La nube costó US$1.700 millones

Redacción, BBC Mundo
Las aerolíneas perdieron alrededor de US$1.700 millones de ingresos como resultado del caos provocado por la erupción del volcán islandés.
Durante seis días no hubo aviones en el cielo en varios países.
La cifra fue calculada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), quien señaló que en su punto máximo la crisis afectó a casi un tercio de los vuelos mundiales.

Se estima que el caos aéreo perjudicó a 1.200.000 pasajeros por día.
Este martes por la noche empezaron a llegar vuelos al Reino Unido, el país que más sintió la crisis por su situación geográfica, luego de que el espacio aéreo estuviera cerrado por seis días.
La decisión de reabrir los cielos se tomó luego de que diversas pruebas de seguridad comprobaran que los motores de los aviones funcionan bien en áreas con baja densidad de cenizas.

Otro estudio, realizado por el Centro de Investigaciones de Economía y Negocios y encargado por el sitio de internet comparativo de precios Kelkoo, estima que la interrupción de los vuelos a lo largo de estos seis días le costó a las aerolíneas US$1.450 millones.
El director general de la Cámara de Comercio Británica le dijo a la BBC que el costo de la crisis para la economía británica fue de unos 100 millones de libras (US$153 millones) al día.
¿Compensación?
La IATA admitió que, por no volar, las líneas aéreas se ahorraron unos US$110 millones al día en combustible, pero agregó que tuvieron que afrontar otros gastos, como atender a los pasajeros varados.
EL CAOS EN CIFRAS

• US$1.700 millones perdieron las aerolíneas
• 1.200.000 pasajeros fueron afectados cada día
• US$153 millones perdió la economía británica al día
• US$110 millones se ahorraron al día en combustible
• US$77 millones perdió Easyjet
• Hasta US$30 millones al día perdió British Airways

"Para una industria que perdió US$9.400 millones el año pasado y se prevé que pierda US$2.800 en 2010, esta crisis es devastadora", dijo Giovanni Bisignani, director general de la IATA.

Bisignani también criticó a los gobiernos por la prisa con que decidieron cerrar el espacio aéreo y reclamó que paguen una compensación a las aerolíneas.
"El espacio se cerró en base a modelos teóricos, no a hechos. Las pruebas aéreas que realizamos demostraron que los modelos eran equivocados.
[La crisis] es una situación extraordinaria exagerada por un mal proceso de toma de decisiones por parte de los gobiernos. Los gobiernos deberían ayudarle a la aerolíneas a recuperarse de este trastorno".

La línea de bajo costo Easyjet dijo que perdió unos US$77 millones durante el cierre de los vuelos y que va a reclamar una indemnización al gobierno.
"Nuestra opinión es que se trata de un desastre natural a escala europea, y sólo los gobiernos cuentan con los recursos como para lidiar con este problema de la manera adecuada", le dijo a la BBC Andrew Harrison, director ejecutivo de Easyjet.

Esta semana, British Airways también le reclamó indemnización al gobierno británico y señaló que estaba perdiendo entre US$23 y US$30 millones por día.
El mayor operador turístico de Europa, TUI Travel, informó que la interrupción de los vuelos le costó unos US$8 millones al día. El operador aeroportuario del Reino Unido, BAA, dijo que la prohibición de volar le costó una cifra similar.
Efecto dominó

Con la crisis del volcán también sufrieron pérdidas otros sectores que dependen del comercio con aerolíneas y aeropuertos.

Por ejemplo la tintorería Mister P de Hounslow, cerca del aeropuerto de Heathrow de Londres, el que tiene más tráfico de pasajeros internacional en todo el mundo. La tienda tuvo que cerrar temporalmente este fin de semana por primera vez en sus 33 años de existencia.
La tintorería limpia unas 40.000 prendas por día, pero el 95% de ellas provienen de las aerolíneas.

Pero los efectos de la crisis se han sentido más allá de la industria de los viajes, dado que decenas de miles de personas han quedado varadas y no han podido ir a trabajar.
Los productores de bienes perecederos como alimentos y flores han resultado muy golpeados.
La automotriz Nissan tuvo que suspender su producción por un día debido a que no pudo importar componentes desde Irlanda.

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