Cumbre nuclear clave en Washington

Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington
Entre el lunes y el martes en Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibe a las delegaciones de 47 países que asisten a la Cumbre de la Seguridad Nuclear, 38 de ellas encabezadas por sus jefes de estado o de gobierno.

Todo listo para la cumbre.

El encuentro busca coordinar políticas para garantizar que los materiales y las instalaciones nucleares sean manejadas con seguridad, al tiempo que se evite que caigan en manos de grupos extremistas, algo que los principales servicios de inteligencia occidentales han identificado como la "mayor amenaza terrorista".
Sin embargo, la cumbre podría terminar dedicándole tiempo a las crecientes preocupaciones que tienen EE.UU. y muchos de sus aliados por las supuestas intenciones militaristas del programa nuclear de Irán.
La reunión arranca con el aún fresco anuncio hecho por Teherán el viernes pasado de que dispone de "centrífugas de tercera generación" para un mejor enriquecimiento del uranio, proceso clave en la producción de armas atómicas.

La Casa Blanca asegura que eso confirma las "nefastas intenciones" de los iraníes y aprovechará para convencer a los presidentes de China y Rusia de superar la renuencia a imponer sanciones a Irán dentro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Desde México hasta Pakistán

El número y el alto perfil de los que acuden a la cita lleva a muchos a considerar a esta como la reunión sobre seguridad nuclear más importante de los últimos años.

Obama tratará de seducir a China y Rusia.
Entre los asistentes destacan los líderes de las cinco naciones del "club nuclear": el presidente de Rusia, Dmitri Medvedev; el primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown; el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy y sobre todo, el presidente de China, Hu Jintao, quien por primera vez participa en un encuentro de este tipo.

También están en Washington los líderes de India y Pakistán, países que poseen armas atómicas pero que no son reconocidos oficialmente como "poderes nucleares".
Una ausencia notable es la de otra de potencia no reconocida: Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, suspendió su visita a EE.UU. ante la posibilidad de que países del Medio Oriente pidieran explicaciones sobre su arsenal, cuya existencia Tel Aviv nunca ha reconocido oficialmente.

De América Latina están el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil; el de Chile, Sebastián Piñera; la de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el de México, Felipe Calderón, naciones que pertenecen al Tratado de Tlatelolco, que consagró a América Latina como área libre de armas nucleares.
Aunque Brasil y Argentina tuvieron hasta los años '70 programas nucleares con fines militares, se concentraron luego en planes para la producción energética.

Contra el "terrorismo nuclear"

"Es fundamental ver esta cumbre desde el punto de partida sobre la grave naturaleza de la amenaza del terrorimo nuclear", aseguró en una conferencia de prensa Ben Rhodes, vice- consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca.

"Sabemos que grupos terroristas, incluyendo al-Qaeda, están buscando materiales para construir un arma nuclear y que tienen la intención de usarla. Esto sería un peligro catastrófico para la seguridad nacional estadounidense y para la seguridad global", afirmó Rhodes.
El gobierno estadounidense espera que el martes, al final de la reunión, se emita "un comunicado pidiendo esfuerzos para lograr los más altos niveles de seguridad nuclear, lo que es esencial para la seguridad internacional así como para el desarrollo y expansión de la energía nuclear con usos pacíficos".

Sin embargo, ese comunicado será una "declaración de principios" de lenguaje vago, porque, entre otras razones, "ningún país queire admitir que tiene materiales fusionables sueltos por ahí", dijo a la BBC una fuente de la Casa Blanca que prefirió no identificarse porque el texto del acuerdo no está aún definido.

De todos modos, lo que busca el presidente Obama es comprometer a los países asistentes a tomar las medidas necesarias para asegurar los materiales nucleares enlos próximos cuatro años, cumpliendo las normas que ya se han negociado dentro de la ONU.

Moral

"Creo que la cumbre es un primer paso, otros pasos vendrán", aseguró a BBC Mundo Micheal Weirz, experto del Centro para el Progreso Estadounidense, una organización de tendencia liberal con sede en Washington que analiza políticas públicas.

"La cumbre va proveer de un piso sólido, porque demostrará que el gobierno de Barack Obama y sus aliados son capaces de avanzar en el tema y les permitirá alcanzar acuerdos más ambiciosos en el futuro", afirmó Weirz.

Con el recién firmado acuerdo de reducción de armas nucleares con Rusia, START, muchos consideran que la Casa Blanca está en un buen momento "político y moral" para presionar por resultados en la cumbre.

"La agenda internacional del gobierno se está moviendo rápidamente y es interesante ver cómo el presidente Obama pudo concretar su primer éxito material en el poco tiempo que lleva en la presidencia", dijo Weirz.

El objetivo a largo plazo de los organizadores de la cumbre es negociar un Acuerdo para la Limitación de Materiales Fusionables que prohíba la producción de materiales para armas nucleares u otros explosivos.

IRÁN EN LA DISCUSIÓN

Con los líderes de Rusia y China en Washington, existen altas probabilidades de que la cumbre dedique buen tiempo a analizar el caso del programa nuclear de Irán.

Moscú y Pekín parecen ahora menos renuentes a apoyar nuevas sanciones contra lo que muchos consideran el "incumplimiento de las obligaciones internacionales" de Teherán
El tema empezó a discutirse la semana pasada en el Consejo de Seguridad de la ONU, con la esperanza de Obama de lograr una nueva resolución "en cuestión de semanas".

El representante Mike Roger, del Comité de Inteligencia del Congreso, estima que "usar la cumbre para persuadir al mundo de actuar en el programa de armas nucleares de Irán puede ser la acción en política exterior más difícil que Washington tome este año".

Para Roger es el momento de convencer a Rusia y China de que "Irán es un problema de seguridad global" y no una disputa con EE.UU.

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