Comparan los ataques al Papa con el antisemitismo
El religioso Raniero Cantalamessa condena los casos de pederastia y centra su homilía de Viernes Santo en la violencia doméstica, que considera "igual de grave" que la ejercida contra los niños
Ciudad del Vaticano, Agencias
"Junto con la violencia sobre los niños, de la que se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero, hay otra igual de grave, la violencia contra la mujer, que se desarrolla dentro de los muros domésticos, a escondidas de todos y que muchas veces viene justificada con prejuicios pseudo religiosos y culturales", denunció Cantalamessa. Por ello insistió en que "los hombres tienen que pedir perdón a las mujeres", que fue precisamente el título que eligió para su homilía.
El sacerdote denunció que la sociedad actual es muy dada a condenar la violencia y a la misma vez favorecerla y exaltarla. Así, señaló que mientras la sociedad se rasga las vestiduras ante ciertos hechos de sangre, no da importancia a que en los medios de comunicación describan con precisión hechos de violencia y se publiciten películas y videojuegos violentos. También habló de la violencia entre jóvenes, aunque insistió en que existe una violencia "aún más grave" que la anterior, la violencia contra la mujer, "las víctimas se encuentran desesperadamente solas e indefensas y mucha de esa violencia tiene un móvil sexual"
Cantalamessa subrayó que los hombres actúan al contrario que Cristo, quien cuando le presentaron a la mujer adúltera dijo: "Quien esté libre de pecados tire la primera piedra". "El adulterio es un pecado que se comete siempre entre dos, pero sólo y siempre, y todavía en algunos países, es castigado uno, la mujer", dijo.
El predicador de la Casa pontificia también condenó los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes a niños y desveló durante el oficio una carta que le había enviado un amigo judío. En ella, éste le expresa su "disgusto" por el "ataque concéntrico" contra el Papa y la Iglesia. "El uso del estereotipo, echar las culpas personales a una colectividad, me recuerdan los aspectos más vergonzosos del antisemitismo", leyó en voz alta Cantalamessa de la carta.
De momento, el Papa no se ha referido al caso de los abusos sexuales a menores, aunque el Vaticano ha lanzado una campaña en su defensa ante los medios de comunicación.
Ciudad del Vaticano, Agencias
"Junto con la violencia sobre los niños, de la que se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero, hay otra igual de grave, la violencia contra la mujer, que se desarrolla dentro de los muros domésticos, a escondidas de todos y que muchas veces viene justificada con prejuicios pseudo religiosos y culturales", denunció Cantalamessa. Por ello insistió en que "los hombres tienen que pedir perdón a las mujeres", que fue precisamente el título que eligió para su homilía.
El sacerdote denunció que la sociedad actual es muy dada a condenar la violencia y a la misma vez favorecerla y exaltarla. Así, señaló que mientras la sociedad se rasga las vestiduras ante ciertos hechos de sangre, no da importancia a que en los medios de comunicación describan con precisión hechos de violencia y se publiciten películas y videojuegos violentos. También habló de la violencia entre jóvenes, aunque insistió en que existe una violencia "aún más grave" que la anterior, la violencia contra la mujer, "las víctimas se encuentran desesperadamente solas e indefensas y mucha de esa violencia tiene un móvil sexual"
Cantalamessa subrayó que los hombres actúan al contrario que Cristo, quien cuando le presentaron a la mujer adúltera dijo: "Quien esté libre de pecados tire la primera piedra". "El adulterio es un pecado que se comete siempre entre dos, pero sólo y siempre, y todavía en algunos países, es castigado uno, la mujer", dijo.
El predicador de la Casa pontificia también condenó los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes a niños y desveló durante el oficio una carta que le había enviado un amigo judío. En ella, éste le expresa su "disgusto" por el "ataque concéntrico" contra el Papa y la Iglesia. "El uso del estereotipo, echar las culpas personales a una colectividad, me recuerdan los aspectos más vergonzosos del antisemitismo", leyó en voz alta Cantalamessa de la carta.
De momento, el Papa no se ha referido al caso de los abusos sexuales a menores, aunque el Vaticano ha lanzado una campaña en su defensa ante los medios de comunicación.