Miles exigen en las calles reanudación de clases paralizadas por huelga de profesores en La Paz

La Paz, ABI
Entre 100.000 y 200.00 padres de familia de la ciudad de El Alto llegaron a media mañana del jueves a La Paz, sede del gobierno boliviano, después de caminar 12 km para exigir la reanudación de las labores escolares paralizadas hace más de una semana a causa de una huelga de profesores en demanda de aumento de salarios dos y tres veces más que el 5% postulado por la administración de Evo Morales, constató en terreno un periodista de la ABI.

Más de 100.000, según medios locales y entre 150.000 y 200.000, de acuerdo con la Policía, caminaban en interminables columnas desde El Alto hacia La Paz, a punto de sumirse en un caos vehicular de proporciones.

El secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Padres de Familia (FEDEPAF), de El Alto, Jorge Pacosillo, exigió la reanudación "inmediata" de las labores escolares.

"Esto ya está de buen tamaño y queremos decir a los maestros hasta cuándo no van a trabajar. Estamos pidiendo al Ministro de Educación de que cumpla las normas que ha emitido el Ejecutivo en cuanto al día no trabajado, día no pagado", afirmó.

Por su parte Nicolás Apaza, secretario de FEDEPAF, advirtió que "los padres de familia de la ciudad estamos unidos para que nuestros hijos sean educados por los profesores de vocación".

La cola de la marcha contra la huelga indefinida declarada por el Magisterio urbano de La Paz, liderado por la trotkysta Vilma Plata, se encontraba en un punto conocido como El Distribuidor, en el corazón de El Alto, la tercera ciudad más poblada de Bolivia, y la cabeza había llegado ya a la Plaza San Francisco, en el centro de La Paz.

El cuerpo de la marcha, que obligó a la Policía a multiplicar sus efectivos y esfuerzos, se concentraba en la autopista y un camino alterno que vincula ambas ciudades en los Andes bolivianos.

La masiva llegada de los padres de familia a La Paz frenó en seco una marcha prevista por el gremio de profesores de la ciudad que, como la víspera, intentaba meter presión a la administración Morales con el colapso de la ciudad sede del Ejecutivo.

La manifestación de los padres de familia de El Alto se registra un día después que sus pares de La Paz demandaron al Gobierno declarar la docencia profesión de ejercicio libre.

Bajo el antecedente del intento de toma de la sede del Magisterio, en la calle Genaro Sanjinés, en La Paz, la víspera, por grupos de exaltados que Plata acusó de responder a órdenes del Ejecutivo, extremo negado en rotundo por el ministro de Educación, Roberto Aguilar, los dirigentes de los profesores inconformes resolvieron posponer su movilización.

También instruyeron a sus bases plantarse "en vigilias" en las esquinas que encierran el manzano donde se encuentra La Casa Social del Maestro, cuartel general de la protesta que tiene a La Paz convertida en un quebradero de cabeza.

Uno de los líderes de la protesta de los maestros, José Luis Alvarez, trotkysta como su combativa colega Plata, pidió al Comando de la Policía local refuerzos para plantar un cerco de protección a la sede sindical.

Se trata ante todo de evitar un choque entre manifestantes callejeros.

"Que se instale un anillo interno y otro externo" de policías para proteger la sede sindical de los profesores, pidió Alvarez al tiempo de ordenar desmontar una marcha de profesores ante la inminencia de choque con los padres de familia que caminan la ciudad de diversas direcciones.

Las marchas y contramarchas tienen lugar horas después que el gobierno de Morales convino con los profesores rurales, que el miércoles engrosaron las protestas galvanizadas por sus colegas de la ciudad, un arreglo a sus demandas, en términos que no fueron detallados aún públicamente.

Por tanto, los profesores rurales se bajaron de las movilizaciones por mejoras salariales.

La administración Morales, que explicó reiteradas veces la imposibilidad del erario público por sostener en el tiempo subas salariales como las demandadas y una base de inversiones de capital en las proyectadas industrias estatales de hidrocarburos, minería y energía, ha tendido mesas de diálogo con la unitaria Central Obrera Boliviana y sus afiliadas, las confederaciones de trabajadores Fabriles y Mineros.

Sólo los profesores, en cabeza de Plata y Alvarez, sostienen una protesta que enrumbaba el jueves a la segunda semana de ejecución sin solución de continuidad.

El vicepresidente Alvaro García Linera ha acusado a líderes de la protesta de "contrarrevolucionarios", de servir intereses de la derecha ultraconservadora criolla y de emplear las mismas vías que desembocaron en la caída del acorralado ex presidente progresista Hernán Siles Suazo, que en 1982 restauró la democracia y que tres años más tarde, por presión de los sindicatos, admitió el recorte de su mandato y fue sucedido por seis gobiernos de corte liberal.

La maestra Plata, uno de los personajes irremediable e invariablemente contestatarios a los gobiernos bolivianos de los últimos 27 años, anunció que la protesta avanzará hasta obtener sus reivindicaciones y acusó al Ejecutivo boliviano se perforar los interés de las clases carenciadas en Bolivia.

Según la profesora, líder de un sindicato que administra cerca de un millón de dólares al año, producto de los aportes de los maestros de base, el gobierno de Morales busca "acabar con la educación fiscal y gratuita".

El Presidente, que este jueves iniciaba una visita de Estado a Noruega, calificó a los jefes del sindicato de maestros de "enemigos de la niñez y juventud" bolivianas.

De acuerdo con Aguilar, el fondo de la huelga está plagado de "intereses personales" a menos de dos meses de la celebración de elecciones en el sindicato de maestros.

Ante la obstinación de los profesores en trance de inconformidad, los padres de familia exigen que la profesión sea declarada de libre acceso y se convoquen a profesionales con formación universitaria y hasta alumnos de las normales, para el restablecimiento de las labores escolares.

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