Touraine y Bauman, Príncipe de Asturias de Comunicación
Madrid, EP
El sociólogo e historiador francés Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925), fundador del Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile, es, según el jurado, autor de "trabajos fundamentales" sobre la sociedad post-industrial que han permitido "entender e interpretar el sentido profundo de las grandes transformaciones de nuestra época, ofreciendo a la vez una reflexión continua y enriquecedora acerca de los problemas derivados de una convivencia necesaria por encima de las diferencias humanas".
La sociología de la acción es el tema principal del trabajo de Touraine. Sus primeras investigaciones se dirigieron al estudio de la sociología del trabajo y la conciencia laboral, para centrarse más adelante en el análisis de los movimientos sociales, desde el Mayo del 68 hasta los alzamientos militares en Latinoamérica. Sus tesis más recientes se refieren al individuo como agente de los movimientos sociales. Fuerte opositor de las políticas neoliberales de la década de los 90, aboga por impulsar un nuevo movimiento social frente a la globalización, que en su opinión fragmenta a la sociedad y fomenta el individualismo, y subordinar este fenómeno al desarrollo de los derechos humanos, señala la Fundación Príncipe de Asturias.
La candidatura de Touraine fue presentada de forma conjunta con la del también sociólogo, de origen polaco y nacionalidad británica, Zygmunt Bauman (Poznan, 1925), que ha centrado sus investigaciones en la estratificación social y el movimiento obrero, así como en la naturaleza de la modernidad y la supuesta conexión de ésta con el Holocausto. Profesor universitario en distintos países, el acta del jurado destaca su estudio "a fondo de la condición social del hombre postmoderno en un mundo inestable y de valores perecederos". "En su decisivo análisis de esta realidad, Bauman ha acuñado el término de 'modernidad líquida', agudamente desarrollado en su obra homónima", añade el fallo.
Su análisis de los vínculos entre modernidad, nazismo y comunismo postmoderno le han otorgado un gran reconocimiento internacional. Ha contribuido al desarrollo de las ciencias sociales mediante la creación de conceptos como la teoría de la modernidad líquida, que define los tiempos actuales como una era de cambio y movimiento constante, en la que el hombre está huérfano de referencias consistentes y los conceptos son más inestables que nunca, indica la Fundación Príncipe de Asturias. Las teorías de Bauman han ejercido una gran influencia en los movimientos antiglobalización. Su obra ensayística, que comenzó en los años 50, alcanzó fama internacional en los 80 con títulos como Modernidad y holocausto (1989), donde define el exterminio de judíos por los nazis como un fenómeno relacionado con el desarrollo de la modernidad.
El galardón, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla diseñada por Joan Miró, es el tercero que se falla este año tras el de Artes, que fue para el escultor estadounidense Richard Serra, y el de Ciencias Sociales, que recayó en el equipo arqueológico de los Guerreros y Caballos de Terracota de Xian.
En ediciones anteriores el premio recayó, entre otros, en Hans Magnus Enzensberger, George Steiner, Umberto Eco, Jean Daniel, National Geographic, las revistas Science y Nature, Google y la Universidad Nacional Autónoma de México, que lo obtuvo el pasado año.
Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un acto presidido por el Príncipe de Asturias.
El sociólogo e historiador francés Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925), fundador del Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile, es, según el jurado, autor de "trabajos fundamentales" sobre la sociedad post-industrial que han permitido "entender e interpretar el sentido profundo de las grandes transformaciones de nuestra época, ofreciendo a la vez una reflexión continua y enriquecedora acerca de los problemas derivados de una convivencia necesaria por encima de las diferencias humanas".
La sociología de la acción es el tema principal del trabajo de Touraine. Sus primeras investigaciones se dirigieron al estudio de la sociología del trabajo y la conciencia laboral, para centrarse más adelante en el análisis de los movimientos sociales, desde el Mayo del 68 hasta los alzamientos militares en Latinoamérica. Sus tesis más recientes se refieren al individuo como agente de los movimientos sociales. Fuerte opositor de las políticas neoliberales de la década de los 90, aboga por impulsar un nuevo movimiento social frente a la globalización, que en su opinión fragmenta a la sociedad y fomenta el individualismo, y subordinar este fenómeno al desarrollo de los derechos humanos, señala la Fundación Príncipe de Asturias.
La candidatura de Touraine fue presentada de forma conjunta con la del también sociólogo, de origen polaco y nacionalidad británica, Zygmunt Bauman (Poznan, 1925), que ha centrado sus investigaciones en la estratificación social y el movimiento obrero, así como en la naturaleza de la modernidad y la supuesta conexión de ésta con el Holocausto. Profesor universitario en distintos países, el acta del jurado destaca su estudio "a fondo de la condición social del hombre postmoderno en un mundo inestable y de valores perecederos". "En su decisivo análisis de esta realidad, Bauman ha acuñado el término de 'modernidad líquida', agudamente desarrollado en su obra homónima", añade el fallo.
Su análisis de los vínculos entre modernidad, nazismo y comunismo postmoderno le han otorgado un gran reconocimiento internacional. Ha contribuido al desarrollo de las ciencias sociales mediante la creación de conceptos como la teoría de la modernidad líquida, que define los tiempos actuales como una era de cambio y movimiento constante, en la que el hombre está huérfano de referencias consistentes y los conceptos son más inestables que nunca, indica la Fundación Príncipe de Asturias. Las teorías de Bauman han ejercido una gran influencia en los movimientos antiglobalización. Su obra ensayística, que comenzó en los años 50, alcanzó fama internacional en los 80 con títulos como Modernidad y holocausto (1989), donde define el exterminio de judíos por los nazis como un fenómeno relacionado con el desarrollo de la modernidad.
El galardón, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla diseñada por Joan Miró, es el tercero que se falla este año tras el de Artes, que fue para el escultor estadounidense Richard Serra, y el de Ciencias Sociales, que recayó en el equipo arqueológico de los Guerreros y Caballos de Terracota de Xian.
En ediciones anteriores el premio recayó, entre otros, en Hans Magnus Enzensberger, George Steiner, Umberto Eco, Jean Daniel, National Geographic, las revistas Science y Nature, Google y la Universidad Nacional Autónoma de México, que lo obtuvo el pasado año.
Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un acto presidido por el Príncipe de Asturias.