18 muertos en los choques entre el Ejército y los 'camisas rojas'
Bankok, Agencias
18 personas han muerto y más de 800 han resultado heridas en las últimas horas durante los enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y el Ejército en las calles de Bangkok, la capital de Tailandia.
Los soldados, apoyados por agentes de la policía, dispararon gases lacrimógenos y pelotas de goma contra la multitud de camisas rojas, que respondieron a la andanada lanzando granadas y coctéles molotov.
Entre las víctimas mortales se encuentra un reportero gráfico de la agencia Reuters, identificado como Hiroyuki Muramoto, que recibió un balazo en el estómago, según fuentes médicas, muy cerca de la sede del Gobierno. Tras la refriega, las tropas recibieron la orden de retirarse. La retirada de los soldados y policías de las zonas ocupadas de la capital tailandesa comenzó al mismo tiempo que el Gobierno del primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunciaba su intención de negociar con los líderes de los manifestantes.
Un portavoz militar ha dicho que las conversaciones con los opositores son necesarias debido al creciente deterioro de la situación, pero también ha reclamado la retirada de los manifestantes de las zonas céntricas de la capital. El llamamiento al diálogo ha caído en saco roto en las filas opositoras. Jatuporm Prompan, uno de los líderes de los camisas rojas, ha asegurado que el Frente Unido había decidido no negociar con el Gobierno. al que ha acusado de ordenar "una matanza".
Asimismo, dos unidades del Ejército que suman un un total de 28 soldados han caído en poder de las fuerzas opositoras, según ha denunciado el Gobierno tailandés, cuyo Ejército está negociando los términos de su liberación, según informa el diario tailandés The Nation en su edición digital.
Los opositores, que reclaman la celebración de nuevas elecciones, llevan acampados en diferentes puntos de Bangkok desde el 14 de marzo, cuando cien mil personas iniciaron una protesta pacífica en Bangkok en apoyo de "la democracia". El pasado miércoles, el Gobierno del primer ministro Abhisit Vejjajiva decretó el estado de excepción para frenar la escalada de violencia, que ya el viernes dejó un saldo de 22 heridos -18 manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad.
El Gobierno recupera un canal de televisión
Poco antes de producirse los primeros muertos, las fuerzas de seguridad retomaron el control de la cadena por satélite People Channel (PTV), cortada el jueves por orden del Gobierno por apoyar las protestas y tomada por los opositores que lograron recuperar la señal durante tres horas.
Los choques se han extendido a otros lugares de Tailandia. En Udon Thani, al noreste del país y una de las zonas menos desarrolladas, cerca de 600 camisas rojas asaltaron la representación del gobierno central y lo mismo sucedió en la ciudad de Chiang Mai, al norte y la segunda mayor del país.
Los camisas rojas han pedido la disolución inmediata del Parlamento y que el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, salga del país. A su juicio, Abhisit carece de mandato popular porque llegó al poder tras las elecciones legislativas de 2008, posteriores a la decisión judicial que ordenó la disolución de un partido gobernante favorable a Thaksin. Quieren que se celebren inmediatamente unos comicios, los cuales, probablemente, darían la victoria a los aliados del jefe de Gobierno depuesto.
18 personas han muerto y más de 800 han resultado heridas en las últimas horas durante los enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y el Ejército en las calles de Bangkok, la capital de Tailandia.
Los soldados, apoyados por agentes de la policía, dispararon gases lacrimógenos y pelotas de goma contra la multitud de camisas rojas, que respondieron a la andanada lanzando granadas y coctéles molotov.
Entre las víctimas mortales se encuentra un reportero gráfico de la agencia Reuters, identificado como Hiroyuki Muramoto, que recibió un balazo en el estómago, según fuentes médicas, muy cerca de la sede del Gobierno. Tras la refriega, las tropas recibieron la orden de retirarse. La retirada de los soldados y policías de las zonas ocupadas de la capital tailandesa comenzó al mismo tiempo que el Gobierno del primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunciaba su intención de negociar con los líderes de los manifestantes.
Un portavoz militar ha dicho que las conversaciones con los opositores son necesarias debido al creciente deterioro de la situación, pero también ha reclamado la retirada de los manifestantes de las zonas céntricas de la capital. El llamamiento al diálogo ha caído en saco roto en las filas opositoras. Jatuporm Prompan, uno de los líderes de los camisas rojas, ha asegurado que el Frente Unido había decidido no negociar con el Gobierno. al que ha acusado de ordenar "una matanza".
Asimismo, dos unidades del Ejército que suman un un total de 28 soldados han caído en poder de las fuerzas opositoras, según ha denunciado el Gobierno tailandés, cuyo Ejército está negociando los términos de su liberación, según informa el diario tailandés The Nation en su edición digital.
Los opositores, que reclaman la celebración de nuevas elecciones, llevan acampados en diferentes puntos de Bangkok desde el 14 de marzo, cuando cien mil personas iniciaron una protesta pacífica en Bangkok en apoyo de "la democracia". El pasado miércoles, el Gobierno del primer ministro Abhisit Vejjajiva decretó el estado de excepción para frenar la escalada de violencia, que ya el viernes dejó un saldo de 22 heridos -18 manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad.
El Gobierno recupera un canal de televisión
Poco antes de producirse los primeros muertos, las fuerzas de seguridad retomaron el control de la cadena por satélite People Channel (PTV), cortada el jueves por orden del Gobierno por apoyar las protestas y tomada por los opositores que lograron recuperar la señal durante tres horas.
Los choques se han extendido a otros lugares de Tailandia. En Udon Thani, al noreste del país y una de las zonas menos desarrolladas, cerca de 600 camisas rojas asaltaron la representación del gobierno central y lo mismo sucedió en la ciudad de Chiang Mai, al norte y la segunda mayor del país.
Los camisas rojas han pedido la disolución inmediata del Parlamento y que el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, salga del país. A su juicio, Abhisit carece de mandato popular porque llegó al poder tras las elecciones legislativas de 2008, posteriores a la decisión judicial que ordenó la disolución de un partido gobernante favorable a Thaksin. Quieren que se celebren inmediatamente unos comicios, los cuales, probablemente, darían la victoria a los aliados del jefe de Gobierno depuesto.