Liga boliviana: Seis equipos con la baraja clasificatoria
José Vladimir Nogales
A falta de una jornada para el cierre de la fase clasificatoria, sólo la mitad de los cupos han sido asegurados, restando tres para el doble de aspirantes.
The Strongest está clasificado, La Paz depende otros resultados, Wilstermann necesita que Real Potosí no gane, mientras estos dependen de sí mismos.
Bolívar, Oriente (que aseguraron con anticipación su presencia en la fase definitoria) y The Strongest (que lo consiguió ayer) serán, de algún modo, los rectores de la definición al enfrentar, en la jornada final, a cuadros con pretensiones, algunos con una matemática más plausible que la de otros. Empero, tal rectoría (asignada por el azaroso capricho del calendario en conjunción con la coyuntura clasificatoria) tendrá un grado de influencia directamente proporcional al potencial que los entrenadores estén dispuestos a reunir en sus cuadros en una fecha que, para efectos prácticos, no reporta grandes beneficios deportivos (al estar clasificados) como sí enormes riesgos (lesiones, sanciones) que, en la etapa crucial, pueden tener efectos desestabilizadores sobre el proyecto deportivo. En ese sentido, es un hecho (así los anunciaron los adiestradores de Bolívar y Oriente) que afrontarán la última jornada con equipos “muletto”, importándoles poco los daños que, al alinear equipos de competencia restringida (acepción no aplicable a Bolívar, cuya formación alterna es de primer orden), puedan provocar a terceros.
En ningún caso (alinear equipos B) es moralmente incorrecto, como suelen esgrimir aquellos que contemplan, en sus presupuestos clasificatorios, la victoria del teóricamente más fuerte, cuya potencialidad queda administrativamente recortada. Preservar sus recursos es un derecho, mientras no exista abuso de la coyuntura para digitar algún resultado conveniente, según sus intereses en la fase posterior. Y aunque a éste respecto mucho es lo que se puede conjeturar, nada puede afirmarse sin pruebas.
Bolívar presentará una alineación emergente en su cotejo con La Paz, equipo que debe ganar –esperando “pinchazos” de Real Potosí y Wilstermann- para clasificar. Los únicos que tienen control de su ecuación clasificatoria son los potosinos (con 16 puntos), pues un triunfo en Beni desactivaría las pretensiones –por insuficiencia numérica- de sus contendientes (15 unidades de los rojos y 14 de La Paz). Pese a las dificultades que encontró para superar a La Paz en la primera rueda, es evidente que Bolívar –aún con su formación alterna- tiene equipo suficiente como para plasmar una victoria. Mas, cabe preguntarse, ¿cuánto le interesa ganar? La adición de los últimos tres puntos carece de incidencia cualitativa en la clasificación, toda vez que con 25 unidades (a tres de Oriente, su escolta) su primer lugar está a salvo, más allá de que por consolidarse en la cima no reciba beneficio alguno (como la bonificación que solía otorgarse al ganador de una serie). Por tanto, puede disponer de esos puntos –si ése es su interés- del modo más conveniente. ¿Cuánto le conviene a Bolívar tener a La Paz en el hexagonal? Económicamente, bastante. Sería un viaje menos. En lo deportivo, disfrutaría de su primacía localista en un juego más (más allá de lo que diga la asignación recaudadora). Por tanto, serían tres puntos susceptibles de adición (beneficio que igual disfrutaría The Strongest), suponiendo factibles esos triunfos.
Wilstermann (que en diez fatales minutos vio cómo se le desmoronaba el mundo en Potosí) debe vencer a Oriente y esperar que Real Potosí no gane ante Real Mamoré, aunque tampoco interesa sobremanera un triunfo de los benianos si la mirada está puesta, de igual modo, en la otra tabla, la del descenso. Con 18 unidades, sería inalcanzable para La Paz y Real Potosí (si no gana). Empatando con Oriente, Wilstermann precisaría un triunfo de Real Mamoré sobre los potosinos para clasificar por diferencia de gol (-1 contra -6).
En la otra serie, la más pareja, The Strongest (con 19 puntos) es el único que sacó boleto para el hexagonal. San José (17), Aurora (16) y Universitario (15) aspiran –con diverso grado de complejidad- a quedarse con las dos vacantes. La clave resolutiva de este misterio estará en el duelo de Oruro, donde San José recibirá a Universitario. Un empate bastaría a los orureños para clasificar. Universitario tiene que ganar para no depender de lo que suceda en el enfrentamiento de Aurora con Blooming. El empate le sería útil sólo en caso de que Aurora pierda en su visita a Santa Cruz, y sería debido a su mejor diferencia de gol (+3 contra +2).
Aurora clasificará, aún perdiendo, con un triunfo de San José sobre la U. Si empata con Blooming, Aurora debería esperar que Universitario no gane (ya que igualaría en puntos con San José, pero quedaría afuera por tener una baja diferencia de gol). Un triunfo lo catapultaría al hexagonal sin esperar la conjunción de otras variables.
