El FMI advierte del riesgo de que el déficit pase a ser un problema insostenible
SANDRO POZZI, El País
El reto fiscal no está superado. Al contrario. Crece en los países avanzados, donde el riesgo de que el déficit y la deuda se conviertan en un problema insostenible es "cada vez mayor". Y mientras el nivel de endeudamiento esté por encima del previo a la crisis, el Fondo Monetario Internacional calcula que sus economías perderán medio punto del PIB en su potencial de crecimiento al año.
"Es un efecto considerable cuando se acumula", señala Carlo Cottarelli, director del departamento de Asuntos Fiscales, por eso defiende que se esté exigiendo a los gobiernos la adopción de medidas urgentes. Su proyección es que el balón de la deuda en los países avanzados suba del 91% del PIB de media a final de 2009 al 110% del PIB en 2015, es decir, 37 puntos durante la crisis.
Los mercados están claramente enfocados en la situación fiscal, sobre todo entre los miembros del euro, como revela la volatilidad de las últimas semanas. Por eso desde el FMI señalan que "en este ambiente, el coste de dar pasos en falso, o la percepción de una falta de preparación, será alto". El objetivo debe esta claro: reducir el nivel medio de la deuda al 60% del PIB para 2030.
Para lograrlo, el déficit deberá bajar un 4,75% del PIB en los próximos 10 años. Cottarelli admite que un ajuste de tal magnitud no es fácil, sobre todo en los países que se enfrentarán a un aumento del coste sanitario. Pero "no es imposible". Su recomendación pasa por medidas como retrasar jubilación, tocar los salarios de los funcionarios, congelar gastos no prioritarios, elevar la recaudación vía IVA y luchar contra la evasión fiscal.
"Unas medidas pueden adoptarse en 2010 y otras en 2011, pero lo importante es que la estrategia esté clara", remachó. La credibilidad, insistió Cottarelli, es clave para que los ajustes anunciados en España y Portugal permitan que el proceso de reducción de déficit se haga sin riesgo de estancar la economía. "Habrá un coste, claro. Pero más es el plan creíble, menor su efecto", apostilló.
El FMI lanzó el año pasado un mecanismo de supervisión fiscal, para seguir y analizar de la evolución de las finanzas públicas. La recuperación incipiente, según el Fondo, debe aprovecharse para adoptar las medidas ambiciosas, que vayan más allá de estabilizar la situación. Pero estas estrategias deben acometerse, añade, con "cuidado", para que no minen el crecimiento.
Aún así, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, cree que "algunos países pueden hacer más para reforzar la confianza hacia la sostenibilidad fiscal a medio plazo, sin que se debiliten las perspectivas de crecimiento". En el comentario con el que arranca el informe técnico, admite el hecho de que en algunos casos deberán adoptarse acciones "sin precedentes".
El reto fiscal no está superado. Al contrario. Crece en los países avanzados, donde el riesgo de que el déficit y la deuda se conviertan en un problema insostenible es "cada vez mayor". Y mientras el nivel de endeudamiento esté por encima del previo a la crisis, el Fondo Monetario Internacional calcula que sus economías perderán medio punto del PIB en su potencial de crecimiento al año.
"Es un efecto considerable cuando se acumula", señala Carlo Cottarelli, director del departamento de Asuntos Fiscales, por eso defiende que se esté exigiendo a los gobiernos la adopción de medidas urgentes. Su proyección es que el balón de la deuda en los países avanzados suba del 91% del PIB de media a final de 2009 al 110% del PIB en 2015, es decir, 37 puntos durante la crisis.
Los mercados están claramente enfocados en la situación fiscal, sobre todo entre los miembros del euro, como revela la volatilidad de las últimas semanas. Por eso desde el FMI señalan que "en este ambiente, el coste de dar pasos en falso, o la percepción de una falta de preparación, será alto". El objetivo debe esta claro: reducir el nivel medio de la deuda al 60% del PIB para 2030.
Para lograrlo, el déficit deberá bajar un 4,75% del PIB en los próximos 10 años. Cottarelli admite que un ajuste de tal magnitud no es fácil, sobre todo en los países que se enfrentarán a un aumento del coste sanitario. Pero "no es imposible". Su recomendación pasa por medidas como retrasar jubilación, tocar los salarios de los funcionarios, congelar gastos no prioritarios, elevar la recaudación vía IVA y luchar contra la evasión fiscal.
"Unas medidas pueden adoptarse en 2010 y otras en 2011, pero lo importante es que la estrategia esté clara", remachó. La credibilidad, insistió Cottarelli, es clave para que los ajustes anunciados en España y Portugal permitan que el proceso de reducción de déficit se haga sin riesgo de estancar la economía. "Habrá un coste, claro. Pero más es el plan creíble, menor su efecto", apostilló.
El FMI lanzó el año pasado un mecanismo de supervisión fiscal, para seguir y analizar de la evolución de las finanzas públicas. La recuperación incipiente, según el Fondo, debe aprovecharse para adoptar las medidas ambiciosas, que vayan más allá de estabilizar la situación. Pero estas estrategias deben acometerse, añade, con "cuidado", para que no minen el crecimiento.
Aún así, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, cree que "algunos países pueden hacer más para reforzar la confianza hacia la sostenibilidad fiscal a medio plazo, sin que se debiliten las perspectivas de crecimiento". En el comentario con el que arranca el informe técnico, admite el hecho de que en algunos casos deberán adoptarse acciones "sin precedentes".