Crisis en Grecia: ¿en camino al abismo argentino de 2001?

Marcelo Justo
BBC mundo
Mientras Grecia se paraliza por una huelga general contra las medidas de ajuste del gobierno, anunciadas a cambio de un paquete de rescate de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI), crecen los temores de que su crisis se contagie al resto de Europa.

El gobierno de Atenas asegura que el sacrificio es la única salida a esta situación.
Sin embargo, el caso griego recuerda cada vez más al argentino en 2001.
En enero de ese año, Argentina celebró el "blindaje", un acuerdo de unos US$40.000 millones con el FMI, bancos, aseguradoras y España para evitar una cesación de pagos. En diciembre, tiró la toalla y declaró el temido default, palabra del inglés que se había convertido en uso corriente en el nivel nacional.

¿Será este fracaso el destino del megarescate por 110.000 millones de euros que acordaron Grecia, la eurozona y el organismo de crédito?
Un ex economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff, se encuentra entre los que alertan sobre los paralelos con el caso argentino.
"En Argentina, los rescates del FMI sólo pospusieron el final que terminó con una cesación de pagos extremadamente traumática", opina Rogoff.

Paralelos


Similitudes no faltan. Como Argentina en 2001, Grecia tiene vencimientos de deuda a la vuelta de la esquina, un fuerte deficit fiscal, una galopante evasión impositiva, una economía en recesión y una moneda sobrevaluada.
Peor aún, el remedio acordado tiene fuertes posibilidades de ser peor que la enfermedad.
Grecia se ha comprometido a una drástica reducción del deficit fiscal (30.000 millones de euros en tres años) en medio de una fuerte recesión económica, receta que tuvo un desastroso resultado en la sobreendeudada Argentina hace menos de una década.

Uno de los pocos economistas que predijo la actual crisis mundial, Nouriel Roubini, alertó sobre las dificultades de sanear las cuentas públicas en medio de una recesión.
"Si el PIB (Producto Interno Bruto) cae, es casi imposible lograr ciertas metas de déficit y deuda. Ésa fue la trampa en la que quedó Argentina entre 1999 y 2001", explica Roubini.
Cuando cae la actividad económica, baja automáticamente la recaudación impositiva. Con un aumento impositivo y un congelamiento salarial, se frena uno de los motores de la economía: el consumo.

Esta sumatoria de déficit fiscal, recesión y ajuste se convierte en un círculo vicioso sin salida.

En helicóptero y a las carreras

En el último fatídico año de la convertibilidad (la paridad entre el peso y el dólar), el PIB argentino se desplomó un 4,5%. En Grecia se estima que este añó la caída rondará en un 4%, el doble que en 2009.
A cambio del paquete de ayuda del FMI, Argentina se comprometió a fuertes medidas de ajuste.
Creo que Grecia, en lugar de seguir honrando su deuda, debería reestructurarla de forma ordenada

Domingo Cavallo, ex ministro de Economía de Argentina
El impacto social se hizo sentir en las calles: el entonces presidente, Fernando de la Rúa, terminó huyendo de la Casa Rosada en helicóptero.
Grecia ya ha puesto en marcha tres planes de ajuste con una economía que depende estrechamente de su sector público, responsable del 40% del PIB. Las manifestaciones y huelgas se han multiplicando desde enero.

Pero quizá el paralelo más preocupante entre ambos países es la política monetaria.
"En Argentina no se podía emitir moneda o devaluar. Ante una recesión, la única medida era el ajuste. Lo mismo pasa con Grecia y el euro. Grecia no puede emitir moneda ni devaluarla para mejorar su competitividad frente a otras economías: tiene que ajustar. En ambos casos se renuncia a una política monetaria, fiscal y cambiaria propia", le dice a BBC Mundo el economista argentino Fabian Amico, de la Universidad de Luján, al norte de Buenos Aires.

Diferencias

Raramente la historia se repite, a no ser que los países son idénticos.
En este caso, la gran diferencia es que la crisis griega puede tener repercusiones europeas y globales que van mucho más allá de su estatura económica.
Grecia representa el 2,4% de la eurozona en términos del PIB, pero su caída puede producir un efecto de contagio en otras naciones (Portugal y España son los candidatos más obvios).

A lo que se suma que muchos bancos europeos están fuertemente expuestos a la deuda de Grecia.
Entidades alemanas tienen unos 27.000 millones de euros en bonos soberanos griegos, bancos británicos suman unos 10.000 millones y los franceses BNP Paribas y Societe General se encuentran entre los que acumulan más deuda de Grecia en sus balances.
En pocas palabras, son muchos los que quieren evitar una cesación de pagos.

En el caso de Argentina no existía esa conjunción de factores.
Esto puede convertirse en una desventaja, porque para Argentina la dolorosísima salida de la cesación de pagos y la devaluación fue casi inevitable.
Por sus compromisos, Grecia está más atada al carro de la eurozona. De ahí que varios economistas recomiendan que aprenda de la historia reciente y se ahorre tiempo y sufrimiento lanzando ya una reestructuración de su deuda.

Incluso Domingo Cavallo, el polémico ministro de Economía de Argentina en 2001, aconsejó en una entrevista con la BBC: "Creo que Grecia, en lugar de seguir honrando su deuda, debería reestructurarla de forma ordenada, extendiendo los vencimientos y bajando las tasas de interés de sus bonos".

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