Aumento salarial entre 2006 y 2009 (40,6%) triplica acumulado entre 2002 y 2005
La Paz, Abi
El gobierno de Evo Morales resaltó el domingo, el incremento acumulado de salarios entre 2006 y 2009, que orilla 41%, tres veces que la sumatoria de los verificadas entre 2002 y 2005, al tiempo de ratificar que la suba salarial para 2010 se anclará en 5%, pese a los reclamos de la matriz sindical Central Obrera Boliviana (COB), que ha rechazado el incremento a las retribuciones.
"En los últimos cuatro años sin contar el incremento de éste, es decir del (año) 2006 al 2009, el incremento acumulado ha significado más del 40% sobre el salario mínimo existente", dijo el ministro de la Presidencia, Oscar Coca (foto) al contrastar las subas salariales registradas entre 2002 y 2005.
"En la gestión del 2002 al 2005 (el aumento sumado) ni siquiera había llegado al 10%", significó para efectos de comparación.
La inflación acumulada entre 2002 y 2005 orilló los 20 puntos porcentuales y en el lapso 2006 y 2009 poco más que ese índice.
La tradición financial boliviana es que el incremento de salarios debe, al menos, equipar el nivel de la inflación.
Coca destacó, en consecuencia, los esfuerzos "responsables" de la administración Morales con los proletarios bolivianos, desde que asumió el gobierno, por primera vez, en 2006.
El incremento acumulado entre 2006 y 2009 y el aprobado para 2010, de 5% más, compensó sobradamente, cerca de alcanzar un inédito 50%, la inflación en el período de mención y mejoró sustancialmente el poder adquisitivo de los salarios, según Coca.
"Esta posibilidad real ha permitido que el incremento realmente permita elevar este salario mínimo con todo lo que implica tener un salario mínimo más elevado", hizo notar.
El Ministro de la Presidencia advirtió que ceder a presiones y autorizar otro incremento más a la masa salarial en el presente ejercicio fiscal, equivaldría a desatar al monstruo de la hiperinflación.
"Seria evidente que un proceso inflacionario en poco meses lograría hacer desaparecer este incremento, no sólo de este año sino también de años" próximo pasados, advirtió durante una conferencia de prensa dictada en el presidencial Palacio Quemado de La Paz.
"La hiperinflación nos destruiría todo este esfuerzo que se ha logrado desde 2006 a la fecha", enfatizó.
Un día antes, el vicepresidente Alvaro García Linera patentó la disposición del gobierno para dialogar con la COB y calificó de injusto e injustificado el paro anunciado para el martes.
En una maratónica entrevista concedida a Radio Panamericana, confirmó, tácitamente, que el incremento salarial en Bolivia será en 2010 de 5%, en razón a las ambiciosas inversiones estatales planeadas para el lustro siguiente y rechazó las presiones de la COB.
"Ese paro no se justifica. Es un derecho de los trabajadores y lo respetamos (mas) no se justifica cuando su gobierno, el gobierno de los trabajadores, está haciendo todos los esfuerzos para potenciar la economía, para mostrar que los trabajadores tienen la capacidad de conducir nuestro país a un mejor destino" poniéndose al frente de las empresas, industrias y fábricas que el gobierno ha creado o está en trance de implantar, explicó.
García Linera pidió considerar que más allá de incremento real y posible de salarios, de 5%, el gobierno de Morales asiste a "la totalidad de la familia obrera" con otros emolumentos, de empoce anual, devenidos en bonificaciones estatales vitalicias para abuelos, niños y madres gestantes.
"Hoy recibe un conjunto de beneficios directos e indirectos que mejoran condiciones de vida" de los trabajadores, sostuvo al subrayar que los incrementos sin sustento no son sostenibles.
"Si ahora agarramos la plata que tenemos y sólo la dedicamos para salarios eso puede aguantar un par de años. Eso no es sostenible. Para que ese salario sea sostenible requiere que produzcamos más riqueza, que construyamos más empresas, que diversifiquemos la economía, la industrialicemos", sostuvo.
El mandatario recalcó, en tono de exaltación, que el gobierno se ha planteado metas de inversión ambiciosas, tales como "nuevas industrias hidro y termoeléctricas, de cemento, nueva petroquímica, empresas en ámbito fabril, carreteras, crédito para pequeños productores", que envuelven decenas de cientos de millones de dólares.
