Estudiantes venció a Tigre en Victoria y pelea por el título
Buenos Aires, Agencias
Con un excelente primer tiempo, actuaciones individuales sobresalientes, como la de José Sosa, y el oficio para sostener el resultado cuando las fuerzas físicas menguaban, Estudiantes de La Plata doblegó el sábado a Tigre por 2-1 y, momentáneamente, escaló a la primera posición de torneo Clausura.
Leandro Desábato y Sosa, a los 8 y 26 minutos del primer tiempo, marcaron los goles de Estudiantes, en tanto que Marcos Rojo, en contra, a los 41 de ese mismo período, puso el 2-1 final.
El 2-1 con el que terminaron los primeros 45 minutos no fue el reflejo de lo sucedido en el campo de juego, porque allí Estudiantes exhibió una jerarquía de equipo que fue mucho más allá de ese gol de diferencia.
Con José Sosa, con la Bruja Juan Sebastián Verón, la Gata Gastón Fernández, Enzo Pérez y Rodrígo Braña como vértices, Estudiantes redujo a su mínima expresión a un Tigre que, como le sucedió a otros equipos, no encontró forma de neutralizar el juego del Pincha.
A los 8 minutos, Verón ejecutó un córner desde la derecha, Desábato, completamente solo en el punto del penal, cebeceó a la izquierda de Daniel Islas y estableció el 1-0.
Nada cambió de ahí en más. Estudiantes dominaba y Tigre lo padecía. No había lujos, salvo cuando la pelota pasaba por los pies de Sosa, pero daba la sensación de que al conjunto de La Plata le sobraba paño.
Esto se vio confirmado a los 26 minutos, cuando Sosa paró una pelota en la puerta del área grande. Fernández le devolvió la pelota al Príncipe y el jugador del seleccionado argentino, luego de eludir a Diego Castaño y Pablo Fontanello, definió sobre la salida de Islas. Recién en los últimos diez minutos Tigre se adelantó en el campo y de la mano de Carlos Luna (su mejor hombre) tuvo alguna chance para acortar la diferencia.
A los 41 minutos, Luna sacó un violento remate, la pelota dio en el travesaño, Agustín Orión le pegó un manotazo y cayó en los pies de Jonathán Blanco. El volante mandó el centro y Rojo la cebeceó en contra de su arco para poner el 2-1.
En el complemento, Estudiantes reguló sus fuerzas y le dejó la iniciativa a Tigre, pero esta situación prácticamente no modificó en nada el panorama del partido, porque el conjunto de Victoria nunca encontró la claridad como para crear el juego necesario para preocupar.
Lo de Tigre continuó siendo pelotazos y centros sin sentido, que no hicieron más que facilitar el trabajo de la defensa de Estudiantes.
Por el contrario, Estudiantes, sin poseer tanto tiempo la pelota, fue el equipo que estuvo más cerca del gol, cuando salió en contraataque. A los 12, Leandro Benítez envió un centro rasante desde la izquierda, y Enzo Pérez, solo frente al arco, remató desviado. Sobre los 26 Leandro González quedó mano a mano con Islas, pero su derechazo fue devuelto por un palo.
Estudiantes jugó en su verdadero nivel apenas 45 minutos, y eso le alcanzó para llevarse, merecidamente, la victoria.
Con un excelente primer tiempo, actuaciones individuales sobresalientes, como la de José Sosa, y el oficio para sostener el resultado cuando las fuerzas físicas menguaban, Estudiantes de La Plata doblegó el sábado a Tigre por 2-1 y, momentáneamente, escaló a la primera posición de torneo Clausura.
Leandro Desábato y Sosa, a los 8 y 26 minutos del primer tiempo, marcaron los goles de Estudiantes, en tanto que Marcos Rojo, en contra, a los 41 de ese mismo período, puso el 2-1 final.
El 2-1 con el que terminaron los primeros 45 minutos no fue el reflejo de lo sucedido en el campo de juego, porque allí Estudiantes exhibió una jerarquía de equipo que fue mucho más allá de ese gol de diferencia.
Con José Sosa, con la Bruja Juan Sebastián Verón, la Gata Gastón Fernández, Enzo Pérez y Rodrígo Braña como vértices, Estudiantes redujo a su mínima expresión a un Tigre que, como le sucedió a otros equipos, no encontró forma de neutralizar el juego del Pincha.
A los 8 minutos, Verón ejecutó un córner desde la derecha, Desábato, completamente solo en el punto del penal, cebeceó a la izquierda de Daniel Islas y estableció el 1-0.
Nada cambió de ahí en más. Estudiantes dominaba y Tigre lo padecía. No había lujos, salvo cuando la pelota pasaba por los pies de Sosa, pero daba la sensación de que al conjunto de La Plata le sobraba paño.
Esto se vio confirmado a los 26 minutos, cuando Sosa paró una pelota en la puerta del área grande. Fernández le devolvió la pelota al Príncipe y el jugador del seleccionado argentino, luego de eludir a Diego Castaño y Pablo Fontanello, definió sobre la salida de Islas. Recién en los últimos diez minutos Tigre se adelantó en el campo y de la mano de Carlos Luna (su mejor hombre) tuvo alguna chance para acortar la diferencia.
A los 41 minutos, Luna sacó un violento remate, la pelota dio en el travesaño, Agustín Orión le pegó un manotazo y cayó en los pies de Jonathán Blanco. El volante mandó el centro y Rojo la cebeceó en contra de su arco para poner el 2-1.
En el complemento, Estudiantes reguló sus fuerzas y le dejó la iniciativa a Tigre, pero esta situación prácticamente no modificó en nada el panorama del partido, porque el conjunto de Victoria nunca encontró la claridad como para crear el juego necesario para preocupar.
Lo de Tigre continuó siendo pelotazos y centros sin sentido, que no hicieron más que facilitar el trabajo de la defensa de Estudiantes.
Por el contrario, Estudiantes, sin poseer tanto tiempo la pelota, fue el equipo que estuvo más cerca del gol, cuando salió en contraataque. A los 12, Leandro Benítez envió un centro rasante desde la izquierda, y Enzo Pérez, solo frente al arco, remató desviado. Sobre los 26 Leandro González quedó mano a mano con Islas, pero su derechazo fue devuelto por un palo.
Estudiantes jugó en su verdadero nivel apenas 45 minutos, y eso le alcanzó para llevarse, merecidamente, la victoria.