticano, Tarcisio Bertone, y al deán del colegio cardenalicio de Roma, Angelo Sodano.
En ambos casos, los demandantes afirman que los respectivos obispos estaba enterados de los delitos cometidos por sacerdotes pederastas y decidieron no informar a las autoridades.

En ambos casos, la respuesta de los abogados de la Iglesia es la misma: los obispos no son, técnicamente hablando, empleados de la Iglesia de Roma.
Monseñor Summersgill señala que todo está en aclarar la forma de existencia de la Iglesia.
"De lo que se trata aquí, es de ver cómo existe la Iglesia en lo civil. Por ejemplo, en el Reino Unido, el obispo designado queda a cargo de una organización de beneficencia (a charitable trust) y es responsable, ante esta organización, por las propiedades y activos de la diócesis.

"La ley puede ser distinta en Estados Unidos, pero no estoy seguro", señaló Monseñor Summersgill.
La valoración de Terry Anderson es muy distinta.
"Es una manera muy elástica de entender la ley. Parece que el Vaticano intenta cambiar las reglas del juego cuando le conviene. Si el Vaticano designa sus obispos, no puede decir, después, que no tiene nada que ver con ellos. O una cosa o la otra".
"Me parece un empeño desvergozado de parte del Vaticano para eludir su responsabilidad con gente violentada por sus sacerdotes, gente humillada, tratada de mentirosa cuando da a conocer su sufrimiento".

¿Siguiendo órdenes?


El interrogante que los casos tratan de resolver gira en torno a que si el Papa es un jefe de Estado, y designa a sus obispos, ¿no tienen ellos que obedecer su legislación, no importa bajo qué nombre se promulgue?
En 1962, el Vaticano emitió un documento llamado "Crimen Sollicitacionis". En la interpretación del abogado querellante de Kentucky, William McMurry, el documento es prueba de que existía una política escrita que estipulaba que ningún obispo debía hacer mención de abusos de tipo sexual.

"Jamás he tomado nota de una cosa así", le dijo Monseñor Summersgill a BBC Mundo.
"Siempre he trabajado sobre el principio de que, dondequiera que se cometa un delito, éste debe ser reportado a las autoridades".

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