¿Funciona la castración química?
BBC Mundo Ciencia El programa, que es voluntario, incluirá la administración de medicamentos para suprimir la libido del individuo.
Pero ¿son efectivos son estos programas?
Los expertos creen que la lista de efectos secundarios, a veces graves, podría disuadir a los delincuentes de continuar el tratamiento.
Además, otros especialistas creen que estos medicamentos no son efectivos, por sí solos.
"La castración química fue diseñada para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado", dijo a BBC Ciencia el doctor Edgardo Becher, de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual.
"Lo que hace la castración química es utilizar unas sustancias que bloquean la producción de testosterona en los testículos".
El fármaco actúa en el cerebro del individuo, en la glándula hipófisis, inhibiendo la producción de la hormona.
Libido
"La testosterona es una hormona esencial para un correcto funcionamiento de la sexualidad masculina", indica el doctor Becher.
Cuando la testosterona desaparece del organismo se produce una disminución del impulso sexual, o libido, en el hombre.
Estos tratamientos pueden ser administrados por inyección o en forma de tableta.
Uno de éstos es el acetato de ciproterona, una píldora que se toma diariamente y que a menudo se receta a las mujeres con desequilibrios hormonales.
Entre los efectos secundarios del tratamiento están el crecimiento de pelo corporal o acné severo.
Muchos pederastas buscan y encuentran a sus víctimas en internet.
Pero la principal desventaja de esta terapia es que depende de que el paciente tome el medicamento diariamente, lo cual podría ser un problema.
La segunda opción es una inyección mensual, administrada en el glúteo y es un medicamento llamado leuprorelina o acetato de leuprolide.
"Cuando no hay testosterona en el organismo el cáncer de próstata retrograda, y en el caso de esta propuesta el objetivo que se persigue es impedir el correcto funcionamiento de la sexualidad del varón" explica el doctor Becher.
Francia ha llevado a cabo pruebas con este medicamento en los delincuentes sexuales que salen de la cárcel.
Y los resultados han demostrado que tras cuatro o seis semanas de haber iniciado el tratamiento, los niveles de testosterona del individuo aumentan.
Una vez que se supera este período el deseo sexual disminuye dramáticamente.
Aunque el individuo todavía es capaz de tener relaciones sexuales, le será muy difícil excitarse.
Algunos expertos afirman, sin embargo, que si el individuo desea superar los efectos de estos medicamentos, lo logrará.
Es decir, podrá haber circunstancias en las que el hombre imagine una fantasía sexual intensa o recurra a pornografía extrema.
Efectos secundarios
Otro aspecto por el cual estos tratamientos no han sido aceptados universalmente son los efectos secundarios de los fármacos.
"Quizás la principal desventaja es que estos tratamientos son muy costosos", señala el doctor Becher.
"En realidad si uno pretende la castración de un paciente, lo ideal es la castración quirúrgica ya que ésta sí es irreversible".
Entre los efectos secundarios, explica el experto, están la disminución y pérdida de vello facial y corporal, una redistribución de grasa en el cuerpo.
"Obviamente se sufren cambios atribuibles a la falta de testosterona, pero eso finalmente es el objetivo que se persigue", señala el especialista.
La castración química también se ha llevado a cabo con la aplicación de un progestágeno llamado acetato de medroxyprogesterona, un anticonceptivo inyectable que contiene una forma sintética de la hormona femenina progesterona.
Algunos especialistas afirman que estas inyecciones pueden prevenir la reincidencia de delitos sexuales.
Pero esta sustancia, que también inhibe la producción de testosterona, favorece el desarrollo de las características femeninas de la persona.
Los expertos subrayan, sin embargo, que estos tratamientos de castración química no pueden ir aislados.
"No es suficiente el aspecto biológico -afirma el doctor Becher- porque debe colocarse en un contexto psiquiátrico y penal".
El gobierno británico intenta acompañar estos tratamientos de otras terapias, como asesoramiento psicológico y tratamientos antidepresivos.
Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado obtener pruebas científicas que confirmen que estos tratamientos sean realmente exitosos.
