Revolución sentimental en la web

Redacción BBC Mundo
La red conecta a la gente en el ámbito comercial y educativo, pero también sentimental. En muchas ocasiones, el amor sorprende a personas que empezaron buscando otra cosa y encontraron algo más.

Cada vez más gente se enamora por internet.
Las historias de parejas que se conocen a través de internet son más frecuentes, así como las de problemitas o problemotas entre amantes que tienen su origen en el mundo virtual.

Una investigación de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, señala que los sitios de internet de "online dating", como se los conoce en el mundo entero, están desplazando a los lugares "reales" en lo referido a buscar la media naranja.

Según el sociólogo Michael Rosenfeld, autor del estudio, los que más eligen esta forma de buscar pareja son gays, lesbianas y heterosexuales de mediana edad.
Por otra parte, redes sociales como Facebook, Twitter y MySpace se han convertido en una poderosa herramienta que permite a millones de personas, buscándolo o no, conocer a sus futuros enamorados.

India es el país con más sitios de internet para encontrar pareja, con unos 25 millones de personas suscriptas a alguno de estos servicios.
Y Estados Unidos, según diversos estudios, ostenta el récord con más éxito en dating: se estima que casi la mitad de las nuevas parejas se forman gracias a estas páginas, de las cuales hay unas 1.400.
En la actualidad, aproximadamente 3,1 millones de españoles se registran al mes en sitios de encuentros, además 600.000 en páginas para adultos (infidelidades, swinger, sadomasoquismo, fetichismo). Y este número crece continuamente, según el portal especializado sitios-encuentros.es.
Dos ejemplos de amor en los tiempos de la red, brinda a continuación la BBC :

En internet también navega el amor

En BBC Mundo estamos explorando cómo internet ha transformado las relaciones sentimentales. Historias de amor y desamor relatadas por sus protagonistas. A continuación, una historia con final feliz.

Eliana Rodas no buscaba novio. Era 31 de diciembre y esa mañana, al encender la computadora, no podía sospechar que su vida iba a cambiar para siempre.
En su casa en Lima, Perú, toda su familia se preparaba para celebrar la entrada del 2006. Eli se metió a internet porque quería encontrar a alguien con quien practicar alemán e inglés.
En un sitio social, encontró el perfil de Michal Simko, un eslovaco que vivía en Inglaterra y a quien le encanta la naturaleza y los deportes. Y pensó: "él puede ser un buen amigo".

Le escribió un mensaje.

Michal sí estaba buscando pareja por internet. De hecho, mantenía contacto con 10 mujeres al mismo tiempo, aunque empezaba a hartarse.
"Sentía que estaba hablando con computadoras, no con personas".
Pero las respuestas que recibió de Eli sí le parecieron interesantes. El mismo día, ambos decidieron probar el chat.
Ambos se sintieron en confianza y la conversación, dijeron, fluyó "como si fuéramos ya amigos".

Novios online

Haciendo uso del correo electrónico, de Skype, del chat de Messenger, y, por supuesto, también de llamadas directas, Michal y Eli mantuvieron una relación a distancia durante cuatro meses, hasta que en mayo de 2006, Michal decidió viajar a Perú.

Para ese momento, se habían ya enamorado y él, incluso, había propuesto casarse.
"Pensé que estaba loco", dijo Eli. "Ya eramos novios por internet, pero yo pensaba que todo iba a ser más bien lento debido a la distancia".
Para Eli, Michal se convirtió, aún antes de verse en persona, en la persona con quien quería estar todo el tiempo.
Pasaba horas en la computadora, a veces apenas terminaba de comer volvía al teclado.
"Mi familia pensaba que estaba loca. Pero todo tenía mucho sentido, porque en el fondo estaba la esperanza de encontrar a la persona que era la respuesta de mi vida".
La familia de Eli sólo le dio importancia hasta que lo vieron llegar al aeropuerto de Lima. Todos estaban sorprendidos, como si de pronto se dieran cuenta de que Michal era una persona real.
Eli y Michal se casaron en septiembre de 2006, en Eslovaquia.

