Astrada: "El golpe más duro fue el de Boca..."
Buenos Aires, Olé
Habló Astrada, despedido por Passarella tras empatar en Tucumán. Pero el Negro sabe que la decisión estaba tomada de antemano. Y buscó los motivos de un contrato roto casi ocho meses antes del final. Su voz jamás perderá las formas. Lo que varía es el contexto. La llegada de Leonardo Astrada, ya despedido, al Aeroparque Metropolitano fue tumultuosa. Cámaras, preguntas al hueso, respuestas claras. "Yo no renuncié" fue lo único que dijo antes de subirse al micro. Un rato después, dejó el Monumental quemando llantas. Y no era lo único que se encendía... ¿Qué pasó, Negro? ¿Por qué? Se lo contó a La Red.
"Son decisiones que toma la dirigencia. Yo no renuncié. Tuve dos conversaciones (con Passarella). La vida continúa. Tuve dos conversaciones (con Daniel Passarella). En una me dijo que la situación estaba difícil y quedamos en reunirnos a mi llegada desde Tucumán. Después lo volví a llamar desde el hotel para que me aclarara algunas cosas. Pero me dijo que no me lo quería decir por teléfono la decisión que había tomado. Mejor personalmente... El club buscó sacar adelante este momento. Nosotros teníamos la fuerza suficiente pero...", fue la autonecrológica del Negro en su primera parte.
"Nunca me imaginé que podía pasar esto... El fútbol se basa en resultados. Pero que alguna vez se haya presentado y, delante de los jugadores, darnos el apoyo... En cierta forma estaba tranquilo pero se ve que algo cambió. La decisión ya estaba tomada", siguió el Negro con su catarsis.
¿Las causas de la rescisión de un contrato que vencía recién a fin de año? "Los resultados me condicionaron. Y no sé si el hecho de haber excluido a Ariel (Ortega). Pero el golpe más duro fue el de Boca. El haberse suspendido ese domingo nos bajó la adrenalina que traíamos y nos terminó matando...", confió antes de asegurar que el plantel estaba dolido, y que les ofreció disculpas en el caso de haberles fallado.
¿Y la falta de refuerzos de jerarquía, qué? "La situación del club no daba para poder hacer un esfuerzo mayor. Los jugadores se brindaron por completo. Si bien tuvieron momentos buenos y malos, con un periodo de adaptación lógico van a poder triunfar. Pero les está costando mucho más de lo normal. Uno sabe a lo que se expone. También es lindo cuando vos te vas bien", creyó.
Ah, y también habló sobre quién sería su mejor reemplazante... "Ramón (Díaz) fue un hombre de la casa, ganó mucho, puede tener un respaldo mayor de la gente... Pero la dirigencia evaluará lo más conveniente...".
Lunes por la madrugada, el principio del final...
Este River, el que más minutos pasó sin hacer un gol en la historia del club, este Millo que apena, volvió a perder. Y el resultado, claro, es mentiroso. Anoche, en Tucumán, fue un simple 0 a 0, un puntito, con 465 minutos de sequía goleadora (desde aquel grito de Canales frente a Huracán) y números poco felices. En la tabla del Clausura y en la del promedio que se viene. Si la próxima temporada arrancase hoy, tendría un 1,056 que sólo lo dejaría por encima de los recién ascendidos.
Por eso, a pesar de sus palabras, el presidente Daniel Passarella cortó por lo sano. O, al menos, eso creyó. Porque lo que llega se presume peor... Apenas terminado el partido, alrededor de las 22.30, cayó el primer llamado al celular de Leonardo Astrada, al vestuario visitante del Monumental de Atlético Tucumán. Discontínuo. No había demasiada señal. Bah, la señal era clara. Desde la presidencia no estaban conformes con lo que habían visto. Y el panorama no pintaba alentador. Y no sólo por la falta de comunicación. La siguieron en el hotel, después de la cena, ya en las primeras horas de este lunes. Esta vez, debió intervenir un tal Lucho, allegado al grupo, los ojos del Káiser en el Jardín de la República, ex espía deportivo del Millo, quien paraba en el mismo búnker. El aportó su teléfono y siguieron con el tire y afloje. El resultado fue el esperado. Amparado en la presión externa, Passarella decidió bajarle el pulgar al Negro. Le sacó la roja...
Así las cosas, Héctor Pitarch y el Pato Fillol se harían cargo, provisionalmente, de este River que está 17° en el torneo, a 14 puntos del líder Independiente, aunque dos unidades por encima de Boca, con quien cayó derrotado en el único clásico oficial 2010. Y no fue poco...
