Los hijos de la dueña de 'Clarín' no quieren ser un "botín" político
Soledad Gallego Díaz, Buenos Aires, El País
Los hijos de Ernestina Herrera de Noble, propietaria del Clarín, el mayor grupo de comunicación de Argentina, han publicado, en ese diario y en varios otros de alcance nacional, una carta abierta a la opinión pública en la que protestan porque la investigación sobre su origen e identidad se haya convertido en parte de una campaña encabezada por el matrimonio Kirchner contra el periódico. "Tenemos miedo de ser una pieza más de esa embestida". Felipe y Marcela Noble Herrera, ambos de 34 años, son adoptados y las Abuelas de Plaza de Mayo sospechan que pueden ser hijos de desaparecidos durante la dictadura militar.
Felipe y Marcela afirman que viven en un estado de angustia permanente y que se sienten víctimas de una persecución del Gobierno. "Nuestros miedos son muchos. No somos un botín. No queremos terminar como rehenes de un ataque político. No queremos que nos usen para atacar a nuestra madre", mantienen. Los dos jóvenes expresan su temor a que los análisis genéticos a los que les obliga la justicia sean manipulados y a verse implicados en maniobras motivadas por intereses políticos. "Para nosotros, nuestra madre es simplemente nuestra madre (...) Siempre nos habló con la verdad (...) Desde que tenemos uso de razón, nos dijo que somos adoptados", aseguran.
Según ellos, "nunca tuvimos ningún indicio concreto de que podamos ser hijos de desaparecidos". "Hace años, dos familias que buscaban a sus nietos, se presentaron ante la Justicia y alegaron que podríamos ser nosotros. Aunque nada indica que podamos serlo, en 2003 aceptamos voluntariamente hacer las pruebas genéticas, porque entendemos su incertidumbre y el dolor de quienes buscan a sus familiares".
Para Felipe y Marcela, "es incomprensible que a lo largo de estos casi siete años esas familias nunca aceptaran la realización del análisis". "Solo pedimos que nos respeten. No queremos exponer nuestra intimidad indefinidamente, sin garantías legales ni científicas".
La decisión de publicar este llamamiento público parece ser consecuencia de lo ocurrido durante los actos conmemorativos del 34 aniversario del golpe de Estado, en los que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aludió indirectamente al caso de los dos hijos de Ernestina Noble al acusar a "poderes mediáticos mafiosos y extorsivos" de frenar los procesos sobre lo ocurrido en la dictadura y añadir "no hay estado de derecho si no hay identidad". La alusión se produjo en el contexto de una feroz batalla entre el Grupo Clarín y el matrimonio Kirchner, antiguos aliados y hoy duramente enfrentados.
El caso de Marcela y Felipe fue puesto en marcha por las Abuelas de la Plaza de Mayo, que quieren que el Banco Nacional de Datos Genéticos actúe como perito, obtenga muestras genéticas de los dos jóvenes y las confronte con las de los familiares de los varios miles de desaparecidos y no solo de las dos familias que inicialmente reclamaron. Ernestina Noble, que asegura que los dos niños fueron abandonados a la puerta de su casa, fue detenida ya en una ocasión por posible apropiación de los niños, aunque el caso fuer rápidamente cerrado. La dueña de Clarín, que tiene ahora 84 años, y sus dos hijos defienden que las muestras ya fueron tomadas por el Cuerpo Médico Forense de Buenos Aires en 2003 y que solo deben ser comparadas con las de los dos demandantes iniciales.
Los hijos de Ernestina Herrera de Noble, propietaria del Clarín, el mayor grupo de comunicación de Argentina, han publicado, en ese diario y en varios otros de alcance nacional, una carta abierta a la opinión pública en la que protestan porque la investigación sobre su origen e identidad se haya convertido en parte de una campaña encabezada por el matrimonio Kirchner contra el periódico. "Tenemos miedo de ser una pieza más de esa embestida". Felipe y Marcela Noble Herrera, ambos de 34 años, son adoptados y las Abuelas de Plaza de Mayo sospechan que pueden ser hijos de desaparecidos durante la dictadura militar.
Felipe y Marcela afirman que viven en un estado de angustia permanente y que se sienten víctimas de una persecución del Gobierno. "Nuestros miedos son muchos. No somos un botín. No queremos terminar como rehenes de un ataque político. No queremos que nos usen para atacar a nuestra madre", mantienen. Los dos jóvenes expresan su temor a que los análisis genéticos a los que les obliga la justicia sean manipulados y a verse implicados en maniobras motivadas por intereses políticos. "Para nosotros, nuestra madre es simplemente nuestra madre (...) Siempre nos habló con la verdad (...) Desde que tenemos uso de razón, nos dijo que somos adoptados", aseguran.
Según ellos, "nunca tuvimos ningún indicio concreto de que podamos ser hijos de desaparecidos". "Hace años, dos familias que buscaban a sus nietos, se presentaron ante la Justicia y alegaron que podríamos ser nosotros. Aunque nada indica que podamos serlo, en 2003 aceptamos voluntariamente hacer las pruebas genéticas, porque entendemos su incertidumbre y el dolor de quienes buscan a sus familiares".
Para Felipe y Marcela, "es incomprensible que a lo largo de estos casi siete años esas familias nunca aceptaran la realización del análisis". "Solo pedimos que nos respeten. No queremos exponer nuestra intimidad indefinidamente, sin garantías legales ni científicas".
La decisión de publicar este llamamiento público parece ser consecuencia de lo ocurrido durante los actos conmemorativos del 34 aniversario del golpe de Estado, en los que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aludió indirectamente al caso de los dos hijos de Ernestina Noble al acusar a "poderes mediáticos mafiosos y extorsivos" de frenar los procesos sobre lo ocurrido en la dictadura y añadir "no hay estado de derecho si no hay identidad". La alusión se produjo en el contexto de una feroz batalla entre el Grupo Clarín y el matrimonio Kirchner, antiguos aliados y hoy duramente enfrentados.
El caso de Marcela y Felipe fue puesto en marcha por las Abuelas de la Plaza de Mayo, que quieren que el Banco Nacional de Datos Genéticos actúe como perito, obtenga muestras genéticas de los dos jóvenes y las confronte con las de los familiares de los varios miles de desaparecidos y no solo de las dos familias que inicialmente reclamaron. Ernestina Noble, que asegura que los dos niños fueron abandonados a la puerta de su casa, fue detenida ya en una ocasión por posible apropiación de los niños, aunque el caso fuer rápidamente cerrado. La dueña de Clarín, que tiene ahora 84 años, y sus dos hijos defienden que las muestras ya fueron tomadas por el Cuerpo Médico Forense de Buenos Aires en 2003 y que solo deben ser comparadas con las de los dos demandantes iniciales.