Honestidad en línea


La tecnología ayudó mucho en su relación, pero los supuestos superpoderes de internet exhiben sus límites cuando se trata de acercar a nivel profundo a las personas.
"Justo antes del matrimonio, hubo un momento en que pensé que yo era muy egoísta", recuerda Eli.
"Me dije, estoy tan lejos y quizá él podría hacer su vida donde está, podría conocer a alguien más, salir, verse, y me dije que quizá era mejor terminar. Que fue un bonito sueño, pero no puede ser realidad".

"Le dije que terminarámos todo para que el pudiera hacer su vida libre. Por supuesto, yo estaba llorando. Yo no quería decir eso".
A pesar de su creciente depresión por no poder estar al lado de Eli, Michal tampoco deseaba terminar con la relación.
"Un día iba yo caminando rumbo a mi casa, en Bath, y encontré una pluma roja enfrente de mi departamento", señala Michal. "La tomé y le pregunté a mis compañeros de piso -eslovacos- que qué significaba eso en nuestra cultura. Una de ellas me dijo: 'matrimonio'.

"Esa fue la respuesta a todos los fantasmas. Fui a internet y le dije a Eli que quería casarme con ella, que no quería terminar la relación. Esa pluma probablemente salvó nuestra relación".
Eli está convencida de que su relación con Michal se benefició de la tecnología, pero, sobre todo, de la capacidad de soñar.
"A veces la gente piensa que porque uno está muy lejos, o porque se habla otro idioma o es otra cultura no se puede. Se van poniendo muchas barreras, inclusive a los sueños.
Después de tres años en Bath, Inglaterra, decidieron mudarse a Perú. Ahora le toca a Michal adaptarse a una cultura distinta y a lidiar con otro idioma, pero ese es ya otro capítulo.

Casados con internet


Paúl Mena Erazo
Ecuador

En BBC Mundo estamos explorando cómo internet ha transformado las relaciones sentimentales. Historias de amor y desamor relatadas por sus protagonistas. A continuación, una historia no tan feliz.

Tienen tres hijos y una relación matrimonial de 12 años. Él es afecto a la pornografía por internet. Ella lo sabe y siente una gran distancia con su cónyuge.
La mujer suele visitar salas de chat en línea y se encuentra con un hombre de quien se enamora. Pronto lo conoce en el mundo real, pero no hay una atracción física. Ella está enamorada de la forma de ser que el hombre proyecta en el chat.
Ella y su esposo están confundidos; no quieren perder definitivamente su matrimonio, según dicen, por culpa de internet.

Historias reales como ésta llegan cada vez en mayor número a las oficinas de Volviendo a Casa, un centro de orientación familiar integrado en Quito por psicólogos, terapeutas y orientadores familiares, y cuyo presidente, Diego Utreras, cuenta a BBC Mundo que hoy no es extraño escuchar en parejas la queja: "Tú no estás casado conmigo, tú estás casado con internet".
Esa frase al menos fue la que una mujer, de 25 años, le dijo a su esposo, de 27, cuando le reprochó el que él todas las noches prendiera su computador para participar en juegos en línea, y no lo apagara sino hasta las tres o cuatro de la mañana.

La pareja, comenta Diego Utreras, lleva un año de matrimonio. En ese tiempo, un niño ha nacido. Ella pensó que con el pequeño, su esposo dejaría lo que se había convertido en una adicción. Pero eso no ha ocurrido.
"El sentirse desplazado por una computadora es realmente doloroso, y además peligroso. En este caso, automáticamente la pareja se desconecta en su diálogo, comunicación e intimidad, en su vivencia de pareja", sostiene Utreras.
Según Utreras, sentirse desplazado por una computadora no es sólo doloroso sino peligroso para la pareja.

A decir del orientador familiar, los casos de parejas seriamente afectadas a causa de internet en países como Ecuador se multiplican a causa del hecho de que la red ha tomado en la familia el rol de "miembro fantasma de la casa".
Diego Utreras afirma que internet es sin duda una gran ayuda para individuos, parejas y familias en búsqueda de información y comunicación en diversas circunstancias, pero advierte que el problema ocurre "cuando damos mayor prioridad a estar conectados a internet, que a estar conectados con la pareja".

En ciertos casos, Utreras aconseja que mientras uno de los miembros de la pareja establezca un compromiso por parar su dependencia a internet, la otra comparta momentos de actividad en la red.
"Entremos los dos a Facebook, entremos los dos a un juego en línea, qué tal si manejamos los dos una página web", recomienda el orientador familiar.

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