Teherán acelera el enriquecimiento de uranio
Ángeles Espinoza, El País
Irán anunció ayer la puesta en marcha de una tercera generación de centrifugadoras que va a permitirle acelerar su programa nuclear. Con motivo del Día Nacional de la Energía Atómica, el presidente Mahmud Ahmadineyad mostró un prototipo que enriquece uranio diez veces más rápido que las centrifugadoras utilizadas hasta ahora. No está claro que el avance signifique un salto cualitativo en su empeño por producir combustible nuclear, pero reafirma su desafío ante la creciente amenaza de nuevas sanciones, y cuando EE UU y Rusia acaban de pactar una reducción de sus arsenales atómicos.
"Somos uno de los pocos países, sino el único, que controla todas las áreas de su programa nuclear, desde la extracción del uranio hasta la fabricación de los equipos, pasando por el enriquecimiento", señaló Ahmadineyad. El presidente, que felicitó a los científicos iraníes por haber "logrado dominar la tecnología nuclear", insistió en que se había llegado hasta ese punto a pesar de que sus enemigos se mostraban escépticos y obvió mencionar la ayuda que han supuesto los planos y materiales comprados al paquistaní Abdul Qadir Khan en el mercado negro.
Ahmadineyad vinculó también este nuevo paso con la autosuficiencia del país. No obstante, por primera vez, buscó justificar ese esfuerzo en términos económicos, e incluso en el contexto del calentamiento global. "Es una energía barata. Sólo vamos a gastar 60 millones de dólares [45 millones de euros] para producir mil megavatios en lugar de los 500 millones que nos cuesta ahora. Y también es una energía limpia, que va a permitirnos remplazar los combustibles fósiles responsables del cambio climático", aseguró ante una audiencia de altos cargos e invitados de países amigos.
Desde hace cuatro años, Irán anuncia periódicamente avances en su programa nuclear que Ahmadineyad presenta a la sociedad iraní como imprescindible para el avance científico y tecnológico de su país. Aunque la instalación de nuevas centrifugadoras no viola en principio el Tratado de No Proliferación, la comunidad internacional se muestra preocupada por el empeño iraní de enriquecer uranio, ya que el combustible obtenido sirve tanto para producir electricidad como para fabricar bombas.
Irán anunció ayer la puesta en marcha de una tercera generación de centrifugadoras que va a permitirle acelerar su programa nuclear. Con motivo del Día Nacional de la Energía Atómica, el presidente Mahmud Ahmadineyad mostró un prototipo que enriquece uranio diez veces más rápido que las centrifugadoras utilizadas hasta ahora. No está claro que el avance signifique un salto cualitativo en su empeño por producir combustible nuclear, pero reafirma su desafío ante la creciente amenaza de nuevas sanciones, y cuando EE UU y Rusia acaban de pactar una reducción de sus arsenales atómicos.
"Somos uno de los pocos países, sino el único, que controla todas las áreas de su programa nuclear, desde la extracción del uranio hasta la fabricación de los equipos, pasando por el enriquecimiento", señaló Ahmadineyad. El presidente, que felicitó a los científicos iraníes por haber "logrado dominar la tecnología nuclear", insistió en que se había llegado hasta ese punto a pesar de que sus enemigos se mostraban escépticos y obvió mencionar la ayuda que han supuesto los planos y materiales comprados al paquistaní Abdul Qadir Khan en el mercado negro.
Ahmadineyad vinculó también este nuevo paso con la autosuficiencia del país. No obstante, por primera vez, buscó justificar ese esfuerzo en términos económicos, e incluso en el contexto del calentamiento global. "Es una energía barata. Sólo vamos a gastar 60 millones de dólares [45 millones de euros] para producir mil megavatios en lugar de los 500 millones que nos cuesta ahora. Y también es una energía limpia, que va a permitirnos remplazar los combustibles fósiles responsables del cambio climático", aseguró ante una audiencia de altos cargos e invitados de países amigos.
Desde hace cuatro años, Irán anuncia periódicamente avances en su programa nuclear que Ahmadineyad presenta a la sociedad iraní como imprescindible para el avance científico y tecnológico de su país. Aunque la instalación de nuevas centrifugadoras no viola en principio el Tratado de No Proliferación, la comunidad internacional se muestra preocupada por el empeño iraní de enriquecer uranio, ya que el combustible obtenido sirve tanto para producir electricidad como para fabricar bombas.