Barcelona goleó al Tenerife, dejando algunas dudas
Edú Herrero, As
El Tenerife asustó al líder con el empate a uno de Román, aunque se desinfló en la segunda parte. Oltra reservó a algunos de sus titulares, pero el equipo chicharrero no se rindió hasta el final. Messi abrió y cerró el marcador; Bojan hizo el decisivo 2-1 y Pedro el 3-1. Delgado Ferreiro anuló un gol de Nino. Piqué se retiró lesionado en la primera mitad y Xavi jugó todo el partido. Alves fue el mejor. El Barça seguirá líder una jornada más, aunque las dificultades mostradas hoy alimentan las esperanzas blancas.
Dudas, muchas dudas ha dejado hoy el FC Barcelona en el Camp Nou ante un equipo inmerso en los puestos de descenso y plagado de suplentes. Ganó 4-1, pero durante varios minutos aparecieron los fantasmas del 'Tamudazo' y peligró la victoria. La defensa tembló; el juego fue lento; la afición se impacientó por momentos e Ibra siguió jugando a un ritmo inferior que el resto. El resultado fue muy superior al juego, a las sensaciones, al fútbol de un equipo que nos ha acostumbrado a la excelencia y que hoy ha demostrado que también existen fisuras dentro de la perfección. Además, los rivales también juegan aunque a veces parezcan rendidos en sus planteamientos.
Algunos lo llaman 'ataques de entrenador', otros genialidades tácticas cuando sale bien o, por contra, actos kamikazes cuando el riesgo se convierte en fracaso. La alineación del Tenerife sonaba a suicidio con su máximo goleador, Nino, en el banquillo y sin su columna vertebral: Ayoze, Bertrán y Ricardo (apercibidos). Oltra, en uno de esos espasmos de técnico, decidió reservar a parte de sus titulares para el trascendental duelo por la permanencia ante el Almería del próximo sábado y dio la orden de salir a la aventura. Cuando la necesidad aprieta, da igual quién juegue, aunque te enfrentes a un equipo que te saca 55 puntos en la tabla, pero si los mejores están en el banco, las mínimas posibilidades de victoria se encogen.
El gol de Messi, su celebración y la relajación general daban a entender que el trabajo ya estaba hecho. Y eso que sólo era el minuto 16. El argentino, que firmó un hat-trick en la ida, aprovechó un rechace de Ibra y la lentitud de Aragoneses para adelantar al Barça, con un toque sutil con la derecha. Era su trigésimo gol en la Liga y apenas corrió eufórico porque parecía el primero de una tranquila goleada. Pero había un perico en el campo y ningún culé se percató. Su nombre es Román, su apellido Martínez y su club, el Espanyol (cedido). El '15' del Tenerife culminó un fallo en la salida de balón de Puyol para poner la histeria general en el Camp Nou, que hasta ese momento dormitaba, con el sonar de la lluvia y el cansancio propio de un martes por la noche. Muchos ya hablaban del nuevo 'Tamudazo', pero aún quedaban 45 largos minutos.
Toda una segunda parte en la que no pudo participar Piqué, que se lesionó en un cruce ante Alfaro. Pep sustituyó al central por Pedro; retrasó a Touré; dejó el medio centro a Xavi y Keita; y arriba a Bojan, Messi, Ibra y el propio Pedro.
Pasaban los minutos y el Barcelona no encontraba la vía de tumbar al Tenerife. Hacía mucho que no se oía el runrún en el Camp Nou, por cierto con una de las peores entradas de la temporada. Ni siquiera se oyó ante el Inter, cuando se escapaba la Champions. Hoy, el rumor del público señalaba de nuevo a un impreciso Ibrahimovic y evidenciaba a un Barcelona extrañamente nervioso, perdido, sin ideas, que abusaba excesivamente de Xavi. Lesionado o no, con una rotura en el sóleo o no, el de Tarrasa es fundamental en cualquier equipo, incluso en éste, aunque en el campo haya súper estrellas como Messi o Ibrahimovic. La Liga se acaba y Xavi está echando el resto, aunque a la vuelta de la esquina asome el Mundial.
Alarmados con la ausencia de Nino, fue salir el delantero almeriense y marcar el Barça. No una vez, sino, tres. Caprichos del destino. En el 2-1, tomó los galones de asistente Dani Alves. El lateral incidió por el centro y se la dejó a Bojan que de tiro cruzado cercenó las esperanzas visitantes de victoria y alejó la permanecia del Tenerife. Poco después, el tinerfeño Pedro hacía el tercero con la izquierda ante Aragoneses después de un fallo en el corte de Héctor. Antes del cuarto, llegó el gol anulado a Nino. Delgado Ferreiro consideró adelantada la posición del delantero en un pase de la muerte de Alfaro y restó emoción al partido.
Se fueron Ibrahimovic, ya con el graderío más contento por el resultado, y Bojan. Entraron Busquets y Henry, para dar más orden y equilibrio al equipo. El Camp Nou recuperó sus cánticos, ovaciones y celebró el 4-1 de Messi como en las grandes tardes, aunque las sensaciones sobre el terreno eran extrañas. La Liga se consume y con más o menos brillo, el Barça supera otra jornada más sin fallar. Sevilla y Valladolid son sus dos últimos obstáculos para levantar el único título al que aspira. El Madrid seguirá al acecho por si las dudas se convierten en hechos.
