En Venezuela, CFK participa con Chávez de la celebración del Bicentenario
Por Nora Veiras
Desde Caracas
“Está sabroso”, dice el taxista, complacido por la lluvia que cubre la ciudad y alimenta las centrales hidroeléctricas. La sequía hace rato que tiene a mal traer a los venezolanos y no importa que la tormenta pueda alterar los festejos por el Bicentenario. Inmensas piedras pintadas con la bandera de Venezuela salpican el camino desde el aeropuerto y anticipan que la República Bolivariana se preparó para deslumbrar con los fastos por el aniversario de la Independencia.
La radio anuncia los festejos del “gobierno, el pueblo y las fuerzas armadas juntas por la revolución”. Hoy, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner será una de las invitadas especiales del desfile cívico-militar que enmarcan las ceremonias por haber sido el primer país de Sudamérica en liberarse de la Corona española. Por la tarde acompañará, como única oradora, a su anfitrión Hugo Chávez en la Asamblea Legislativa. Mañana se encontrarán otra vez cara a cara, en la reunión bilateral que coronarán con acuerdos de cooperación económica.
La relación entre la Argentina y Venezuela se afianzó durante la presidencia de Néstor Kirchner. En enero de 2009, cuando visitó Caracas al regresar de Cuba, la Presidenta recordó “la ayuda financiera que nos dio (Chávez) cuando el país no tenía acceso al crédito por el default de 2003”. Ese gesto –a pesar de las altas tasas de interés que provocaron más de una crítica– alimentó un vínculo complejo que incluyó el escándalo por la valija con 800 mil dólares incautados al empresario venezolano Guido Antonini Wilson a días de la asunción de Cristina Fernández, y la nacionalización decidida por Chávez de Sidor, una empresa del Grupo Techint. Los sobresaltos no desdibujaron una coincidencia estratégica regional en la que la Argentina y Brasil contrapesaron con sutileza, muchas veces, el ímpetu del caribeño.
“Los festejos por la Independencia y la Revolución” serán acompañados hoy por la Cumbre de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la alternativa ideada en 2004 por Fidel Castro y Chávez como contracara de la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que blandía el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Cuba, Raúl Castro; de República Dominicana, Leonel Fernández; de Ecuador, Rafael Correa; y de Antigua y Barbuda, Winston Baldwin Spencer, deliberarán en Caracas. La Presidenta argentina fue invitada a participar como invitada de las deliberaciones.
Al día le tendrán que agregar horas para completar las actividades previstas. “Será el desfile más monumental de la historia”, anticipó con grandilocuencia caribeña el ministro de Defensa, Carlos Mata Figueroa, al anunciar la participación de militares de once países en la recorrida por el Paseo de los Próceres. Delegaciones de Belarús, Argelia, Libia, Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Cuba, Nicaragua, Guatemala e Islas Vírgenes acompañarán a los venezolanos.
Por la tarde se realizará la sesión especial de la Asamblea Legislativa en la que Chávez dará rienda suelta a su discurso e invitará a hablar a su par argentina. Los encuentros protocolares llegan precedidos por las reuniones de trabajo de funcionarios de ambos países que ampliarán acuerdos de cooperación en energía, producción y transporte. Junto al canciller Jorge Taiana viajaron a Caracas los ministros Julio De Vido (Planeamiento y Obras Públicas) y Débora Giorgi (Turismo), dos de las áreas que motorizan programas conjuntos.
Taiana destacó que en América latina “estamos en un momento interesante no sólo porque recordamos el pasado sino porque estamos viviendo un nuevo impulso en la integración, en particular sudamericana, con gobiernos que dan un fuerte apoyo a estas perspectivas”. El próximo 4 de mayo sesionará en Buenos Aires la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), en la que el ex presidente Néstor Kirchner asumiría como secretario general después de un minucioso trabajo para consensuar con el resto de los países miembros y luego de que Uruguay reviera su veto.
Desde Caracas
“Está sabroso”, dice el taxista, complacido por la lluvia que cubre la ciudad y alimenta las centrales hidroeléctricas. La sequía hace rato que tiene a mal traer a los venezolanos y no importa que la tormenta pueda alterar los festejos por el Bicentenario. Inmensas piedras pintadas con la bandera de Venezuela salpican el camino desde el aeropuerto y anticipan que la República Bolivariana se preparó para deslumbrar con los fastos por el aniversario de la Independencia.
La radio anuncia los festejos del “gobierno, el pueblo y las fuerzas armadas juntas por la revolución”. Hoy, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner será una de las invitadas especiales del desfile cívico-militar que enmarcan las ceremonias por haber sido el primer país de Sudamérica en liberarse de la Corona española. Por la tarde acompañará, como única oradora, a su anfitrión Hugo Chávez en la Asamblea Legislativa. Mañana se encontrarán otra vez cara a cara, en la reunión bilateral que coronarán con acuerdos de cooperación económica.
La relación entre la Argentina y Venezuela se afianzó durante la presidencia de Néstor Kirchner. En enero de 2009, cuando visitó Caracas al regresar de Cuba, la Presidenta recordó “la ayuda financiera que nos dio (Chávez) cuando el país no tenía acceso al crédito por el default de 2003”. Ese gesto –a pesar de las altas tasas de interés que provocaron más de una crítica– alimentó un vínculo complejo que incluyó el escándalo por la valija con 800 mil dólares incautados al empresario venezolano Guido Antonini Wilson a días de la asunción de Cristina Fernández, y la nacionalización decidida por Chávez de Sidor, una empresa del Grupo Techint. Los sobresaltos no desdibujaron una coincidencia estratégica regional en la que la Argentina y Brasil contrapesaron con sutileza, muchas veces, el ímpetu del caribeño.
“Los festejos por la Independencia y la Revolución” serán acompañados hoy por la Cumbre de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la alternativa ideada en 2004 por Fidel Castro y Chávez como contracara de la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que blandía el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Cuba, Raúl Castro; de República Dominicana, Leonel Fernández; de Ecuador, Rafael Correa; y de Antigua y Barbuda, Winston Baldwin Spencer, deliberarán en Caracas. La Presidenta argentina fue invitada a participar como invitada de las deliberaciones.
Al día le tendrán que agregar horas para completar las actividades previstas. “Será el desfile más monumental de la historia”, anticipó con grandilocuencia caribeña el ministro de Defensa, Carlos Mata Figueroa, al anunciar la participación de militares de once países en la recorrida por el Paseo de los Próceres. Delegaciones de Belarús, Argelia, Libia, Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Cuba, Nicaragua, Guatemala e Islas Vírgenes acompañarán a los venezolanos.
Por la tarde se realizará la sesión especial de la Asamblea Legislativa en la que Chávez dará rienda suelta a su discurso e invitará a hablar a su par argentina. Los encuentros protocolares llegan precedidos por las reuniones de trabajo de funcionarios de ambos países que ampliarán acuerdos de cooperación en energía, producción y transporte. Junto al canciller Jorge Taiana viajaron a Caracas los ministros Julio De Vido (Planeamiento y Obras Públicas) y Débora Giorgi (Turismo), dos de las áreas que motorizan programas conjuntos.
Taiana destacó que en América latina “estamos en un momento interesante no sólo porque recordamos el pasado sino porque estamos viviendo un nuevo impulso en la integración, en particular sudamericana, con gobiernos que dan un fuerte apoyo a estas perspectivas”. El próximo 4 de mayo sesionará en Buenos Aires la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), en la que el ex presidente Néstor Kirchner asumiría como secretario general después de un minucioso trabajo para consensuar con el resto de los países miembros y luego de que Uruguay reviera su veto.