A falta de una jornada para el cierre de la fase clasificatoria, sólo la mitad de los cupos han sido asegurados, restando tres para el doble de aspirantes.
The Strongest está clasificado, La Paz depende otros resultados, Wilstermann necesita que Real Potosí no gane, mientras estos dependen de sí mismos.
Bolívar, Oriente (que aseguraron con anticipación su presencia en la fase definitoria) y The Strongest (que lo consiguió ayer) serán, de algún modo, los rectores de la definición al enfrentar, en la jornada final, a cuadros con pretensiones, algunos con una matemática más plausible que la de otros. Empero, tal rectoría (asignada por el azaroso capricho del calendario en conjunción con la coyuntura clasificatoria) tendrá un grado de influencia directamente proporcional al potencial que los entrenadores estén dispuestos a reunir en sus cuadros en una fecha que, para efectos prácticos, no reporta grandes beneficios deportivos (al estar clasificados) como sí enormes riesgos (lesiones, sanciones) que, en la etapa crucial, pueden tener efectos desestabilizadores sobre el proyecto deportivo. En ese sentido, es un hecho (así los anunciaron los adiestradores de Bolívar y Oriente) que afrontarán la última jornada con equipos “muletto”, importándoles poco los daños que, al alinear equipos de competencia restringida (acepción no aplicable a Bolívar, cuya formación alterna es de primer orden), puedan provocar a terceros.
En ningún caso (alinear equipos B) es moralmente incorrecto, como suelen esgrimir aquellos que contemplan, en sus presupuestos clasificatorios, la victoria del teóricamente más fuerte, cuya potencialidad queda administrativamente recortada. Preservar sus recursos es un derecho, mientras no exista abuso de la coyuntura para digitar algún resultado conveniente, según sus intereses en la fase posterior. Y aunque a éste respecto mucho es lo que se puede conjeturar, nada puede afirmarse sin pruebas.
Bolívar presentará una alineación emergente en su cotejo con La Paz, equipo que debe ganar –esperando “pinchazos” de Real Potosí y Wilstermann- para clasificar. Los únicos que tienen control de su ecuación clasificatoria son los potosinos (con 16 puntos), pues un triunfo en Beni desactivaría las pretensiones –por insuficiencia numérica- de sus contendientes (15 unidades de los rojos y 14 de La Paz). Pese a las dificultades que encontró para superar a La Paz en la primera rueda, es evidente que Bolívar –aún con su formación alterna- tiene equipo suficiente como para plasmar una victoria. Mas, cabe preguntarse, ¿cuánto le interesa ganar? La adición de los últimos tres puntos carece de incidencia cualitativa en la clasificación, toda vez que con 25 unidades (a tres de Oriente, su escolta) su primer lugar está a salvo, más allá de que por consolidarse en la cima no reciba beneficio alguno (como la bonificación que solía otorgarse al ganador de una serie). Por tanto, puede disponer de esos puntos –si ése es su interés- del modo más conveniente. ¿Cuánto le conviene a Bolívar tener a La Paz en el hexagonal? Económicamente, bastante. Sería un viaje menos. En lo deportivo, disfrutaría de su primacía localista en un juego más (más allá de lo que diga la asignación recaudadora). Por tanto, serían tres puntos susceptibles de adición (beneficio que igual disfrutaría The Strongest), suponiendo factibles esos triunfos.
Wilstermann (que en diez fatales minutos vio cómo se le desmoronaba el mundo en Potosí) debe vencer a Oriente y esperar que Real Potosí no gane ante Real Mamoré, aunque tampoco interesa sobremanera un triunfo de los benianos si la mirada está puesta, de igual modo, en la otra tabla, la del descenso. Con 18 unidades, sería inalcanzable para La Paz y Real Potosí (si no gana). Empatando con Oriente, Wilstermann precisaría un triunfo de Real Mamoré sobre los potosinos para clasificar por diferencia de gol (-1 contra -6).
En la otra serie, la más pareja, The Strongest (con 19 puntos) es el único que sacó boleto para el hexagonal. San José (17), Aurora (16) y Universitario (15) aspiran –con diverso grado de complejidad- a quedarse con las dos vacantes. La clave resolutiva de este misterio estará en el duelo de Oruro, donde San José recibirá a Universitario. Un empate bastaría a los orureños para clasificar. Universitario tiene que ganar para no depender de lo que suceda en el enfrentamiento de Aurora con Blooming. El empate le sería útil sólo en caso de que Aurora pierda en su visita a Santa Cruz, y sería debido a su mejor diferencia de gol (+3 contra +2).
Aurora clasificará, aún perdiendo, con un triunfo de San José sobre la U. Si empata con Blooming, Aurora debería esperar que Universitario no gane (ya que igualaría en puntos con San José, pero quedaría afuera por tener una baja diferencia de gol). Un triunfo lo catapultaría al hexagonal sin esperar la conjunción de otras variables.
