La Iglesia admite que un obispo noruego dimitió por pederasta
OSLO, EP
La Iglesia católica noruega reveló hoy que un obispo que renunció el año pasado lo hizo tras admitir que cometió delitos de pederastia años antes, cuando era sacerdote, y que no había aclarado antes la razón de la renuncia por solicitud de la víctima.
Georg Mueller renunció como obispo de la ciudad de Trondheim en junio de 2009. Su sucesor, Bernt Eidsvig, dijo el miércoles en una declaración que el ordinario alemán de 58 años fue suspendido de todas sus labores pastorales y se sometió a tratamiento siquiátrico tras admitir el abuso.
Mueller admitió un solo caso, antes de ser obispo en 1997, y no salieron a la luz otras denuncias, reconocieron los directivos eclesiásticos.
"Mueller ha sido despojado de su autoridad y no podrá trabajar nuevamente en una iglesia", aseguró Eidsvig al diario Adresseavisen, de Trondheim, que publicó la historia. "Nunca volverá a tener una posición (de autoridad) en la iglesia", agregó
Las denuncias de pederastia, así como las acusaciones de encubrimiento por parte de los obispos y el Vaticano, han barrido Europa en las últimas semanas. La iglesia católica noruega comunicó anteriormente que investigó dos denuncias separadas de abusos de la década de 1950.
Eidsvig no dio detalles sobre cuándo cometió Mueller los abusos, pero agregó que la víctima está ahora entrada en años. Es demasiado tarde para que el caso sea juzgado en un tribunal civil por haber expirado el plazo de vigencia del delito según el derecho noruego, agregó Eidsvig.
El vocero vaticano, el reverendo Federico Lombardi, dijo que el abuso ocurrió a comienzo de la década de 1990. Mueller era un sacerdote diocesano en Trondheim antes de ser ordenado obispo en 1997.
Lombardi manifestó que las autoridades eclesiásticas se enteraron del caso en enero del año pasado y Eidsvig señaló que publicó el caso a petición del cardenal William Levada, encargado de la oficina que maneja los presuntos casos de pederastia clerical.
Agregó también que el Vaticano encargó a la Nunciatura Apostólica de Estocolmo que investigue las denuncias y determine si deben ser alertadas las autoridades civiles.
La Iglesia católica noruega reveló hoy que un obispo que renunció el año pasado lo hizo tras admitir que cometió delitos de pederastia años antes, cuando era sacerdote, y que no había aclarado antes la razón de la renuncia por solicitud de la víctima.
Georg Mueller renunció como obispo de la ciudad de Trondheim en junio de 2009. Su sucesor, Bernt Eidsvig, dijo el miércoles en una declaración que el ordinario alemán de 58 años fue suspendido de todas sus labores pastorales y se sometió a tratamiento siquiátrico tras admitir el abuso.
Mueller admitió un solo caso, antes de ser obispo en 1997, y no salieron a la luz otras denuncias, reconocieron los directivos eclesiásticos.
"Mueller ha sido despojado de su autoridad y no podrá trabajar nuevamente en una iglesia", aseguró Eidsvig al diario Adresseavisen, de Trondheim, que publicó la historia. "Nunca volverá a tener una posición (de autoridad) en la iglesia", agregó
Las denuncias de pederastia, así como las acusaciones de encubrimiento por parte de los obispos y el Vaticano, han barrido Europa en las últimas semanas. La iglesia católica noruega comunicó anteriormente que investigó dos denuncias separadas de abusos de la década de 1950.
Eidsvig no dio detalles sobre cuándo cometió Mueller los abusos, pero agregó que la víctima está ahora entrada en años. Es demasiado tarde para que el caso sea juzgado en un tribunal civil por haber expirado el plazo de vigencia del delito según el derecho noruego, agregó Eidsvig.
El vocero vaticano, el reverendo Federico Lombardi, dijo que el abuso ocurrió a comienzo de la década de 1990. Mueller era un sacerdote diocesano en Trondheim antes de ser ordenado obispo en 1997.
Lombardi manifestó que las autoridades eclesiásticas se enteraron del caso en enero del año pasado y Eidsvig señaló que publicó el caso a petición del cardenal William Levada, encargado de la oficina que maneja los presuntos casos de pederastia clerical.
Agregó también que el Vaticano encargó a la Nunciatura Apostólica de Estocolmo que investigue las denuncias y determine si deben ser alertadas las autoridades civiles.