Bolivia se zambulle en aguas de la autonomía estatal
Sucre, ABI
Bolivia, que desde 1825 observó un régimen de poder centralizado en Sucre y La Paz, ingresó de lleno el domingo en el terreno del poder regional autónomo luego de que el presidente Evo Morales juramentara a los primeros nueve gobernadores departamentales, que 337 alcaldes ocuparan sus cargos y las asambleas legislativas locales eligieran a sus directivas.
Las autonomías, caro anhelo esbozado en más de 150 años, aterrizaron en este país andino amazónico que concentró, desde su primera Constitución, todo el poder en la figura unitaria del Presidente, al conjuro de una ley transitoria que canalizó la juramentación de más de 2.200 autoridades subnacionales.
En el amanecer de su segundo mandato consecutivo, Morales presidió el acto de posesión de los gobernadores en la Casa de la Libertad, donde se fundó Bolivia hace 185 años.
En un conciliador discurso determinado por un reproche, el mandatario indígena de izquierdas llamó a los gobernadores a promover la unidad del país que timonea desde 2006.
El ministro de Autonomías, Carlos Romero, anunció la disposición del gobierno de coordinar con los 9 gobernadores, amén de su ideología.
"Ha habido un mensaje muy claro del Presidente. Queremos trabajar de manera coordinada con los gobernadores, es nuestra responsabilidad, es la esencia de la autonomía, la coordinación entre el nivel nacional y las autonomías", afirmó.
"Queremos recoger la palabra de los protagonistas directos de la autonomía", afirmo al asegurar que las autonomías se consumarán con la promulgación de una ley marco, proyectada para fines de julio.
"Es el desafío más inmediato, tiene que estar aprobado hasta el 22 de julio", subrayó, al tiempo de pedir acuerdos.
En el acto en que ministró la posesión de gobernadores, el jefe de Estado boliviano pidió en particular a los gobernadores opositores de Santa Cruz, Rubén Costas, de Beni, Ernesto Suárez y de Tarija, Mario Cossío, aunar fuerzas para despegar a Bolivia hacia el desarrollo con equidad, no sin antes reprocharles sus políticas para deponerlo en agosto y setiembre de 2008.
"Se acabaron los tiempos de conspiración, en los que los opositores fracasaron en su propósito de derrocar al Gobierno, ha llegado la hora de trabajar unidos para servir a los departamentos y a Bolivia", afirmó.
Costas se izó sobre la silla y pidió, con ademanes, hablar, pero luego morigeró su reacción.
Más tarde dijo que nunca más admitiría que le tachen de "separatista y golpista".
Por su parte Cossío demandó al Ejecutivo nacional "análisis y concertación", antes de "persecución judicial" contra autoridades sospechadas de corrupción.
Suárez hizo mutis por el foro.
Tras la posesión en escala de autoridades subnacionales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), de Morales, tomó el control de 8 de las 9 asambleas legislativas departamentales de Bolivia (ALD), en sendos actos de elección registrados entre sábado y domingo.
El correlato de fuerzas en el mapa político boliviano departamental aisló a Santa Cruz (este) -pulmón económico de Bolivia y bastión de grupos civiles y empresariales opuestos a Morales- que pasó a gobernar Costas.
Militantes del MAS presiden, en consecuencia, las ALD de Beni y Tarija, gobernados por los conservadores Suárez y Cossío respectivamente.
Lo mismo, en La Paz, Chuquisaca, Oruro, Cochabamba, Potosí y Pando, que gobiernan desde este domingo militantes del gobiernista MAS.
En señal de austeridad y apego a las acciones del mandatario, que podó de salario mensual de 7.500 dólares de menos de 2.000, los prefectos oficialistas anunciaron su decisión de recortar sus emolumentos en 15%, de 14.000 a 12.000 bolivianos.
César Cocarico, gobernador de La Paz, pidió la unidad de las poblaciones de la ciudad de La Paz, su vecina de El Alto y las 20 provincias para desarrollar el departamento que busca convertirse en productor de petróleo, energía y azúcar.
