Planean incendios controlados para contener derrame en el Golfo de México
Redacción, BBC Mundo
En un intento de frenar lo que podría ser uno de los mayores desastres ecológicos en Estados Unidos, las autoridades están considerando la posibilidad de realizar este miércoles una quema controlada del petróleo que, desde la semana pasada, se ha derramado en el Golfo de México.
Se teme que las fugas de la plataforma Deepwater Horizon, administrada por British Petroleum (BP), lleguen a la costa estadounidense el fin de semana.
Autoridades estadounidenses y técnicos de BP han estado trabajando a destajo para minimizar el impacto ecológico tras la explosión de la plataforma el 20 de abril y su posterio hundimiento.
La mancha de crudo ya tiene 965 kilómetros de circunferencia (74.100 km2). Pero hasta ahora han fracasado todos los esfuerzos por contenerla.
La Guardia Costera estadounidense advirtió que, de no controlarse, el derrame podría convertirse en uno de los peores desastres ecológicos en la historia del país.
Según el corresponsal de la BBC en Los Ángeles, Rajesh Mirchandani, se trata de una carrera "de doble vía" contra el tiempo, pues se están poniendo en marcha distintos planes a corto y mediano plazo para solucionar el problema.
Quema controlada
Esta semana se intentó sellar sin éxito dos fugas del oleoducto conectado a la plataforma, ubicado 1.500 metros bajo el agua, con cuatro robots submarinos. Ahora la estrategia será incendiar el petróleo.
Esta técnica, que se ha usado con anterioridad, consiste en rodear la mancha con barreras especiales de confinamiento para luego quemarla.
El objetivo es evitar que el derrame llegue a las frágiles costas de los estados sureños de EE.UU., cuyas economías dependen del turismo en sus playas y la pesca.
Sin embargo, la quema controlada puede tener un impacto negativo en la atmósfera.
Desde que se produjo el hundimiento de Deepwater Horizon se han derramado unos 1.000 barriles diarios en el Golfo de México.
La contraalmirante Mary Landry, a cargo del equipo de limpieza del gobierno estadounidense, explicó que sellar las fugas del oleoducto con robots submarinos podría tomar meses, razón por la cual han buscado soluciones de más a corto plazo como la quema controlada.
Planes B
El derrame podría convertirse en uno de los peores en EE.UU.
Otra de las iniciativas es la construcción de una bóveda que se colocaría directamente sobre las fugas para atrapar el crudo y enviarlo a la superficie, donde sería recogido por embarcaciones.
Los puntos en contra de esta técnica son que hasta ahora sólo se ha realizado una operación así en aguas poco profundas y que tomaría cuatro semanas para ponerla en funcionamiento.
BP también planea realizar una perforación "de socorro" que intersecte las fugas originales. Pero la medida también es experimental y podrían pasar meses antes de que se pueda detener el derrame.
Por ahora, BP informó que en la zona del desastre están trabajando 49 barcos especializados para separar y recoger el petróleo que ya está en el agua.
A pesar de los temores sobre la magnitud del derrame, para que este incidente iguale a los 40 millones de litros que se derramaron en el accidente de Exxon frente a las costas de Alaska en 1989, la fuga actual tendría que seguir vertiendo crudo durante más de ocho meses.
"Beneficios y sacrificios"
La quema controlada que sugiere la Guardia Costera podría ser una solución rápida al problema.
Mirchandani -el corresponsal de la BBC- explicó que, aunque los ecologistas advierten que los animales de la zona podrían verse afectados por el humo tóxico, el daño sería mayor si el petróleo los cubriese.
"Estamos conscientes de que hay beneficios y sacrificios", dijo al respecto la contraalmirante Landry.
Y subrayó que, con el derrame moviéndose hacia la línea costera, debía tomarse en consideración el impacto que tendrá en el estado de Louisiana, que cuenta con el 40% de los pantanos del país y una importante zona de desove para peces y aves.
En el pasado, los incendios controlados han tenido una efectividad de "entre el 50% y el 95%", explicó Landry y admitió que su desventaja es el "penacho negro" de humo que dejan.
