El golero Green llenó de dudas a Inglaterra
Abel Romera, As
Empate y reparto justo de puntos entre Inglaterra y Estados Unidos en el estadio Real Bafokeng de Sudáfrica. La selección dirigida por Fabio Capello decepcionó en su debut en el Mundial ante el combinado americano. Los británicos tan sólo tardaron cuatro minutos en adelantarse en el marcador por medio de su capitán Steven Gerrard tras un fallo defensivo de los hombres de Bradley. Cuando todo parecía indicar que se marcharían al descanso con ventaja en el marcador, apareció Green y su clamoroso error ante un flojo disparo de Dempsey que acabó significando la igualada en el marcador.
Durante toda la segunda mitad, ambos equipos buscaron el gol de la victoria sin éxito. El partido fue, sin duda, el mejor de los disputados durante las dos primeras jornadas de la Copa del Mundo. Fue un encuentro de ida y vuelta que no permitió ni un respiro. Este domingo se disputará el segundo partido del grupo C entre Argelia y Eslovenia con el liderato en juego tras el empate de las dos favoritas para acceder a octavos.
Una de las selecciones míticas en los Mundiales, Inglaterra, comenzó su andadura en la cita de Sudáfrica 2010 ante un rival mucho más débil en todos los sentidos, Estados Unidos. En los enfrentamientos entre ambas selecciones, los británicos vencieron en siete de los nueve encuentros disputados. 15.000 seguidores ingleses acompañaron a su equipo en su debut a pesar de las dudas sembradas respecto a su papel en esta Copa del Mundo. Para Estados Unidos, el choque se antojaba el encuentro más importante de su historia. Los de Bradley contaban con el hijo del seleccionador como cerebro de un equipo liderado por Landon Donovan, al que su paso por la liga inglesa le ha colgado los galones para liderar a su país en un Mundial. Las miradas estaban centradas en Rooney, uno de los mejores goleadores del mundo que finalmente estuvo escoltado por Milner, recuperado de su virus.
Mirando el once inicial de Estados Unidos quedaron claras las intenciones del equipo americano, plantarle cara a Inglaterra. Bradley puso en liza un equipo muy ofensivo que se sostenía en gran medida en sus dos atacantes de banda, Donovan y Dempsey. El partido comenzó sin un dominador claro, sin un equipo capaz de trenzar una jugada de más de tres pases consecutivos, pero la defensa de Estados Unidos tardó tan sólo cuatro minutos en cometer un error de bulto que permitió al capitán británico Steven Gerrard inaugurar el casillero de goles de Inglaterra en el Mundial a pase de Heskey. Aunque el rival no se desmoronó, las cosas no pudieron empezar mejor para los de Capello. Con el marcador a favor, los americanos estaban obligados a lanzarse a por el empate y dejar espacios muy golosos para los jugadores ingleses.
A pesar de la ventaja de Inglaterra en el marcador, el partido fue muy parejo durante el primer tramo con llegadas con peligro de Estados Unidos incluidas. La mejor, estuvo en la cabeza de Altidore tras una asistencia de lujo de Donovan que no llegó a rematar el delantero del Hull City. Inglaterra contestó a la embestida estadounidense con una ocasión de Lennon que el jugador del Tottenham mandó al limbo ante la indecisión entre pasar el balón o disparar. Inglaterra iba por delante en el marcador, pero Estados Unidos seguía haciendo gala de un buen juego que le ayudaba a poner en aprietos a su rival. Al borde de la media hora de juego Capello optó por hacer el primer cambio del partido retirando a Milner para dar entrada a Wright Philips.