Por su parte el gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo, pidió recuperar el terreno perdido en las políticas contrarias a las reformas que impulsa Morales.
"Ya no se puede destinar el tiempo a conspirar o a sabotear el proceso de cambio porque el pueblo ha demostrado con su voto que lo que quiere es que prosigan las transformaciones sociales profundas emprendidas por el presidente Evo Morales", anotó.
Sus colega y correligionarios de Potosí, Félix González, y de Chuquisaca, Esteban Urquizo, demandaron la incorporación de los pueblos indígenas a los proyectos de desarrollo nacional.
Las juramentaciones preñaron de promesas y discursos el nivel municipal en un domingo atípico.
El alcalde juramentado de La Paz, Luis Revilla, del ahora opositor Movimiento Sin Miedo, delfín de su predecesor centroizquierdista Juan del Granado pidió a los concejales espíritu de cuerpo para llevar a la ciudad sede de gobierno a buen puerto.
"Mi pedido de que los 11 concejales puedan conformar un equipo de trabajo en beneficio y función de los intereses del pueblo paceño y relegando cualquier interés político, partidario y sectario ", señaló.
El partido de Revilla controla sólo 5 de los 11 escaños del órgano edil.
Polémico e intemperante, en su estilo, el alcalde electo de la ciudad de Santa Cruz, Percy Fernández, montó en cólera cuando alguien instalado en el foro de gritó "logiero".
No obstante, se dijo dispuesto a "ser el alcalde de los nacidos en esta tierra y de los llegados a esta tierra, porque aquí, en este noble lugar, hay sitio para todos".
Por último el flamante alcalde de la ciudad de Cochabamba, el artista Edwin Castellanos, pidió desterrar prácticas coloniales y clientelares que ensombrecieron la administración boliviana sin solución de continuidad hasta 2006.
"Los caudillistas coloniales y las expresiones clientelistas de la república caducan, no pueden persistir dentro un modelo de cambio, dentro un paradigma sano que nos enseña a vivir bien", aseguró.
Bolivia, que desde 1825 observó un régimen de poder centralizado en Sucre y La Paz, ingresó de lleno el domingo en el terreno del poder regional autónomo luego de que el presidente Evo Morales juramentara a los primeros nueve gobernadores departamentales, que 337 alcaldes ocuparan sus cargos y las asambleas legislativas locales eligieran a sus directivas.
Las autonomías, caro anhelo esbozado en más de 150 años, aterrizaron en este país andino amazónico que concentró, desde su primera Constitución, todo el poder en la figura unitaria del Presidente, al conjuro de una ley transitoria que canalizó la juramentación de más de 2.200 autoridades subnacionales.
En el amanecer de su segundo mandato consecutivo, Morales presidió el acto de posesión de los gobernadores en la Casa de la Libertad, donde se fundó Bolivia hace 185 años.
En un conciliador discurso determinado por un reproche, el mandatario indígena de izquierdas llamó a los gobernadores a promover la unidad del país que timonea desde 2006.
El ministro de Autonomías, Carlos Romero, anunció la disposición del gobierno de coordinar con los 9 gobernadores, amén de su ideología.
"Ha habido un mensaje muy claro del Presidente. Queremos trabajar de manera coordinada con los gobernadores, es nuestra responsabilidad, es la esencia de la autonomía, la coordinación entre el nivel nacional y las autonomías", afirmó.
"Queremos recoger la palabra de los protagonistas directos de la autonomía", afirmo al asegurar que las autonomías se consumarán con la promulgación de una ley marco, proyectada para fines de julio.
"Es el desafío más inmediato, tiene que estar aprobado hasta el 22 de julio", subrayó, al tiempo de pedir acuerdos.
En el acto en que ministró la posesión de gobernadores, el jefe de Estado boliviano pidió en particular a los gobernadores opositores de Santa Cruz, Rubén Costas, de Beni, Ernesto Suárez y de Tarija, Mario Cossío, aunar fuerzas para despegar a Bolivia hacia el desarrollo con equidad, no sin antes reprocharles sus políticas para deponerlo en agosto y setiembre de 2008.
