Boca decidió poner a la venta a Pablo Mouche
Buenos Aires, Ole
Las dos expulsiones consecutivas no cayeron bien. Más allá de las disculpas públicas y de su aclaración de que está trabajando para cambiar, para bajar esa adrenalina que lo lleva a cometer tantos errores. Pablo Mouche prometió hacerlo pero las dos rojas, ante Banfield e Independiente, por las fechas 17 y 19 del Clausura, y ambas por reaccionar, colmaron la paciencia. Con sólo 22 años, se le acabó el tiempo de demostrar. Nunca pudo terminar de pulir la chapa de promesa y, después de un año de furia, los dirigentes lo declararán transferible, más allá de las enormes condiciones técnicas que tiene. Hoy pesan mucho más sus actos de irresponsabilidad. Y por eso, le abrirán la puerta a una futura negociación.
Fue una temporada explosiva para el delantero. La llegada de Alfio Basile, en el 09, amagaba con calmarle la ansiedad. La venta de Rodrigo Palacio liberaba un lugar en la delantera que él soñaba compartir con Palermo para emular a Guillermo. Y hasta se hablaba de una oferta millonaria del Parma de Italia por él. Sin embargo, una lesión en el tobillo lo frustró y, más tarde, con Nicolás Gaitán como figura en ese puesto, perdió terreno. Este semestre, ya con Abel Alves como DT, apenas jugó 178 minutos en 13 fechas. Molesto, discutió con el Chueco porque no participó de una práctica de fútbol, aunque luego lo negó. Con la llegada de Roberto Pompei, pareció tener una nueva chance (152’ en cuatro partidos).
Sin embargo, otra vez explotó. Ante Independiente, vio la roja luego de meter un golazo que, seguramente, le iba a reportar más de un beneficio: en el festejo, revoleó la camiseta e hizo el Topo Gigio de cara a la tribuna local. Ante Banfield, 15 días más tarde, fue similar: protestó y vio la amarilla. Y, acto seguido, le hizo gestos a la platea, que le gritaba “cornudo” refiriéndose a los rumores que relacionaban a su novia, la modelo Luli Fernández, con Juan Román Riquelme (versión luego desmentida y aclarada por los dos protagonistas).
Sea cual fuere el motivo, en Boca no quieren más rojas. Y se la sacaron ellos.
Las dos expulsiones consecutivas no cayeron bien. Más allá de las disculpas públicas y de su aclaración de que está trabajando para cambiar, para bajar esa adrenalina que lo lleva a cometer tantos errores. Pablo Mouche prometió hacerlo pero las dos rojas, ante Banfield e Independiente, por las fechas 17 y 19 del Clausura, y ambas por reaccionar, colmaron la paciencia. Con sólo 22 años, se le acabó el tiempo de demostrar. Nunca pudo terminar de pulir la chapa de promesa y, después de un año de furia, los dirigentes lo declararán transferible, más allá de las enormes condiciones técnicas que tiene. Hoy pesan mucho más sus actos de irresponsabilidad. Y por eso, le abrirán la puerta a una futura negociación.
Fue una temporada explosiva para el delantero. La llegada de Alfio Basile, en el 09, amagaba con calmarle la ansiedad. La venta de Rodrigo Palacio liberaba un lugar en la delantera que él soñaba compartir con Palermo para emular a Guillermo. Y hasta se hablaba de una oferta millonaria del Parma de Italia por él. Sin embargo, una lesión en el tobillo lo frustró y, más tarde, con Nicolás Gaitán como figura en ese puesto, perdió terreno. Este semestre, ya con Abel Alves como DT, apenas jugó 178 minutos en 13 fechas. Molesto, discutió con el Chueco porque no participó de una práctica de fútbol, aunque luego lo negó. Con la llegada de Roberto Pompei, pareció tener una nueva chance (152’ en cuatro partidos).
Sin embargo, otra vez explotó. Ante Independiente, vio la roja luego de meter un golazo que, seguramente, le iba a reportar más de un beneficio: en el festejo, revoleó la camiseta e hizo el Topo Gigio de cara a la tribuna local. Ante Banfield, 15 días más tarde, fue similar: protestó y vio la amarilla. Y, acto seguido, le hizo gestos a la platea, que le gritaba “cornudo” refiriéndose a los rumores que relacionaban a su novia, la modelo Luli Fernández, con Juan Román Riquelme (versión luego desmentida y aclarada por los dos protagonistas).
Sea cual fuere el motivo, en Boca no quieren más rojas. Y se la sacaron ellos.