¿Cibertertulias o comunicación participativa?
Daniele Grasso / Madrid
A pesar del papel cada vez más activo que asumen los internautas en la creación de información en la red, no todos los medios de información están de acuerdo con la introducción de los comentarios en su edición web.
“Los comentarios son fundamentales para discutir o dar otro punto diferente a una noticia, artículo o apunte”. Ricardo Galli, creador del portal menéame.net, decía esto en una reciente entrevista a DIAGONAL. Mostraba así su estupor frente a la existencia en internet de medios digitales con noticias que no puedan comentarse. De hecho, la posibilidad de comentar una noticia es una de las herramientas más utilizadas por los medios digitales para mantener una relación con su público, acercándose a un “periodismo participativo”. No obstante, existen diferentes medios que todavía no están de acuerdo con la utilización de esta herramienta, calificándola como inútil y dispersiva. Recientemente, el Gobierno chino, para combatir las opiniones negativas sobre el país que llegan desde el extranjero, ha anunciado que se tomarán medidas para prohibir los comentarios anónimos en internet.
Bla, bla, bla...
En los blogs, medios pioneros en este sentido, los comentarios han sido siempre una parte imprescindible, tanto que Pepe Flores, editor de alt1040.com, los define como “la razón de ser de un blog” y añade que “sin comentarios un blog, por muy bueno que sea, se muere”. Sin embargo, el discurso cambia a la hora de poder comentar la noticia de un periódico digital propiamente dicho, ya sea desde el punto de vista de la contrainformación o de los medios más puramente empresariales. Indymedia, que introdujo la posibilidad de libre edición y periodismo participativo en 1999, se colapsó a causa del “ruido”, como lo definió en una entrevista al periódico argentino La Vaca, uno de los precursores de Indymedia Madrid, Amador Fernández Savater, refiriéndose “al ruido, los trolls, los cotilleos, un blablablá sin ninguna densidad ni afectación subjetiva”.
Las “cartas al director” parecen haber pasado ya a la historia. Los grandes medios de comunicación de actualidad han ampliado las opciones con las que el lector puede expresarse en el mismo periódico. En Inglaterra, el diario The Guardian anunciaba el 23 de abril que durante la campaña electoral de las últimas elecciones se habrían reunido el editor Alan Rusbridger y la redacción para discutir a cual de los tres candidatos a Downing Street apoyarían. Este año, por primera vez, se ha decidido “escuchar no sólo la voz de su staff, sino también la de sus lectores y usuarios web” invitándoles a dejar un conciso comentario con la indicación de voto. La misma tarde, se cerraba el espacio dedicado a las internautas, por haber saturado la página al llegar a los 1.666 comentarios. De esta manera los lectores de la edición digital influyeron en la línea editorial, más que los que compran cada mañana el diario en los quioscos.
Guardian.co.uk es uno de los medios de comunicación empresariales en línea que más recursos deja al lector para que comente la noticia. Como otros periódicos, a menudo invita a sus lectores a charlar con un experto, a hacer preguntas en directo, o a publicar sus noticias (como en la sección “Yo, periodista” del diario El País).
“Termómetro y terapia”
De esta forma los comentarios habrían logrado romper la “cuarta pared” entre periodista y lectores: “Deben considerarse como una especie de termómetro, pero también de terapia para el lector.” nos cuenta Pepe Flores, “de alguna manera, el acto de comentar una noticia le involucra en un diálogo, le permite externalizar su opinión y, en algunos casos, le permite desahogarse sobre una situación que le afecte. Para el periódico, es bueno el análisis de los comentarios para entender cómo incorporar ciertos temas a su agenda”.
Y de este “desahogo” nace, a veces, un debate constructivo, actitud muy visible en muchos medios de contrainformación. Según el colectivo editorial de Kaos en la Red, cuyo “objetivo es dar voz a los sin voz”, los comentarios se han convertido en una herramienta imprescindible, porque “a pesar del trabajo que significa para el colectivo su gestión, es una de las señas de identidad de Kaos en la red.” Su papel fundamental es conseguir que la “comunicación horizontal no sea solamente unidireccional, como ocurre en otras páginas de contrainformación”. Y, sin olvidar la importancia de la acción tras el debate, añaden que para transformar de forma colectiva hay que participar colectivamente en los debates.
Provocar el debate
Sin embargo, el uso de comentarios no sólo tiene problemas por su administración para una web (también desde un punto de vista económico), sino que puede conllevar más problemas. “La experiencia de medios de publicación abierta, sobre todo en el ámbito de la contrainformación, demuestra la tendencia a su uso como espacio para el insulto y los ajustes de cuentas de las rencillas políticas”, cuentan desde nodo50.org, web de contrainformación centrada en facilitar la información emitida por y para los movimientos sociales. En su caso, el hecho de renunciar a los comentarios no ha significado destinar al usuario a la pasividad, porque “también los usuarios pueden participar aportando informaciones, como así sucede, a través de los canales que ponemos a su disposición”.
A pesar de que lleguen a su redacción cartas, emails y llamadas diarias de los lectores, esta decisión tiene una razón muy clara, y es que surja el debate. Los usuarios debaten constantemente y tienen que hacerlo, pero “no es con nosotros, que somos el canal, con quien tienen que debatir. Hay otros espacios para eso: las asambleas, los talleres, jornadas, otros foros de debate, etc.” concluyen desde Nodo50.