Los intentos de contragolpe de Estados Unidos se desvanecían en cada intento debido a la buena colocación y el buen repliegue de los hombres de Capello. Los de Bradley se vieron obligados a intentarlo con disparos lejanos que se perdían fuera una vez tras otra. Pero en un nuevo intento a cinco minutos del descanso por parte de Dempsey, Green colaboró a seguir mitificando el bajo nivel de los porteros de Inglaterra. Tras un disparo sin peligro del extremo izquierdo americano, Green cometió un increíble, imperdonable y garrafal error que acabó significando el empate para Estados Unidos. Cuando parecía que Inglaterra se marcharía a los vestuarios con superioridad en el marcador, merced al gol de Gerrard, el meta Green se encargó de tirar por tierra todo el trabajo de los suyos en la primera mitad con una 'cantada' que pasará, sin duda, a la historia.
Con la entrada de Carragher en lugar de King comenzó el segundo acto del encuentro, en el que Inglaterra estaba obligada a coser el roto que le había provocado su propio portero en los últimos minutos de la primera mitad. Y así fue, a los de Capello les valió con subir una marcha más en el partido para encerrar en su área a Estados Unidos. Con el dominio inglés llegó una clara ocasión de Heskey que disparó al muñeco en el mano a mano con Howard. Inglaterra adelantó aún más su defensa y provocó que a su rival les costara mucho llegar a las inmediaciones de Green. Aún así, los de Howard participaron en el carrusel de disparos y ocasiones en el que se convirtió el choque mediada la segunda mitad. La oportunidad más clara fue para el estadounidense Altidore, que estrelló el balón en el palo derecho de Green tras deshacerse de Carragher con solvencia.
Con el transcurso de los minutos, quedó claro que el enfrentamiento entre Inglaterra y Estados Unidos era el mejor partido visto en los dos primeros días del Mundial de Sudáfrica. No faltó ni un ápice de emoción, no hubo un momento de respiro y los dos equipos descartaron de forma contundente firmar el empate y el consiguiente reparto de puntos. Teniendo en cuenta que el conjunto británico estaba obligado a ser mejor, como lo hizo en la segunda mitad, resultaba trepidante ver la verticalidad de los futbolistas de ambos equipos de cara a la portería contraria. A medida que se acercaba el final del choque, Estados Unidos fue perdiendo gas e Inglaterra depositó todas sus esperanzas en Wayne Rooney, su referencia y hombre más activo en ataque.
Capello decidió poner sobre el césped toda la pólvora que le quedaba en el banquillo. Heskey dejó su lugar al gigantón Crouch para que este formara pareja atacante con Rooney, que por aquel entonces se fajaba él solo con toda la defensa estadounidense poniéndola en serios aprietos a base de fuerza, ganas y técnica. Los de Capello lo intentaron todo y acabaron el partido dentro del área rival en busca de la victoria, pero la metedura de pata de Green en la recta final de la primera mitad le acabó costando a Inglaterra dos puntos. Este domingo Argelia y Eslovenia se enfrentan en el segundo partido del grupo C con el liderato del grupo en juego tras el empate de los dos favoritos para pasar a octavos.
INGLATERRA 1
ESTADOS UNIDOS 1
Inglaterra: Robert Green; Glen Johnson, John Terry, Ledley King (Jamie Carragher, m.46), Ashley Cole; Aaron Lennon, Frank Lampard, Steven Gerrard, James Milner (Shaun Wright-Phillips, m.31); Wayne Roney, Emile Heskey (Peter Crouch, m.79).
Estados Unidos: Tim Howard; Steve Cherundolo, Jay DeMerit, Oguchi Onyewu, Carlos Bocanegra; Clint Dempsey, Michael Bradley, Ricardo Clark, Landon Donovan; Jozy Altidore (Stuart Holden, m.86), Robbie Findley (Edson Buddle, m.77.)
Goles: 1-0, m.4: Gerrard. 1-1, m.41: Dempsey.
Árbitro: Carlos Simon (Brasil). Tarjetas amarillas, por parte inglesa, a Milner, Carragher; y por Estados Unidos, a Cherundolo, Demerit, Findley.
Incidencias: Primer partido del grupo C del Mundial, disputado en el estadio Royal Bafokeng de Rustenburgo. 38.000 espectadores.
Green llena de dudas a Inglaterra
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