Morales propugna suspender Cumbre de Cancún y acuerdo para estabilizar temperatura global
La Paz, Abi
El presidente Evo Morales postuló el domingo en La Paz, a su retorno de Europa, un acuerdo para posponer la Cumbre de Cancún sobre el cambio climático, convocada por la Organización de Naciones Unidas (NNUU) en ese balneario mexicano a fines de 2010, en la búsqueda previa de una convención internacional para estabilizar en un grado centígrado la temperatura global.
"Por qué no suspender la Cumbre de Cancún mientras se desarrolla más diálogo con los movimientos sociales", planteó el gobernante que viene de plantar en la agenda mundial las reivindicaciones de los pueblos del mundo por el cambio climático y afirmar en la convención internacional los principios de la defensa de la Madre Tierra, en una gira de seis días por Europa.
El mandatario boliviano que lidera una cruzada internacional contra el cambio climático, ha presentado las conclusiones de la I Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC, celebrada en abril pasado en la ciudad boliviana de Cochabamba), que resume la posición de pueblos indígenas y movimientos sociales de más de 150 países de 5 continentes sobre la emisión de gases de efecto invernadero, liberados por potencias industrializadas, y el calentamiento global que caló hondo en detrimento de los ciclos naturales de la agricultura tradicional originaria, a autoridades de Noruega, Finlandia y España, donde celebró la Cumbre Europa Latinoamérica, y también, por separado, al líder de la Iglesia Católica, Benedicto XVI, y al secretario general de NNUU, Ban Ki-Monn, en Ciudad Vaticano y Nueva York respectivamente.
Morales advirtió que una decisión contraria a suspender la Cumbre de Cancún no permitiría establecer sino condiciones análogas al Entendimiento de Copenhague, en diciembre último, cuando, lejos de un consenso, 36 potencias industrializadas acordaron establecer en 2 grados la temperatura local y ceñir a ese parámetro las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Cancún va a ser otro Copenhague", presagió el mandatario boliviano y ante tal eventualidad pronosticó un descenso en la legitimidad de NNUU y, lo mismo, los Estados con respecto a sus comunidades nacionales.
"Los pueblos van a perder esperanza hacia sus Estados. Naciones Unidas perderá autoridad frente al mundo, porque en todo el mundo ahora se debate el cambio climático", afirmó.
"Seamos responsables", urgió, "que Cancún dé una esperanza".
Basado en encuentros bilaterales con líderes europeos y también en los debates en la VI Cumbre Europa-Latinoamérica, celebrada a media semana en Madrid, Morales propugnó la fuerza de una alianza de ambos bloques contra el cambio climático.
"Para qué esta alianza de Europa y Latinoamérica: para persuadir, convencer, con argumentos, a los países desarrollados como Estados Unidos que es el único país que no ha ratificado el Protocolo de Kioto", afirmó durante una entrevista de largo aliento con la radio y televisión locales.
El Presidente boliviano consideró imperioso un consenso para la reducción urgente de la emisión de gases venenosos.
"Reducir las emisiones que envenenan a la naturaleza y estabilizar la temperatura en un grado centígrado; la propuesta de Copenhague es de 2 grados centígrados", es decir 1,54 grados más que la fiebre actual del globo, dijo al afirmar su defensa de los derechos de la Madre Tierra.
Morales instó a la comunidad internacional no sólo ha preservar y respetar el Protocolo de Kioto, que en 1997 declaró, en base de un consenso multilateral, de importancia vital la reducción de los gases y el calentamiento globales, sino, " se trata de aplicarlo".
El dirigente boliviano insistió que Europa y América Latina y, más aún la Unión Sudamericana de Naciones adhirieron las conclusiones de la I CMPCC, que se materializó en Cochabamba, con la asistencia de 35.000 representantes indígenas y de la sociedad civil de 157 países del orbe.
El presidente Evo Morales postuló el domingo en La Paz, a su retorno de Europa, un acuerdo para posponer la Cumbre de Cancún sobre el cambio climático, convocada por la Organización de Naciones Unidas (NNUU) en ese balneario mexicano a fines de 2010, en la búsqueda previa de una convención internacional para estabilizar en un grado centígrado la temperatura global.
"Por qué no suspender la Cumbre de Cancún mientras se desarrolla más diálogo con los movimientos sociales", planteó el gobernante que viene de plantar en la agenda mundial las reivindicaciones de los pueblos del mundo por el cambio climático y afirmar en la convención internacional los principios de la defensa de la Madre Tierra, en una gira de seis días por Europa.
El mandatario boliviano que lidera una cruzada internacional contra el cambio climático, ha presentado las conclusiones de la I Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC, celebrada en abril pasado en la ciudad boliviana de Cochabamba), que resume la posición de pueblos indígenas y movimientos sociales de más de 150 países de 5 continentes sobre la emisión de gases de efecto invernadero, liberados por potencias industrializadas, y el calentamiento global que caló hondo en detrimento de los ciclos naturales de la agricultura tradicional originaria, a autoridades de Noruega, Finlandia y España, donde celebró la Cumbre Europa Latinoamérica, y también, por separado, al líder de la Iglesia Católica, Benedicto XVI, y al secretario general de NNUU, Ban Ki-Monn, en Ciudad Vaticano y Nueva York respectivamente.
Morales advirtió que una decisión contraria a suspender la Cumbre de Cancún no permitiría establecer sino condiciones análogas al Entendimiento de Copenhague, en diciembre último, cuando, lejos de un consenso, 36 potencias industrializadas acordaron establecer en 2 grados la temperatura local y ceñir a ese parámetro las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Cancún va a ser otro Copenhague", presagió el mandatario boliviano y ante tal eventualidad pronosticó un descenso en la legitimidad de NNUU y, lo mismo, los Estados con respecto a sus comunidades nacionales.
"Los pueblos van a perder esperanza hacia sus Estados. Naciones Unidas perderá autoridad frente al mundo, porque en todo el mundo ahora se debate el cambio climático", afirmó.
"Seamos responsables", urgió, "que Cancún dé una esperanza".
Basado en encuentros bilaterales con líderes europeos y también en los debates en la VI Cumbre Europa-Latinoamérica, celebrada a media semana en Madrid, Morales propugnó la fuerza de una alianza de ambos bloques contra el cambio climático.
"Para qué esta alianza de Europa y Latinoamérica: para persuadir, convencer, con argumentos, a los países desarrollados como Estados Unidos que es el único país que no ha ratificado el Protocolo de Kioto", afirmó durante una entrevista de largo aliento con la radio y televisión locales.
El Presidente boliviano consideró imperioso un consenso para la reducción urgente de la emisión de gases venenosos.
"Reducir las emisiones que envenenan a la naturaleza y estabilizar la temperatura en un grado centígrado; la propuesta de Copenhague es de 2 grados centígrados", es decir 1,54 grados más que la fiebre actual del globo, dijo al afirmar su defensa de los derechos de la Madre Tierra.
Morales instó a la comunidad internacional no sólo ha preservar y respetar el Protocolo de Kioto, que en 1997 declaró, en base de un consenso multilateral, de importancia vital la reducción de los gases y el calentamiento globales, sino, " se trata de aplicarlo".
El dirigente boliviano insistió que Europa y América Latina y, más aún la Unión Sudamericana de Naciones adhirieron las conclusiones de la I CMPCC, que se materializó en Cochabamba, con la asistencia de 35.000 representantes indígenas y de la sociedad civil de 157 países del orbe.