En un intento de frenar lo que podría ser uno de los mayores desastres ecológicos en Estados Unidos, las autoridades están considerando la posibilidad de realizar este miércoles una quema controlada del petróleo que, desde la semana pasada, se ha derramado en el Golfo de México.
Se teme que las fugas de la plataforma Deepwater Horizon, administrada por British Petroleum (BP), lleguen a la costa estadounidense el fin de semana.
Autoridades estadounidenses y técnicos de BP han estado trabajando a destajo para minimizar el impacto ecológico tras la explosión de la plataforma el 20 de abril y su posterio hundimiento.
La mancha de crudo ya tiene 965 kilómetros de circunferencia (74.100 km2). Pero hasta ahora han fracasado todos los esfuerzos por contenerla.
La Guardia Costera estadounidense advirtió que, de no controlarse, el derrame podría convertirse en uno de los peores desastres ecológicos en la historia del país.
Según el corresponsal de la BBC en Los Ángeles, Rajesh Mirchandani, se trata de una carrera "de doble vía" contra el tiempo, pues se están poniendo en marcha distintos planes a corto y mediano plazo para solucionar el problema.
Quema controlada
Esta semana se intentó sellar sin éxito dos fugas del oleoducto conectado a la plataforma, ubicado 1.500 metros bajo el agua, con cuatro robots submarinos. Ahora la estrategia será incendiar el petróleo.
Esta técnica, que se ha usado con anterioridad, consiste en rodear la mancha con barreras especiales de confinamiento para luego quemarla.
El objetivo es evitar que el derrame llegue a las frágiles costas de los estados sureños de EE.UU., cuyas economías dependen del turismo en sus playas y la pesca.
Sin embargo, la quema controlada puede tener un impacto negativo en la atmósfera.
Desde que se produjo el hundimiento de Deepwater Horizon se han derramado unos 1.000 barriles diarios en el Golfo de México.
La contraalmirante Mary Landry, a cargo del equipo de limpieza del gobierno estadounidense, explicó que sellar las fugas del oleoducto con robots submarinos podría tomar meses, razón por la cual han buscado soluciones de más a corto plazo como la quema controlada.
Planes B
El derrame podría convertirse en uno de los peores en EE.UU.
Otra de las iniciativas es la construcción de una bóveda que se colocaría directamente sobre las fugas para atrapar el crudo y enviarlo a la superficie, donde sería recogido por embarcaciones.
Los puntos en contra de esta técnica son que hasta ahora sólo se ha realizado una operación así en aguas poco profundas y que tomaría cuatro semanas para ponerla en funcionamiento.
BP también planea realizar una perforación "de socorro" que intersecte las fugas originales. Pero la medida también es experimental y podrían pasar meses antes de que se pueda detener el derrame.
Por ahora, BP informó que en la zona del desastre están trabajando 49 barcos especializados para separar y recoger el petróleo que ya está en el agua.
A pesar de los temores sobre la magnitud del derrame, para que este incidente iguale a los 40 millones de litros que se derramaron en el accidente de Exxon frente a las costas de Alaska en 1989, la fuga actual tendría que seguir vertiendo crudo durante más de ocho meses.
"Beneficios y sacrificios"
La quema controlada que sugiere la Guardia Costera podría ser una solución rápida al problema.
Mirchandani -el corresponsal de la BBC- explicó que, aunque los ecologistas advierten que los animales de la zona podrían verse afectados por el humo tóxico, el daño sería mayor si el petróleo los cubriese.
"Estamos conscientes de que hay beneficios y sacrificios", dijo al respecto la contraalmirante Landry.
Y subrayó que, con el derrame moviéndose hacia la línea costera, debía tomarse en consideración el impacto que tendrá en el estado de Louisiana, que cuenta con el 40% de los pantanos del país y una importante zona de desove para peces y aves.
En el pasado, los incendios controlados han tenido una efectividad de "entre el 50% y el 95%", explicó Landry y admitió que su desventaja es el "penacho negro" de humo que dejan.