"Se acabaron los tiempos de conspiración, en los que los opositores fracasaron en su propósito de derrocar al Gobierno, ha llegado la hora de trabajar unidos para servir a los departamentos y a Bolivia", afirmó.
Costas se izó sobre la silla y pidió, con ademanes, hablar, pero luego morigeró su reacción.
Más tarde dijo que nunca más admitiría que le tachen de "separatista y golpista".
Por su parte Cossío demandó al Ejecutivo nacional "análisis y concertación", antes de "persecución judicial" contra autoridades sospechadas de corrupción.
Suárez hizo mutis por el foro.
Tras la posesión en escala de autoridades subnacionales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), de Morales, tomó el control de 8 de las 9 asambleas legislativas departamentales de Bolivia (ALD), en sendos actos de elección registrados entre sábado y domingo.
El correlato de fuerzas en el mapa político boliviano departamental aisló a Santa Cruz (este) -pulmón económico de Bolivia y bastión de grupos civiles y empresariales opuestos a Morales- que pasó a gobernar Costas.
Militantes del MAS presiden, en consecuencia, las ALD de Beni y Tarija, gobernados por los conservadores Suárez y Cossío respectivamente.
Lo mismo, en La Paz, Chuquisaca, Oruro, Cochabamba, Potosí y Pando, que gobiernan desde este domingo militantes del gobiernista MAS.
En señal de austeridad y apego a las acciones del mandatario, que podó de salario mensual de 7.500 dólares de menos de 2.000, los prefectos oficialistas anunciaron su decisión de recortar sus emolumentos en 15%, de 14.000 a 12.000 bolivianos.
César Cocarico, gobernador de La Paz, pidió la unidad de las poblaciones de la ciudad de La Paz, su vecina de El Alto y las 20 provincias para desarrollar el departamento que busca convertirse en productor de petróleo, energía y azúcar.
Por su parte el gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo, pidió recuperar el terreno perdido en las políticas contrarias a las reformas que impulsa Morales.
"Ya no se puede destinar el tiempo a conspirar o a sabotear el proceso de cambio porque el pueblo ha demostrado con su voto que lo que quiere es que prosigan las transformaciones sociales profundas emprendidas por el presidente Evo Morales", anotó.
Sus colega y correligionarios de Potosí, Félix González, y de Chuquisaca, Esteban Urquizo, demandaron la incorporación de los pueblos indígenas a los proyectos de desarrollo nacional.
Las juramentaciones preñaron de promesas y discursos el nivel municipal en un domingo atípico.
El alcalde juramentado de La Paz, Luis Revilla, del ahora opositor Movimiento Sin Miedo, delfín de su predecesor centroizquierdista Juan del Granado pidió a los concejales espíritu de cuerpo para llevar a la ciudad sede de gobierno a buen puerto.
"Mi pedido de que los 11 concejales puedan conformar un equipo de trabajo en beneficio y función de los intereses del pueblo paceño y relegando cualquier interés político, partidario y sectario ", señaló.
El partido de Revilla controla sólo 5 de los 11 escaños del órgano edil.
Polémico e intemperante, en su estilo, el alcalde electo de la ciudad de Santa Cruz, Percy Fernández, montó en cólera cuando alguien instalado en el foro de gritó "logiero".
No obstante, se dijo dispuesto a "ser el alcalde de los nacidos en esta tierra y de los llegados a esta tierra, porque aquí, en este noble lugar, hay sitio para todos".
Por último el flamante alcalde de la ciudad de Cochabamba, el artista Edwin Castellanos, pidió desterrar prácticas coloniales y clientelares que ensombrecieron la administración boliviana sin solución de continuidad hasta 2006.
"Los caudillistas coloniales y las expresiones clientelistas de la república caducan, no pueden persistir dentro un modelo de cambio, dentro un paradigma sano que nos enseña a vivir bien", aseguró.