Wilstermann conservó un punto de los tres que se traía

Santa Cruz
Apoyado en la gran tarea de dos de sus figuras (el enganche Fernando Sanjurjo y el golero Daniel Vaca), Wilstermann consiguió un empate (1-1) en su visita a Oriente Petrolero en el inicio del hexagonal.

Oriente no pudo con Wilstermann y sólo pudo rescatar un punto.

Pese a exhibir una disposición táctica que, a priori, mostrábase utraconservadora (5-3-1-1), Wilstermann no se dedicó, exclusivamente, a tareas de destrucción. Es cierto que estructuró un dispositivo destinado a cerrarle todas las rutas al rival, taponeando los laterales y apretando en el medio, pero también intentó jugar, tratando de dar un buen uso al balón cuando lo tenía. En esta labor destacó, nítidamente, el argentino Sanjurjo, asegurando el control de pelota y distribuyéndo con claridad.

Oriente pretendió, casi de movida, tener el gobierno del partido, pero se encontró con una realidad que le impedía plasmar sus apetitos. Primero, porque se encontró con un rival incómodo, que le restaba espacios y le dificultaba el manejo de pelota. Segundo, porque, para resolver lo que planteaba el rival, había que tener precisión y movilidad. Y Oriente fue exasperantemente impreciso y estático.

Al encontrar las bandas bloqueadas, Oriente develó su carencia de variantes. Jazmani Campos (hasta que salió lesionado) no pudo desbordar ni una vez por su carril, encerrado por la marca de Andrada y Christian Vargas. Lo propio ocurría por el otro andarivel, por dónde no se animó a transitar "La Pulga" Aguirre, más preocupado por no dejar desamparado a Argüello ante la latente amenaza de Sanjurjo que de sumarse al ataque. Por esa razón, fue el lateral Gabriel Aguilar el que más trepó por ese callejón y, pese a su habilidad, sin suficiente desequilibrio como para desmantelar la sincronía de los relevos de la visita. Por el centro, incapaz de hallar un interlocutor válido, Joselito Vaca deambuló incomprendido, desconectado de los volantes y separado de los puntas, quienes aparecían detrás del vallado de hombres que Wilstermann había instalado al borde de su área.

Vistas su dificultades, Oriente intentó llegar al pelotazo o de atropellada. Wilstermann insinuó más peligro de contragolpe, con habilitaciones de Sanjurjo para volantes que se desprendían por sorpresa (Sánachez o Andrada). Sólo le faltó una pizca de precisión para que la insinuación se convirtiese en peligro real.

El complemento comenzó con las mismas características, hasta que un error de Hugo Suárez (trató de enganchar ante la presión de Raimondi) terminó con el balón en su arco. Corrían 56 minutos, 1-0.


Lógicamente, el gol sacudió a Oriente. Buscó con mayor intensidad, pero no con proporcional claridad. A mayor ímpetu, menor era la calma para pensar y decidir. Hubo, en consecuencia, mucha precipitación. Oriente insistió con maniobras individuales (fundamentalmente con Aguilar en la derecha) y se excedió en el pelotazo desesperado. Wilstermann, en cambio, hizo gala de su control. Recuperaba el balón con relativa facilidad e imponía su toque para progresar, se la daba a Sanjurjo para que la guarde (los volantes de Oriente no podían frenarlo) y la refrigere (era víctima de infracciones que daban respiro a la defensa) o limpiaba terreno para abastecer a volantes que acompañaban por sorpresa desde atrás. Una genial habilitación suya (volcando el balón desde la izquierda) dejó a Amilcar Sánchez cara a cara con Hugo Suárez. El buen disparo del volante rojo pegó en un poste, evitando que Wilstermann liquidase el pleito y sacase, de entrada, una ventaja fundamental en la carrera por el campeonato.

Incapaz de enhebrar maniobras colectivas, Oriente apostó -como única posibilidad- por las pelotas paradas. Y tras un corner, cedido innecesariamente por Barrera, Oriente llegó a la igualdad tras un pivoteo que, extrañamente, encontró en soledad a Pablo Salinas, quien con una patada en tijera dejó sin reacción a Daniel Vaca. Corrian 84 minutos, 1-1.

Oriente insistió en los minutos faltantes, pero nunca resolvió su falta de claridad para descifrar el código de marcas que opuso Wilstermann. Al final, fue empate. Injusto para Wilstermann que dispuso de mayor cantidad de oportunidades para anotar. Mucho premio para un Oriente que no hizo honor al rótulo de candidato a la corona con que comenzó esta fase final.
Blooming con lo justo vence a Guabirá
Queda claro que en el fútbol el que perdona ‘muere’, sino pregúntenselo a Guabirá, que luego de desperdiciar varias opciones de peligro acabó cayendo (0-1) ante Blooming, en la ‘Caldera’, en el inicio de la liguilla del repechaje del torneo Apertura de la Liga. Un error en la marca le costó caro y lo peor de todo faltando tres minutos para el final del compromiso, cuando el argentino Sillero convirtió el único tanto para la academia. Los 180 segundos que faltaban para el final pasaron en un abrir y cerrar de ojos, tiempo que no le alcanzó para revertir la situación. En resumen, el rojo comenzó el repechaje con pie izquierdo y desde ya su sueño por conseguir su clasificación a la Copa Sudamericana de 2011 (que se adjudicará el ganador de la liguilla) se le hace cuesta arriba, entre tanto, que Blooming confirma su calidad de favorito.

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