Fútbol boliviano: The Strongest y Bolívar quedaron en tablas

La Paz, Erbol
The Strongest dejó pasar su momento y Bolívar no se animó a más, cuando tenía el partido a su disposición y como ocurre en las partidas de ajedrez en las que no se quiere perder, pero tampoco se hace mucho para ganar, los dos clásicos rivales empataron a un gol este domingo en un intenso partido de fútbol que dejó descontentos a ambos.

Los 30 mil aficionados presentes en el estadio Siles presenciaron el duelo del equipo que juega al toque y balón al piso (bolívar), frente al que va con guapeza a todos los balones y confía en los pelotazos largos (The Strongest), pero ambos se conocían el libreto y terminaron pactando el empate.

El Tigre empezó a toda máquina porque quería goles, aplausos y mucho más, por eso en los cinco primeros minutos del partido generó tres acciones netas de ataque y concretó un gol a través de Federico García cuando se jugaba el primer minuto de juego, tras un tiro libre magistral de Limberg Gutiérrez.

En esos cinco minutos eternos para Bolívar, Ignacio Ithurralde no llegaba a los balones y Ronald Rivero jugaba como un aprendiz habilitando al ataque rival, de manera que Walter Flores se vio obligado a irse a la cueva del área.

Pero cuando pasó el primer cuarto de hora del partido, The Strongest retiró los dedos del cuello de Bolívar y empezó el otro cotejo, que se jugó al ritmo de Bolívar, con el habitual toque, buscando espacios y apostando a las llegadas por los laterales.

Y la Academia fue una y otra vez sobre la portería atigrada, con orden pero sin fuerza, con constancia, pero sin la suficiente energía. Hasta que encontró su momento a los 37 minutos luego de un pase de Enrique Parada al área, al que sucedió un toque elegante y fuerte de Williams Ferreira para decretar el empate.

El resto fue cálculo incluidos los 45 minutos del segundo tiempo y en el que Bolívar apareció con mayor actitud ofensiva, pero para entonces el Tigre se aplicó en la marca y así como Mario Ovando anuló en la marca a Alejandro Chumacero, los atigrados maniataron a Ferreira, colocaron una marca de dos hombres a Ruddy Cardozo (lo mejor de la Academia y del partido) y dejaron suelto a Álex da Rosa porque éste se marco solo.

Hasta el árbitro se fue adaptando al partido, porque se olvidó de sacar tarjetas amarillas y el hombre drástico del inicio se convirtió en un juez dadivoso, capaz de perdonar las faltas más fuertes de manera que todo terminó como empezó, con un punto para cada uno, aunque cada quien a su turno decía que esperaba más.

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