Sexo, plástico y muerte en la red social
Un fotógrafo de California pretende subir a la red un millón de fotos antes de morir
MANUEL CUÉLLAR - Madrid Lo de este hombre no es normal. "Todos pasaremos un corto espacio de tiempo en este planeta. Por más lento que nos pueda parecer, el tiempo también es vertiginoso, rápido, furioso e imponente. Pero, de pronto, un día, cido". Así analiza su vida un tipo llamado Thomas Hawk. Vive en California (Estados Unidos) y ha convertido la fotografía en un reto y en algo para compartir.
Se define como un declarado convencido de las bondades de las redes sociales y por esa razón tiene un perfil (eminentemente gráfico) casi en cada una de ellas.habrá desapare Dos razones hacen especial a Hawk. En primer lugar que utiliza la red para dar a conocer sus proyectos artísticos a los que no tiene ningún problema en invitar a unirse a cualquier fotógrafo (serio) del mundo que quiera seguir sus pasos. En segundo, que su gran proyecto, el que engloba a todos los demás, consiste en disparar, procesar y subir a la red un álbum de al menos un millón de fotos antes de morirse. "A veces me gusta pensar en mí mismo como una factoría fotográfica", asegura Hawk en el perfil de sus páginas. "Veo mis fotos fundamentalmente como un material en crudo para proyectos que deberían de funcionar en algún momento de mi existencia". En su página de Flickr al menos tiene nueve en proceso.
En esta fotogalería mostramos tres de ellos: fotografías de maniquíes en las que se mezcla el humor, la sensualidad y el pástico; tomas de neones de todo el mundo perfectamente localizados; y uno de los más poéticos que él mismo ha titulado El mundo pertenece a lo vivo en el que muestra dramáticas imágenes de cementerios con un lirismo muchas veces demoledor. Hawk se autodefine como un obsesivo compulsivo al que le fotografía le proporciona una hiperactividad sin la que, dice, no podría vivir. Llevar a cabo esta forma de vida necesita de una forma de actuación muy definida y en la que el fotógrafo se obliga a ser extremadamente ordenado. Hasta en esto Hawk es generoso y comparte sus secretos.
MANUEL CUÉLLAR - Madrid Lo de este hombre no es normal. "Todos pasaremos un corto espacio de tiempo en este planeta. Por más lento que nos pueda parecer, el tiempo también es vertiginoso, rápido, furioso e imponente. Pero, de pronto, un día, cido". Así analiza su vida un tipo llamado Thomas Hawk. Vive en California (Estados Unidos) y ha convertido la fotografía en un reto y en algo para compartir.
Se define como un declarado convencido de las bondades de las redes sociales y por esa razón tiene un perfil (eminentemente gráfico) casi en cada una de ellas.habrá desapare Dos razones hacen especial a Hawk. En primer lugar que utiliza la red para dar a conocer sus proyectos artísticos a los que no tiene ningún problema en invitar a unirse a cualquier fotógrafo (serio) del mundo que quiera seguir sus pasos. En segundo, que su gran proyecto, el que engloba a todos los demás, consiste en disparar, procesar y subir a la red un álbum de al menos un millón de fotos antes de morirse. "A veces me gusta pensar en mí mismo como una factoría fotográfica", asegura Hawk en el perfil de sus páginas. "Veo mis fotos fundamentalmente como un material en crudo para proyectos que deberían de funcionar en algún momento de mi existencia". En su página de Flickr al menos tiene nueve en proceso.
En esta fotogalería mostramos tres de ellos: fotografías de maniquíes en las que se mezcla el humor, la sensualidad y el pástico; tomas de neones de todo el mundo perfectamente localizados; y uno de los más poéticos que él mismo ha titulado El mundo pertenece a lo vivo en el que muestra dramáticas imágenes de cementerios con un lirismo muchas veces demoledor. Hawk se autodefine como un obsesivo compulsivo al que le fotografía le proporciona una hiperactividad sin la que, dice, no podría vivir. Llevar a cabo esta forma de vida necesita de una forma de actuación muy definida y en la que el fotógrafo se obliga a ser extremadamente ordenado. Hasta en esto Hawk es generoso y comparte sus secretos.