Cumbre climática boliviana debe marcar nuevo rumbo

Lemay Padrón Oliveros, Cochabamba, PL
La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra debe marcar un nuevo rumbo en la lucha por el medio ambiente.

El presidente boliviano, Evo Morales, prometió una gran movilización de los pueblos del mundo en caso de que sus demandas y propuestas en defensa de la Madre Tierra no sean escuchadas y acatadas en la Organización de Naciones Unidas (ONU).

A la reunión acudieron más de 35 mil personas, unas 10 mil de ellas representantes de los cinco continentes y más de 140 países, incluidas personalidades y científicos.

Entre las principales conclusiones sobresalen la crítica al modelo productivo capitalista como depredador del medio ambiente, la necesidad de cambiar este modelo y la elaboración de un documento con los Derechos de la Madre Tierra.

Además destacan la propuesta de un referendo mundial sobre cambio climático para el 22 de abril de 2011, en el cual se consultará a los pueblos si se debe destinar el presupuesto de guerras para defender el planeta, entre otras cosas.

Por otra parte, acordaron la conformación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental con sede en Bolivia, y el impulso al cobro de deudas a los países ricos por contaminar el planeta.

Estas y otras propuestas fueron incluidas en el Acuerdo de los Pueblos o Declaración de Cochabamba, documento resumen de la Cumbre, el cual se presentará a fines de año en la reunión de la ONU sobre el tema, prevista en Cancún.

Prestigiosas figuras latinoamericanas propusieron que la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra sea aprobada por una Asamblea General de la ONU reforzada con otros organismos.

El ex presidente de esa Asamblea multinacional, el nicaragüense Miguel D'Escoto, y el teólogo brasileño Leonardo Boff lanzaron la iniciativa de reforzar la ONU para ayudar a la especie humana a sobrevivir.

Nosotros hemos propuesto que esa Declaración Universal sea aprobada por la ONU reinventada, reforzada para ayudar a la especie humana a sobrevivir, respetar los derechos de la Madre Tierra y evitar las guerras, dijo D'Escoto.

El ex canciller sandinista explicó que porque el máximo organismo internacional es una institución fracasada, eso no quiere decir que no ha hecho nada bueno, y por eso se negó a hacerla desaparecer.

En este sentido, planteó que el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra debe ser elevado a nivel de órgano de las Naciones Unidas bajo el nombre de Consejo de los Derechos de la Madre Tierra y de los Derechos Humanos.

Por su parte, Boff hizo hincapié en la necesidad de darle luz verde al Tribunal de Justicia Climática, una de las iniciativas emanadas de la Conferencia.

Proponemos introducir el artículo que dé nacimiento al Tribunal de Justicia Climática y Polución Ambiental que sería implementado y aprobado por 140 estados y tendrá el mismo nivel de la Corte Internacional de Justicia, destacó.

Ambos pensadores tomaron parte en la Cumbre desde su inauguración, e intervinieron en varios de los paneles de debate.

Como colofón, nada mejor que celebrar junto a la clausura el primer aniversario de la declaración de la ONU del 22 de abril como el Día de la Madre Tierra.

Ella misma, la Pachamama de los indígenas andinos, debe estar conmovida todavía por el esfuerzo hecho en suelo boliviano para salvarla.

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