El Tenerife asustó al líder con el empate a uno de Román, aunque se desinfló en la segunda parte. Oltra reservó a algunos de sus titulares, pero el equipo chicharrero no se rindió hasta el final. Messi abrió y cerró el marcador; Bojan hizo el decisivo 2-1 y Pedro el 3-1. Delgado Ferreiro anuló un gol de Nino. Piqué se retiró lesionado en la primera mitad y Xavi jugó todo el partido. Alves fue el mejor. El Barça seguirá líder una jornada más, aunque las dificultades mostradas hoy alimentan las esperanzas blancas.
Dudas, muchas dudas ha dejado hoy el FC Barcelona en el Camp Nou ante un equipo inmerso en los puestos de descenso y plagado de suplentes. Ganó 4-1, pero durante varios minutos aparecieron los fantasmas del 'Tamudazo' y peligró la victoria. La defensa tembló; el juego fue lento; la afición se impacientó por momentos e Ibra siguió jugando a un ritmo inferior que el resto. El resultado fue muy superior al juego, a las sensaciones, al fútbol de un equipo que nos ha acostumbrado a la excelencia y que hoy ha demostrado que también existen fisuras dentro de la perfección. Además, los rivales también juegan aunque a veces parezcan rendidos en sus planteamientos.
Algunos lo llaman 'ataques de entrenador', otros genialidades tácticas cuando sale bien o, por contra, actos kamikazes cuando el riesgo se convierte en fracaso. La alineación del Tenerife sonaba a suicidio con su máximo goleador, Nino, en el banquillo y sin su columna vertebral: Ayoze, Bertrán y Ricardo (apercibidos). Oltra, en uno de esos espasmos de técnico, decidió reservar a parte de sus titulares para el trascendental duelo por la permanencia ante el Almería del próximo sábado y dio la orden de salir a la aventura. Cuando la necesidad aprieta, da igual quién juegue, aunque te enfrentes a un equipo que te saca 55 puntos en la tabla, pero si los mejores están en el banco, las mínimas posibilidades de victoria se encogen.
El gol de Messi, su celebración y la relajación general daban a entender que el trabajo ya estaba hecho. Y eso que sólo era el minuto 16. El argentino, que firmó un hat-trick en la ida, aprovechó un rechace de Ibra y la lentitud de Aragoneses para adelantar al Barça, con un toque sutil con la derecha. Era su trigésimo gol en la Liga y apenas corrió eufórico porque parecía el primero de una tranquila goleada. Pero había un perico en el campo y ningún culé se percató. Su nombre es Román, su apellido Martínez y su club, el Espanyol (cedido). El '15' del Tenerife culminó un fallo en la salida de balón de Puyol para poner la histeria general en el Camp Nou, que hasta ese momento dormitaba, con el sonar de la lluvia y el cansancio propio de un martes por la noche. Muchos ya hablaban del nuevo 'Tamudazo', pero aún quedaban 45 largos minutos.
Toda una segunda parte en la que no pudo participar Piqué, que se lesionó en un cruce ante Alfaro. Pep sustituyó al central por Pedro; retrasó a Touré; dejó el medio centro a Xavi y Keita; y arriba a Bojan, Messi, Ibra y el propio Pedro.
Pasaban los minutos y el Barcelona no encontraba la vía de tumbar al Tenerife. Hacía mucho que no se oía el runrún en el Camp Nou, por cierto con una de las peores entradas de la temporada. Ni siquiera se oyó ante el Inter, cuando se escapaba la Champions. Hoy, el rumor del público señalaba de nuevo a un impreciso Ibrahimovic y evidenciaba a un Barcelona extrañamente nervioso, perdido, sin ideas, que abusaba excesivamente de Xavi. Lesionado o no, con una rotura en el sóleo o no, el de Tarrasa es fundamental en cualquier equipo, incluso en éste, aunque en el campo haya súper estrellas como Messi o Ibrahimovic. La Liga se acaba y Xavi está echando el resto, aunque a la vuelta de la esquina asome el Mundial.
Alarmados con la ausencia de Nino, fue salir el delantero almeriense y marcar el Barça. No una vez, sino, tres. Caprichos del destino. En el 2-1, tomó los galones de asistente Dani Alves. El lateral incidió por el centro y se la dejó a Bojan que de tiro cruzado cercenó las esperanzas visitantes de victoria y alejó la permanecia del Tenerife. Poco después, el tinerfeño Pedro hacía el tercero con la izquierda ante Aragoneses después de un fallo en el corte de Héctor. Antes del cuarto, llegó el gol anulado a Nino. Delgado Ferreiro consideró adelantada la posición del delantero en un pase de la muerte de Alfaro y restó emoción al partido.
Se fueron Ibrahimovic, ya con el graderío más contento por el resultado, y Bojan. Entraron Busquets y Henry, para dar más orden y equilibrio al equipo. El Camp Nou recuperó sus cánticos, ovaciones y celebró el 4-1 de Messi como en las grandes tardes, aunque las sensaciones sobre el terreno eran extrañas. La Liga se consume y con más o menos brillo, el Barça supera otra jornada más sin fallar. Sevilla y Valladolid son sus dos últimos obstáculos para levantar el único título al que aspira. El Madrid seguirá al acecho por si las dudas se convierten en hechos.