Vicepresidente pone en duda capacidad de inversión de Jindal
La Paz, ABI
El vicepresidente Alvaro García Linera puso en duda la capacidad de inversión de Jindal que explota, en medio de marchas y contra marchas, el yacimiento de hierro Mutún, el más grande del planeta en el extremo oriente de Bolivia, y aseguró que el gobierno no resolverá el contrato con la siderúrgica india, durante una maratónica entrevista difundida el sábado por la privada radio Panamericana de La Paz.
"Pongo en duda si en verdad tiene el dinero que ha ofrecido" para invertir en el yacimiento, en el orden de 2.200 millones de dólares, cuando firmó, en 2007, un convenio con el Estado boliviano, dijo al estimar que la inversión real de la siderúrgica asiática que debería orillar actualmente los 300 millones de dólares, hoy por hoy oscila entre los 10 y 20 millones de dólares.
Dijo fundar su impresión, no sólo en las esmirriadas inversiones en tres años, verificables en la sola instalación de un complejo de trituradoras de roca en el Mutún, sino que las exportaciones que ha realizado, de pequeña monta, le han servido para dotarse de liquidez.
Advirtió que la minera india sacó y trituró mineral, e intenta exportar para "ganar de esa operación y traer más dinero" a Bolivia.
Sin embargo aseguró que la administración del presidente Evo Morales, que ya encargó un proyecto para que el Estado también explote, por cuenta propia el yacimiento, no echará a la minera asiática, pese a que no honró sus compromisos formales y positivo.
"El gobierno no va a romper. Si alguien quiere romper que sea la empresa", afirmó.
Advirtió que en la eventualidad de un contencioso internacional la Jindal "tiene todas las de perder".
Una semana después que el gobierno ejecutara las boletas de garantías de la Jindal, por 18 millones de dólares que empozó en cuentas estatales en arreglo al contrato, García Linera subrayó que pese a los prolegómenos de la relación contractual "el contrato sigue vigente".
Luego de lamentar que el gobierno de Morales haya depositado su "buena fe en la empresa Jindal", pidió a sus ejecutivos ponerse al día y observar el contrato de 2007.
"A estas alturas la inversión de Jindal debería estar bordeando los 300 millones de dólares y lo que tiene Jindal son unaa trituradoras. La inversión de Jindal es pequeñísima. Ella habla de 80 millones de dólares; nosotros no vemos más allá de 10 a 20 millones ahí; la Jindal incumplió sus programas", remarcó.
Al tiempo de anunciar que el Estado boliviano trabajará la otra mitad de la colina no concesionada, dijo que, como "el pueblo y el Estado" no esperan, Morales instruyó a la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) movilizar su maquinaria al Mutún y comenzar, de lleno, a explotar la otra mitad de la colina no concesionad ni implicada en el contrato con Jindal.
De hecho, Morales suscribió el viernes, con su par venezolano, Hugo Chávez, un acuerdo de creación de una empresa 'grannacional', de naturaleza pública y biestatal y contracara de las multinacionales, para explotar el cerro preñado de hierro.
"El presidente Evo ha instruido a Comibol que lleve y compre, si es necesario, estas trituradoras para comenzar a explotar las siguientes semanas uno o dos millones de toneladas?" en el Mutún, refirió García Linera.
El mandatario mentó la existencia de un proyecto con que Morales despertó el interés de Chávez, "y hay muy buenas perspectivas para explotar el hierro en el otro 50%", de esa montaña.
El proyecto apunta a producir esponja de hierro en el mediano plazo y en el largo acero.
Consultado por el staff de Panamericana si el gobierno cumplió en toda su extensión los términos del contrato con la Jindal, el dignatario aseguró que al menos el 98% de la tierras, más de 200 hectáreas, han sido puestas a la orden de la empresa siderúrgica asiática.
El vicepresidente Alvaro García Linera puso en duda la capacidad de inversión de Jindal que explota, en medio de marchas y contra marchas, el yacimiento de hierro Mutún, el más grande del planeta en el extremo oriente de Bolivia, y aseguró que el gobierno no resolverá el contrato con la siderúrgica india, durante una maratónica entrevista difundida el sábado por la privada radio Panamericana de La Paz.
"Pongo en duda si en verdad tiene el dinero que ha ofrecido" para invertir en el yacimiento, en el orden de 2.200 millones de dólares, cuando firmó, en 2007, un convenio con el Estado boliviano, dijo al estimar que la inversión real de la siderúrgica asiática que debería orillar actualmente los 300 millones de dólares, hoy por hoy oscila entre los 10 y 20 millones de dólares.
Dijo fundar su impresión, no sólo en las esmirriadas inversiones en tres años, verificables en la sola instalación de un complejo de trituradoras de roca en el Mutún, sino que las exportaciones que ha realizado, de pequeña monta, le han servido para dotarse de liquidez.
Advirtió que la minera india sacó y trituró mineral, e intenta exportar para "ganar de esa operación y traer más dinero" a Bolivia.
Sin embargo aseguró que la administración del presidente Evo Morales, que ya encargó un proyecto para que el Estado también explote, por cuenta propia el yacimiento, no echará a la minera asiática, pese a que no honró sus compromisos formales y positivo.
"El gobierno no va a romper. Si alguien quiere romper que sea la empresa", afirmó.
Advirtió que en la eventualidad de un contencioso internacional la Jindal "tiene todas las de perder".
Una semana después que el gobierno ejecutara las boletas de garantías de la Jindal, por 18 millones de dólares que empozó en cuentas estatales en arreglo al contrato, García Linera subrayó que pese a los prolegómenos de la relación contractual "el contrato sigue vigente".
Luego de lamentar que el gobierno de Morales haya depositado su "buena fe en la empresa Jindal", pidió a sus ejecutivos ponerse al día y observar el contrato de 2007.
"A estas alturas la inversión de Jindal debería estar bordeando los 300 millones de dólares y lo que tiene Jindal son unaa trituradoras. La inversión de Jindal es pequeñísima. Ella habla de 80 millones de dólares; nosotros no vemos más allá de 10 a 20 millones ahí; la Jindal incumplió sus programas", remarcó.
Al tiempo de anunciar que el Estado boliviano trabajará la otra mitad de la colina no concesionada, dijo que, como "el pueblo y el Estado" no esperan, Morales instruyó a la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) movilizar su maquinaria al Mutún y comenzar, de lleno, a explotar la otra mitad de la colina no concesionad ni implicada en el contrato con Jindal.
De hecho, Morales suscribió el viernes, con su par venezolano, Hugo Chávez, un acuerdo de creación de una empresa 'grannacional', de naturaleza pública y biestatal y contracara de las multinacionales, para explotar el cerro preñado de hierro.
"El presidente Evo ha instruido a Comibol que lleve y compre, si es necesario, estas trituradoras para comenzar a explotar las siguientes semanas uno o dos millones de toneladas?" en el Mutún, refirió García Linera.
El mandatario mentó la existencia de un proyecto con que Morales despertó el interés de Chávez, "y hay muy buenas perspectivas para explotar el hierro en el otro 50%", de esa montaña.
El proyecto apunta a producir esponja de hierro en el mediano plazo y en el largo acero.
Consultado por el staff de Panamericana si el gobierno cumplió en toda su extensión los términos del contrato con la Jindal, el dignatario aseguró que al menos el 98% de la tierras, más de 200 hectáreas, han sido puestas a la orden de la empresa siderúrgica asiática.