El Gobierno de EE UU abre una investigación criminal sobre el vertido en el Golfo
Washington, Agencias
El fiscal general del Estado, Eric Holder, ha anunciado que el Gobierno federal iniciará una investigación criminal sobre el derrame de petróleo en el Golfo de México. Si ha habido una conducta ilegal, tanto en el accidente como en la posterior respuesta a la catástrofe, "seremos enérgicos en nuestra respuesta", dijo Holder, quien ha viajado hasta Nueva Orleans para conocer de primera mano el impacto de la crisis.
La Casa Blanca parece determinada, 44 días después de iniciado el peor desastre ecológico habido en Estados Unidos, a tomar cartas en el asunto y el presidente también se mostró resolutivo y casi amenazante. Obama ha comenzado hoy martes la semana de trabajo -el lunes fue festivo- con una nueva comparecencia ante la prensa sobre el desastre del vertido de BP en el Golfo. Si los responsables del mayor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos rompieron la ley tendrán que comparecer ante los tribunales de justicia.
Poco antes de que Holder hablara en Nueva Orleans, el mandatario anunciaba la creación de una comisión independiente que investigue lo sucedido desde que el pasado 20 de abril una plataforma petrolífera propiedad de BP se hundiera en las aguas del mar tras un accidente aún sin aclarar. Once trabajadores perdieron la vida. Desde entonces, el crudo no ha dejado de brotar y los millones de litros derramados se cuentan por decenas (entre 80 y 150).
La declaración del presidente no ha dejado lugar a equívocos: la comisión tiene todo su apoyo, "conduzca a donde conduzca" y caiga quien caiga. "Sin miedo ni favoritismos", así ha dicho Obama que el grupo conduciría sus trabajos. El objetivo final, además de buscar responsabilidades, es que la historia no vuelva a repetirse. Si las leyes actuales no son suficientes, se cambiarán, prometió el presidente. Si el Gobierno tiene que endurecer sus controles, lo hará.
La Administración demócrata "redoblará" sus esfuerzos hasta que se logre taponar la fuga y el Golfo esté limpio de petróleo. Hoy mismo, BP ha comenzado una nueva operación -sería la cuarta- para intentar poner fin al escape con una cúpula sobre los restos del pozo submarino. Las apuestas no son muy optimistas. Y menos cuando se acaba de declarar abierta la temporada de huracanes en EEUU.
El fiscal general del Estado, Eric Holder, ha anunciado que el Gobierno federal iniciará una investigación criminal sobre el derrame de petróleo en el Golfo de México. Si ha habido una conducta ilegal, tanto en el accidente como en la posterior respuesta a la catástrofe, "seremos enérgicos en nuestra respuesta", dijo Holder, quien ha viajado hasta Nueva Orleans para conocer de primera mano el impacto de la crisis.
La Casa Blanca parece determinada, 44 días después de iniciado el peor desastre ecológico habido en Estados Unidos, a tomar cartas en el asunto y el presidente también se mostró resolutivo y casi amenazante. Obama ha comenzado hoy martes la semana de trabajo -el lunes fue festivo- con una nueva comparecencia ante la prensa sobre el desastre del vertido de BP en el Golfo. Si los responsables del mayor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos rompieron la ley tendrán que comparecer ante los tribunales de justicia.
Poco antes de que Holder hablara en Nueva Orleans, el mandatario anunciaba la creación de una comisión independiente que investigue lo sucedido desde que el pasado 20 de abril una plataforma petrolífera propiedad de BP se hundiera en las aguas del mar tras un accidente aún sin aclarar. Once trabajadores perdieron la vida. Desde entonces, el crudo no ha dejado de brotar y los millones de litros derramados se cuentan por decenas (entre 80 y 150).
La declaración del presidente no ha dejado lugar a equívocos: la comisión tiene todo su apoyo, "conduzca a donde conduzca" y caiga quien caiga. "Sin miedo ni favoritismos", así ha dicho Obama que el grupo conduciría sus trabajos. El objetivo final, además de buscar responsabilidades, es que la historia no vuelva a repetirse. Si las leyes actuales no son suficientes, se cambiarán, prometió el presidente. Si el Gobierno tiene que endurecer sus controles, lo hará.
La Administración demócrata "redoblará" sus esfuerzos hasta que se logre taponar la fuga y el Golfo esté limpio de petróleo. Hoy mismo, BP ha comenzado una nueva operación -sería la cuarta- para intentar poner fin al escape con una cúpula sobre los restos del pozo submarino. Las apuestas no son muy optimistas. Y menos cuando se acaba de declarar abierta la temporada de huracanes en EEUU.