El gobierno de Evo Morales resaltó el domingo, el incremento acumulado de salarios entre 2006 y 2009, que orilla 41%, tres veces que la sumatoria de los verificadas entre 2002 y 2005, al tiempo de ratificar que la suba salarial para 2010 se anclará en 5%, pese a los reclamos de la matriz sindical Central Obrera Boliviana (COB), que ha rechazado el incremento a las retribuciones.
"En los últimos cuatro años sin contar el incremento de éste, es decir del (año) 2006 al 2009, el incremento acumulado ha significado más del 40% sobre el salario mínimo existente", dijo el ministro de la Presidencia, Oscar Coca (foto) al contrastar las subas salariales registradas entre 2002 y 2005.
"En la gestión del 2002 al 2005 (el aumento sumado) ni siquiera había llegado al 10%", significó para efectos de comparación.
La inflación acumulada entre 2002 y 2005 orilló los 20 puntos porcentuales y en el lapso 2006 y 2009 poco más que ese índice.
La tradición financial boliviana es que el incremento de salarios debe, al menos, equipar el nivel de la inflación.
Coca destacó, en consecuencia, los esfuerzos "responsables" de la administración Morales con los proletarios bolivianos, desde que asumió el gobierno, por primera vez, en 2006.
El incremento acumulado entre 2006 y 2009 y el aprobado para 2010, de 5% más, compensó sobradamente, cerca de alcanzar un inédito 50%, la inflación en el período de mención y mejoró sustancialmente el poder adquisitivo de los salarios, según Coca.
"Esta posibilidad real ha permitido que el incremento realmente permita elevar este salario mínimo con todo lo que implica tener un salario mínimo más elevado", hizo notar.
El Ministro de la Presidencia advirtió que ceder a presiones y autorizar otro incremento más a la masa salarial en el presente ejercicio fiscal, equivaldría a desatar al monstruo de la hiperinflación.
"Seria evidente que un proceso inflacionario en poco meses lograría hacer desaparecer este incremento, no sólo de este año sino también de años" próximo pasados, advirtió durante una conferencia de prensa dictada en el presidencial Palacio Quemado de La Paz.
"La hiperinflación nos destruiría todo este esfuerzo que se ha logrado desde 2006 a la fecha", enfatizó.
Un día antes, el vicepresidente Alvaro García Linera patentó la disposición del gobierno para dialogar con la COB y calificó de injusto e injustificado el paro anunciado para el martes.
En una maratónica entrevista concedida a Radio Panamericana, confirmó, tácitamente, que el incremento salarial en Bolivia será en 2010 de 5%, en razón a las ambiciosas inversiones estatales planeadas para el lustro siguiente y rechazó las presiones de la COB.
"Ese paro no se justifica. Es un derecho de los trabajadores y lo respetamos (mas) no se justifica cuando su gobierno, el gobierno de los trabajadores, está haciendo todos los esfuerzos para potenciar la economía, para mostrar que los trabajadores tienen la capacidad de conducir nuestro país a un mejor destino" poniéndose al frente de las empresas, industrias y fábricas que el gobierno ha creado o está en trance de implantar, explicó.
García Linera pidió considerar que más allá de incremento real y posible de salarios, de 5%, el gobierno de Morales asiste a "la totalidad de la familia obrera" con otros emolumentos, de empoce anual, devenidos en bonificaciones estatales vitalicias para abuelos, niños y madres gestantes.
"Hoy recibe un conjunto de beneficios directos e indirectos que mejoran condiciones de vida" de los trabajadores, sostuvo al subrayar que los incrementos sin sustento no son sostenibles.
"Si ahora agarramos la plata que tenemos y sólo la dedicamos para salarios eso puede aguantar un par de años. Eso no es sostenible. Para que ese salario sea sostenible requiere que produzcamos más riqueza, que construyamos más empresas, que diversifiquemos la economía, la industrialicemos", sostuvo.
El mandatario recalcó, en tono de exaltación, que el gobierno se ha planteado metas de inversión ambiciosas, tales como "nuevas industrias hidro y termoeléctricas, de cemento, nueva petroquímica, empresas en ámbito fabril, carreteras, crédito para pequeños productores", que envuelven decenas de cientos de millones de dólares.