Habló Astrada, despedido por Passarella tras empatar en Tucumán. Pero el Negro sabe que la decisión estaba tomada de antemano. Y buscó los motivos de un contrato roto casi ocho meses antes del final. Su voz jamás perderá las formas. Lo que varía es el contexto. La llegada de Leonardo Astrada, ya despedido, al Aeroparque Metropolitano fue tumultuosa. Cámaras, preguntas al hueso, respuestas claras. "Yo no renuncié" fue lo único que dijo antes de subirse al micro. Un rato después, dejó el Monumental quemando llantas. Y no era lo único que se encendía... ¿Qué pasó, Negro? ¿Por qué? Se lo contó a La Red.
"Son decisiones que toma la dirigencia. Yo no renuncié. Tuve dos conversaciones (con Passarella). La vida continúa. Tuve dos conversaciones (con Daniel Passarella). En una me dijo que la situación estaba difícil y quedamos en reunirnos a mi llegada desde Tucumán. Después lo volví a llamar desde el hotel para que me aclarara algunas cosas. Pero me dijo que no me lo quería decir por teléfono la decisión que había tomado. Mejor personalmente... El club buscó sacar adelante este momento. Nosotros teníamos la fuerza suficiente pero...", fue la autonecrológica del Negro en su primera parte.
"Nunca me imaginé que podía pasar esto... El fútbol se basa en resultados. Pero que alguna vez se haya presentado y, delante de los jugadores, darnos el apoyo... En cierta forma estaba tranquilo pero se ve que algo cambió. La decisión ya estaba tomada", siguió el Negro con su catarsis.
¿Las causas de la rescisión de un contrato que vencía recién a fin de año? "Los resultados me condicionaron. Y no sé si el hecho de haber excluido a Ariel (Ortega). Pero el golpe más duro fue el de Boca. El haberse suspendido ese domingo nos bajó la adrenalina que traíamos y nos terminó matando...", confió antes de asegurar que el plantel estaba dolido, y que les ofreció disculpas en el caso de haberles fallado.
¿Y la falta de refuerzos de jerarquía, qué? "La situación del club no daba para poder hacer un esfuerzo mayor. Los jugadores se brindaron por completo. Si bien tuvieron momentos buenos y malos, con un periodo de adaptación lógico van a poder triunfar. Pero les está costando mucho más de lo normal. Uno sabe a lo que se expone. También es lindo cuando vos te vas bien", creyó.
Ah, y también habló sobre quién sería su mejor reemplazante... "Ramón (Díaz) fue un hombre de la casa, ganó mucho, puede tener un respaldo mayor de la gente... Pero la dirigencia evaluará lo más conveniente...".
Lunes por la madrugada, el principio del final...
Este River, el que más minutos pasó sin hacer un gol en la historia del club, este Millo que apena, volvió a perder. Y el resultado, claro, es mentiroso. Anoche, en Tucumán, fue un simple 0 a 0, un puntito, con 465 minutos de sequía goleadora (desde aquel grito de Canales frente a Huracán) y números poco felices. En la tabla del Clausura y en la del promedio que se viene. Si la próxima temporada arrancase hoy, tendría un 1,056 que sólo lo dejaría por encima de los recién ascendidos.
Por eso, a pesar de sus palabras, el presidente Daniel Passarella cortó por lo sano. O, al menos, eso creyó. Porque lo que llega se presume peor... Apenas terminado el partido, alrededor de las 22.30, cayó el primer llamado al celular de Leonardo Astrada, al vestuario visitante del Monumental de Atlético Tucumán. Discontínuo. No había demasiada señal. Bah, la señal era clara. Desde la presidencia no estaban conformes con lo que habían visto. Y el panorama no pintaba alentador. Y no sólo por la falta de comunicación. La siguieron en el hotel, después de la cena, ya en las primeras horas de este lunes. Esta vez, debió intervenir un tal Lucho, allegado al grupo, los ojos del Káiser en el Jardín de la República, ex espía deportivo del Millo, quien paraba en el mismo búnker. El aportó su teléfono y siguieron con el tire y afloje. El resultado fue el esperado. Amparado en la presión externa, Passarella decidió bajarle el pulgar al Negro. Le sacó la roja...
Así las cosas, Héctor Pitarch y el Pato Fillol se harían cargo, provisionalmente, de este River que está 17° en el torneo, a 14 puntos del líder Independiente, aunque dos unidades por encima de Boca, con quien cayó derrotado en el único clásico oficial 2010. Y no fue poco...