A pesar del papel cada vez más activo que asumen los internautas en la creación de información en la red, no todos los medios de información están de acuerdo con la introducción de los comentarios en su edición web.
“Los comentarios son fundamentales para discutir o dar otro punto diferente a una noticia, artículo o apunte”. Ricardo Galli, creador del portal menéame.net, decía esto en una reciente entrevista a DIAGONAL. Mostraba así su estupor frente a la existencia en internet de medios digitales con noticias que no puedan comentarse. De hecho, la posibilidad de comentar una noticia es una de las herramientas más utilizadas por los medios digitales para mantener una relación con su público, acercándose a un “periodismo participativo”. No obstante, existen diferentes medios que todavía no están de acuerdo con la utilización de esta herramienta, calificándola como inútil y dispersiva. Recientemente, el Gobierno chino, para combatir las opiniones negativas sobre el país que llegan desde el extranjero, ha anunciado que se tomarán medidas para prohibir los comentarios anónimos en internet.
Bla, bla, bla...
En los blogs, medios pioneros en este sentido, los comentarios han sido siempre una parte imprescindible, tanto que Pepe Flores, editor de alt1040.com, los define como “la razón de ser de un blog” y añade que “sin comentarios un blog, por muy bueno que sea, se muere”. Sin embargo, el discurso cambia a la hora de poder comentar la noticia de un periódico digital propiamente dicho, ya sea desde el punto de vista de la contrainformación o de los medios más puramente empresariales. Indymedia, que introdujo la posibilidad de libre edición y periodismo participativo en 1999, se colapsó a causa del “ruido”, como lo definió en una entrevista al periódico argentino La Vaca, uno de los precursores de Indymedia Madrid, Amador Fernández Savater, refiriéndose “al ruido, los trolls, los cotilleos, un blablablá sin ninguna densidad ni afectación subjetiva”.
Las “cartas al director” parecen haber pasado ya a la historia. Los grandes medios de comunicación de actualidad han ampliado las opciones con las que el lector puede expresarse en el mismo periódico. En Inglaterra, el diario The Guardian anunciaba el 23 de abril que durante la campaña electoral de las últimas elecciones se habrían reunido el editor Alan Rusbridger y la redacción para discutir a cual de los tres candidatos a Downing Street apoyarían. Este año, por primera vez, se ha decidido “escuchar no sólo la voz de su staff, sino también la de sus lectores y usuarios web” invitándoles a dejar un conciso comentario con la indicación de voto. La misma tarde, se cerraba el espacio dedicado a las internautas, por haber saturado la página al llegar a los 1.666 comentarios. De esta manera los lectores de la edición digital influyeron en la línea editorial, más que los que compran cada mañana el diario en los quioscos.
Guardian.co.uk es uno de los medios de comunicación empresariales en línea que más recursos deja al lector para que comente la noticia. Como otros periódicos, a menudo invita a sus lectores a charlar con un experto, a hacer preguntas en directo, o a publicar sus noticias (como en la sección “Yo, periodista” del diario El País).
“Termómetro y terapia”
De esta forma los comentarios habrían logrado romper la “cuarta pared” entre periodista y lectores: “Deben considerarse como una especie de termómetro, pero también de terapia para el lector.” nos cuenta Pepe Flores, “de alguna manera, el acto de comentar una noticia le involucra en un diálogo, le permite externalizar su opinión y, en algunos casos, le permite desahogarse sobre una situación que le afecte. Para el periódico, es bueno el análisis de los comentarios para entender cómo incorporar ciertos temas a su agenda”.
Y de este “desahogo” nace, a veces, un debate constructivo, actitud muy visible en muchos medios de contrainformación. Según el colectivo editorial de Kaos en la Red, cuyo “objetivo es dar voz a los sin voz”, los comentarios se han convertido en una herramienta imprescindible, porque “a pesar del trabajo que significa para el colectivo su gestión, es una de las señas de identidad de Kaos en la red.” Su papel fundamental es conseguir que la “comunicación horizontal no sea solamente unidireccional, como ocurre en otras páginas de contrainformación”. Y, sin olvidar la importancia de la acción tras el debate, añaden que para transformar de forma colectiva hay que participar colectivamente en los debates.
Provocar el debate
Sin embargo, el uso de comentarios no sólo tiene problemas por su administración para una web (también desde un punto de vista económico), sino que puede conllevar más problemas. “La experiencia de medios de publicación abierta, sobre todo en el ámbito de la contrainformación, demuestra la tendencia a su uso como espacio para el insulto y los ajustes de cuentas de las rencillas políticas”, cuentan desde nodo50.org, web de contrainformación centrada en facilitar la información emitida por y para los movimientos sociales. En su caso, el hecho de renunciar a los comentarios no ha significado destinar al usuario a la pasividad, porque “también los usuarios pueden participar aportando informaciones, como así sucede, a través de los canales que ponemos a su disposición”.
A pesar de que lleguen a su redacción cartas, emails y llamadas diarias de los lectores, esta decisión tiene una razón muy clara, y es que surja el debate. Los usuarios debaten constantemente y tienen que hacerlo, pero “no es con nosotros, que somos el canal, con quien tienen que debatir. Hay otros espacios para eso: las asambleas, los talleres, jornadas, otros foros de debate, etc.” concluyen desde Nodo50.