Madrid y Milan destapan el pasado en la lucha contra la muerte súbita
Madrid, Agencias
La puesta en escena del "Corazón Classic Match 2010", una iniciativa benéfica para ampliar la lucha contra la muerte súbita en el mundo del deporte, supuso el reencuentro del Real Madrid y el Milán en el estadio Santiago Bernabéu y la vuelta a la memoria del fútbol de antaño, de momentos del pasado sobre un terreno de juego.
La grada acompañó a estimular el acto. Casi lleno para contemplar a las viejas glorias. Padres de familia con los nombres ilustres aún frescos. Que por unos momentos retornaron a esos instantes de antaño. Y los más jóvenes, para contemplar en directo apellidos sonoros, fragmentos de la historia de la que han oído hablar pero que no vieron.
El fútbol les dio una nueva oportunidad. Sobre el terreno ya más leyenda que juego. Más espectáculo que pasión. Fuegos de artificio aún brillantes gracias al talento que perdura. El tiempo pasa para todos. También para los ídolos. Aunque el mito perdure siempre.
En esta ocasión se unieron para la causa. Al margen de cuestas pendientes, que también marcó la historia. Distanciados del fervor de la competición y de la tensión de los puntos. Hubo espectáculo y la gente lo agradeció. Hombres como Carlos Santillana, seguramente el más lejano, volvió a vestirse de corto.
Poco tiene que ver el fútbol con el de entonces. Con el de la década de los setenta y ochenta. Desde aquél tiempo hasta ahora cada momento fue representado. Algunos más cuidados que otros. Mantienen el tipo jugadores como Emilio Butragueño, el inglés Steve McManaman, Manolo Sanchís, Emilio Amavisca, Fernando Sanz o Víctor Sánchez.
Incluso el portugués Luis Figo o el francés Zinedine Zidane, siempre presto a situaciones como las actuales, que desprendieron genialidad y talento por todas partes. La añoranza se paseó por el lado contrario.
En las filas del Milan. Jugadores que lo fueron todo y que impusieron su ley a finales de los años ochenta. El central Franco Baresi, su compañero Alesandro Costacurta, el brasileño Cafu o Paolo Maldini, que mantuvo el tipo durante casi los noventa minutos. Igual que el portugués Rui Costa.
El tiempo no ha sido demasiado severos con ellos. Todavía. El liberiano George Weah tampoco faltó a la cita. Cargado de kilos anda aún sobrado de potencia. Quedó patente. Lo menor fue el resultado. Aunque siempre dan brillo los goles.
Pareció un ''correcalles'' de inicio con los tantos visitantes de Simone y Rui Costa que neutralizaron Butragueño y Amavisca antes del descanso. Alfonso Pérez adelantó al Madrid a la vuelta de vestuarios. Y el luso Rui Costa obtuvo el empate, que deshizo, de penalti, otra vez Alfonso.
La puesta en escena del "Corazón Classic Match 2010", una iniciativa benéfica para ampliar la lucha contra la muerte súbita en el mundo del deporte, supuso el reencuentro del Real Madrid y el Milán en el estadio Santiago Bernabéu y la vuelta a la memoria del fútbol de antaño, de momentos del pasado sobre un terreno de juego.
La grada acompañó a estimular el acto. Casi lleno para contemplar a las viejas glorias. Padres de familia con los nombres ilustres aún frescos. Que por unos momentos retornaron a esos instantes de antaño. Y los más jóvenes, para contemplar en directo apellidos sonoros, fragmentos de la historia de la que han oído hablar pero que no vieron.
El fútbol les dio una nueva oportunidad. Sobre el terreno ya más leyenda que juego. Más espectáculo que pasión. Fuegos de artificio aún brillantes gracias al talento que perdura. El tiempo pasa para todos. También para los ídolos. Aunque el mito perdure siempre.
En esta ocasión se unieron para la causa. Al margen de cuestas pendientes, que también marcó la historia. Distanciados del fervor de la competición y de la tensión de los puntos. Hubo espectáculo y la gente lo agradeció. Hombres como Carlos Santillana, seguramente el más lejano, volvió a vestirse de corto.
Poco tiene que ver el fútbol con el de entonces. Con el de la década de los setenta y ochenta. Desde aquél tiempo hasta ahora cada momento fue representado. Algunos más cuidados que otros. Mantienen el tipo jugadores como Emilio Butragueño, el inglés Steve McManaman, Manolo Sanchís, Emilio Amavisca, Fernando Sanz o Víctor Sánchez.
Incluso el portugués Luis Figo o el francés Zinedine Zidane, siempre presto a situaciones como las actuales, que desprendieron genialidad y talento por todas partes. La añoranza se paseó por el lado contrario.
En las filas del Milan. Jugadores que lo fueron todo y que impusieron su ley a finales de los años ochenta. El central Franco Baresi, su compañero Alesandro Costacurta, el brasileño Cafu o Paolo Maldini, que mantuvo el tipo durante casi los noventa minutos. Igual que el portugués Rui Costa.
El tiempo no ha sido demasiado severos con ellos. Todavía. El liberiano George Weah tampoco faltó a la cita. Cargado de kilos anda aún sobrado de potencia. Quedó patente. Lo menor fue el resultado. Aunque siempre dan brillo los goles.
Pareció un ''correcalles'' de inicio con los tantos visitantes de Simone y Rui Costa que neutralizaron Butragueño y Amavisca antes del descanso. Alfonso Pérez adelantó al Madrid a la vuelta de vestuarios. Y el luso Rui Costa obtuvo el empate, que deshizo, de penalti, otra vez Alfonso.