Barras bravas aparecen en la concentración de Argentina

Pretoria, Olé
El barrio es lindo, pintoresco. Calles amplias, anchas, tranquilas. Aunque la calma es tensa. Si no fuese Pretoria, uno pudiese creer que está caminando, por ejemplo, por Vicente López, en las afueras de Buenos Aires. Sin embargo, el alambre sobre la reja de los hogares y los carteles que avisan que la zona está electrificada… Y, para serle ajeno a la cuestión, en las inmediaciones del High Performance Center, también suena AC/DC.

El mediodía se puso algo turbulento. Se rompió el ecosistema en las mismísimas puertas del búnker de la Selección. De repente, un pequeño grupo de hinchas que se identificaron como simpatizantes de Boca, se acercaron a la casa argenta y, frente a las cámaras, abiertamente, no dudaron en pedir lo suyo. Y lo suyo, en este caso, resultó algo inverosímil. O hasta ahí. Los muchachos reclamaron la devolución de una serie de bolsos con ropa que, por un supuesto error, fueron a parar al HPC. ¿Qué pasó? En el Aeropuerto, a la hora de separar los tantos, un par fue a parar a otras manos. Un clara confirmación de que las partes llegaron de la mano.

Así las cosas, Pablo Fernández –jefe de seguridad de la Selección- estuvo un buen rato hablando con los barras y con la Policía local que custodia el predio. ¿Se habrán entendido? Hay mucha ropa para lavar… ¿Trapitos sucios?

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