¿Los arqueros no se identifican con los símbolos del club?


José Luis Nogales
Sabido es para todos aquellos que amamos el fútbol que la identificación con el club del que uno es hincha es la camiseta, por eso desde hace muchos años, luego de definir los colores, se incorporó el escudo, siempre en el lado izquierdo, donde late el músculo más importante del cuerpo humano.

Para quienes tenemos algunos años en este deporte, llama profundamente la atención que, en nuestro fútbol, al menos tres arqueros no lleven la camiseta del club al que representan, tal el caso de Hugo Suárez (Oriente Petrolero), Carlos Lampe (Universitario)y Daniel Vaca (Wilstermann), quienes, por puro antojo, visten prendas que ni siquiera son de las marcas que auspician a sus clubes, no llevan los escudos y, mucho menos, la publicidad, tan importante en nuestros días para la subsistencia de las entidades dedicadas a este apasionante deporte.
Al finales del los 80 y principios de los 90 se dio en el mundo la explosión de los uniformes de fútbol, empezando por las selecciones que participaron en la Eurocopa de 1988, ganada por Holanda en Alemania, luciendo diseños diferentes a su tradicional Naranja Mecánica.

Hace mucho que explotó el márketing en el fútbol. Las marcas deportivas compiten desde entonces para vestir a los equipos y no sólo eso, también dotan de material deportivo completo al club sin recibir un peso de los clubes o selecciones (en el exterior, las marcas pagan por vestir a los clubes más prestigiosos), su ganancia está en la venta de camisetas al público, porque no hay mejor cosa para un futbolero que vestir la casaca del equipo de sus amores.
En el caso de los arqueros también se dio una enorme transformación del negro entero de antaño a uniformes de colores y estampados con diseños únicos.

Guardametas famosos como Jorge Campos (selección mexicana), Carlos Fernando Navarro Montoya (Boca Juniors), José Luis Félix Chilavert (Vélez Sarfield) y tantos otros diseñaban sus propias “poleras de arquero” e incluso eran de diferentes marcas respecto a las de sus clubes, recibiendo remuneración por atajar con dichas prendas.
Un problema se suscitó con Jorge Campos, que lucía ese vistoso uniforme con colores chillones -predominio del rosado y el verde fosforescente. Era de la marca inglesa Umbro, pero la divisa mexicana era Nike. Estos últimos advirtieron a la Federación de México que no permitirían que Campos utilice otra marca. Fue así que Nike le hizo una réplica de la vistosa polera, pero de la marca que esponsoreaba a México.

Desde entonces, se decidió, por parte de las marcas y los equipos, que también los cuidapalos debían usar las mismas que el resto de sus compañeros.
Pero había otro problema, muchos de los diseños exclusivos de los porteros no llevaban la publicidad ni el escudo del club, como era el caso del Mono Navarro Montoya (el diseño era él mismo manejando un camión en toda la parte frontal), a quien obligaron a incluir publicidad y escudo.

Se pensó que era una calamidad que los arqueros omitan la publicidad, gran parte los ingresos por anuncios en los uniformes son, y siempre serán, el soporte económico de los clubes, a parte de los aportes de socios, derechos de tv. y las entradas a los partidos.
Pero, parecía un horror que los arqueros no lleven los escudos de los clubes para los que defendían sus metas, era como si no se identificaran con la hinchada y, mucho menos, con la institución.

Es cierto que para cualquier persona tener más ingresos nunca está demás, por tanto las marcas que patrocinan a grandes arqueros del mundo optaron por hacerles guantes y botines exclusivos, como es el caso de Reebok con el arquero del Real Madrid Iker Casillas, quien debe vestir el uniforme Adidas y llevar la publicidad que le paga al club, pero a Iker le paga Reebok por usar lo suyo.
Imagínense que Iker ingresara con una camiseta de otra marca, sin escudo y sin publicidad. Sus hinchas se lo reprocharían y también su dirigencia.
Hablando de estos últimos, ¿cómo es que no se fijan en esos detalles? Hugo Suárez jugó el año pasado para Wilstermann con una polera alterna del Inter de Milán con la publicidad de Pirelli, otra con la alterna del Sao Paulo con publicidad de LG y los partidos por el descenso indirecto con la polera de Justo Villar, arquero de la Selección de Paraguay, por supuesto que en los tres casos sin el escudo de Wilstermann.

¿Algún dirigente se dio cuenta? y si lo hizo, ¿por qué no se animó a decírselo?
Lo mismo está sucediendo con Daniel Vaca, del cual no discutimos sus condiciones para cuidar los palos del equipo rojo. Pero ya ocurrió cuando jugaba para San José como vemos en la primera foto. Ahora en Wilstermann viste una camiseta verde chillón que no es Fair Play (marca que patrocina al club). Será bonita y llamativa, pero tampoco lleva NINGUNA publicidad de las empresas que auspician a los rojos en estos momentos tan críticos en lo económico y en lo futbolístico y, recién incorporó el escudo aviador en los dos últimos encuentros que, al final, es lo que identifica a la institución con la gente después de los colores.
Carlos Lampe por su parte, juega con una polera blanca(como en el partido ante The Strongest en La Paz) de la marca especializada en guardametas Reusch, sin ningún distintivo del club Universitario de Sucre.

¿Será que los arqueros mencionados (Vaca, Suárez y Lampe) están por encima de las instituciones con las que tienen contrato por esta temporada o el descuido de los dirigentes a estos pequeños grandes detalles llevarán a la molestia de las empresas auspiciadoras y a un reproche general de la hinchada, exigiendo respeto a su emblema? Creemos que visten de la manera que lo hacen, por simple capricho, ya que ninguno tiene siquiera como sponsor a alguna de las marcas que lucen.

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