El suicidio de Hitler: los testimonios

Redacción, BBC Mundo
Los testimonios hablan de las últimas horas de Hitler, al final de la guerra.
Hace exactamente 65 años murió el líder alemán Adolf Hitler.
Louise Hidalgo, de la BBC, estuvo escuchando a algunos relatos de primera mano en los archivos de la BBC.

"Éste es Londres llamando. Noticia de última hora. La radio alemana acaba de anunciar que Hitler está muerto. “Repito: La radio alemana acaba de anunciar que Hitler está muerto".

Así lo anunció la BBC el primero de mayo, 1945. La radio alemana informó que Adolf Hitler había muerto luchando hasta el último aliento contra el bolchevismo y por Alemania. De hecho se había suicidado en el búnker debajo de la sede del gobierno, donde él y los miembros de su círculo íntimo se habían refugiado cuando las tropas rusas avanzaron sobre Berlín.

"Los últimos diez días fueron realmente una pesadilla. Estábamos sentados en el búnker, los rusos se acercaban y escuchamos los disparos y las bombas", relató la secretaria personal de Hitler, Traudl Junge, una de las pocas en presenciar los últimos días.

"Hitler estaba sentado y esperando algún rescate, pero dejó muy claro que si no podía obtener la victoria en Berlín, no se iría, que iba a morir en Berlín. Se quedaría y se suicidaría. Así que todos sabíamos lo que pasaría, pero cuando nos dijo, el 22 de abril 1945, que podíamos y debíamos irnos de Berlín, Eva Braun fue la primera que dijo 'no, tú sabes que nunca te dejaría. Me quedaré', y muy espontánea y automáticamente le dije lo mismo".

Cumpleaños

Ese mismo día, el 22 de abril, dos días después de que Hitler cumpliera 50 años, el hombre que había sido el arquitecto en jefe de Hitler y luego su ministro de Armamento, Albert Speer, visitó el búnker para decir adiós. Speer recordaría más tarde cuán distinto era el hombre que encontró.

"El aspecto de Hitler en las últimas semanas era lamentable. Temblaba, estaba doblado y su ropa estaba sucia. Me hubiera sentido mal de no haber ido pero al final Hitler era muy frío. Le dije adiós después de unas horas. Él estaba ocupado con otros asuntos y no dijo nada. Sabía que nos estábamos despidiendo para siempre y no dijo nada emocional. Sólo me dijo el más frío posible 'adiós'".
Albert Speer salió del búnker en la mañana del 23 de abril. El 27, Berlín estaba completamente aislada del resto de Alemania.

"Todo el mundo estaba esperando que Hitler se suicidara, pero él tenía que casarse primero y dictar su última voluntad, y eso era el 28 de abril", señaló Traudl Junge.

Casamiento

Adolf Hitler y su amante desde hace mucho tiempo, Eva Braun, se casaron en realidad sólo después de la medianoche en la mañana del 29. Hitler entonces le dictó su última voluntad y testamento a Junge.

Bormann estuvo junto a Hitler hasta el final.
"Luego, el 30 de abril, se despidió de las pocas personas que aún estaban con él, y luego murió", recuerda la secretaria.

"De repente oí a alguien gritándole al asistente de Hitler. '¡Linge, Linge, creo que ya sucedió!'. Habían oído un disparo", cuenta Rochus Misch, quien había sido guardaespaldas de Hitler y en el búnker, en los últimos días, atendía los teléfonos.
"En ese momento, Martin Bormann, secretario privado de Hitler, le ordenó a todos a guardar silencio. Todo el mundo empezó a susurrar. Estaba hablando por teléfono y empecé a hablar más fuerte a propósito porque quería escuchar algo. Yo no quería que se sintiera como si estuviéramos en el búnker de la muerte".

"Bormann ordenó que se abriera la puerta de Hitler. Una de las ayudantes de Hitler abrió la primera puerta, Guensche o Linge, no sé cuál. Ambas estaban allí. Yo también fui a ver porque tenía curiosidad. A continuación, la segunda puerta se abrió. Vi a Hitler desplomado, con la cabeza sobre la mesa. Eva Braun estaba tumbada en el sofá con la cabeza hacia él. No estoy seguro de si Hitler estaba sentado en un sillón o en el sofá. Puedo estar equivocado. De lo que estoy seguro es de que la cabeza de Hitler estaba en la mesa y que la cabeza de Eva estaba a su lado y sus rodillas firmemente dobladas contra el pecho. Llevaba un vestido azul oscuro con adornos blancos. Nunca lo olvidaré", agrega Misch.

Cianuro

Se cree que Hitler tomó una cápsula de cianuro, y luego se suicidó y que Eva Braun también tomó cianuro. Rochus Misch vio a sus ayudantes cubrir el cuerpo.

Según Misch, "las asistentes de Hitler, Guensche y Linge, con el jefe de las Juventudes Hitlerianas, Axmann, y un hombre desconocido del servicio de seguridad de Hitler, se lo llevaron. Pasaron junto a mí y vi las piernas de Hitler y sus zapatos".

"Alguien me dijo 'sube de prisa. Están quemando al jefe'. Le dije: 'no, ¿por qué no vas tú? Él respondió: 'Yo no quiero tampoco. Quiero escapar'. Me di cuenta de que Muller de la Gestapo estaba allí, y por lo general nunca estaba. Le dije a mi compañero Henschel, el mecánico, 'quizás nos van a asesinar por ser los últimos testigos', pero él respondió,'yo no creo', pero estábamos atemorizados. Todo fue demasiado para nosotros. Habíamos dormido tan poco. Realmente pensé que nos iban a matar".

Rochus Misch después huyó del búnker, apenas unas horas antes de que fuera capturado por el Ejército Rojo. Traudl Junge, y un grupo de otros, también logró escapar. Semanas más tarde, un joven oficial británico, Hugh Lunghi, logró convencer a los soldados rusos que custodiaban la Cancillería de que lo dejaran bajar al búnker y fue uno de los primeros no rusos en hacerlo desde la muerte de Hitler.

"Yo sabía que era el búnker de Hitler, pero no sabía dónde se suicidó o dónde estaba el cuerpo. Cuando salí, vi un montón de cenizas en el suelo, a unos diez metros de distancia, quizás un poco más, del búnker, y pregunté '¿qué quemaron allí? ¿querían deshacerse de los libros? ' y me dijeron: 'no, eso es Hitler".

¿Eran realmente los restos quemados de Hitler? Hugh Lunghi nunca lo supo a ciencia cierta. Y Moscú durante años no reveló los secretos de lo que habían encontrado allí. De los otros, Albert Speer murió en 1981 -después de cumplir 20 años de prisión por su participación en el Tercer Reich. Traudl Junge murió en 2002. Rochus Misch es el último superviviente - vive en Berlín.

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