Edmund Phelps: "La inflación no es por el crecimiento"
Recomienda que el costo de vida no aumente más de 10% al año
Jorge Oviedo, LA NACION
La alta inflación no es el complemento natural del rápido crecimiento. El argumento que contradice por completo las explicaciones del Gobierno pertenece, nada menos, que al Nobel en Economía de 2006, el norteamericano Edmund Phelps.
"En toda la historia no hay evidencia de una relación estrecha entre crecimiento rápido y alta inflación. No es correcto decir que la alta inflación es el complemento natural del rápido crecimiento", afirmó de manera enfática el reputado economista, en la entrevista con LA NACION.
Phelps, además, señaló que "una economía no puede funcionar bien con 30 por ciento de inflación anual". Cuando se le preguntó cuál sería el nivel aceptable para la Argentina, dijo: "Si pudieran dejarlo en el 10 por ciento anual, podrían darse por contentos".
"No hay ninguna razón para que un proceso de crecimiento sea acompañado por inflación y no ayuda que sea acompañado por eso", destacó. Y explicó que es engañosa la disyuntiva entre el aumento del PBI con mayor costo de vida y el estancamiento sin suba de los precios. "Es una falsa opción", afirmó.
Phelps llegó ayer a Buenos Aires para participar mañana en el II Congreso de Derecho y Economía de la Innovación y la Integración Social, que se realizará en la Facultad de Derecho de la UBA.
-Hay quien piensa aquí que el 20 por ciento de inflación anual, como tenemos, es aceptable porque es a causa del crecimiento.
-Si tuviera que elegir entre crecimiento más inflación y cero inflación con cero crecimiento, seguramente elegiría lo primero. Pero no hay que hacer esa elección; es una falsa opción. Se puede crecer sin inflación. Mire a Alemania entre 1955 y 1975: fueron muy responsables en manejar la política monetaria y la política fiscal, que fue austera, y no tuvieron inflación pese a un fenomenal y rápido crecimiento.
En la historia, yo no creo que haya evidencia de una estrecha relación entre crecimiento rápido e inflación. No; no es correcto decir que alta inflación sea un complemento natural del rápido crecimiento. A no ser que usted llame "crecimiento" a la tasa a la que un país se recupera de una caída. Si los intereses fueran muy bajos y la tasa de recuperación muy alta, podría haber inflación. Pero ese es un caso muy especial; no es el fenómeno general.
-Eso sería "recalentamiento".
-Sí; yo creo que de lo que hablamos es de qué pasaría si la Argentina tuviera una década exitosa, con alta inversión, algunas invenciones e innovaciones, expansión de los mercados de exportación. No hay ninguna razón para que eso sea acompañado por inflación. Y no ayuda que sea acompañado por inflación, que hace que la economía no pueda funcionar bien.
Alternativas al ajuste
-Algunos dicen que para detener la suba de precios habría que hacer ajustes recesivos.
-No es la única manera. Hay muchas estrategias. Una puede ser una política monetaria más restrictiva. Tasas de interés más altas; desafortunadamente, eso reduce la inversión y el aumento de la productividad. Se pueden considerar reformas impositivas, que provean más recaudación sin reducir incentivos. Hay muchas maneras de reducir la excesiva inflación. Pero sí hay que estar preparado para que la senda del empleo sea afectada por las medidas.
-¿Y cuál es el límite?
-Yo no creo que una economía pueda funcionar bien con 30% de inflación anual; es demasiado. Debería ser solucionado.
-¿Cuánto es lo razonable: 10, 15, 20 por ciento?
-Creo que si pueden dejarlo en 10%, pueden darse por satisfechos. Un 30% es demasiado destructivo; interfiere mucho en las decisiones de negocios y la gente comete errores de cálculo.
-¿Cómo está la economía global tras la crisis?
-Asia está bien y progresando nuevamente. La producción comenzó a recuperarse en los Estados Unidos. Europa muestra signos de recuperación, aunque no tan fuertes como los de los Estados Unidos. Así que, lentamente, el mundo está dando vuelta la página y comenzando una lenta recuperación. Sé que mucha gente es muy escéptica sobre esta recuperación, sobre cuán robusta será y si habrá retrocesos o brotes inflacionarios.
-Pero usted es optimista.
-Soy optimista en cuanto a una limitada recuperación. Me temo que hay una idea tremendamente ingenua en la población en general. Mucha gente piensa que la recuperación significa que volveremos a estar como en 2006. Y eso es absurdo, porque 2004, 2005 y 2006 fueron años de anormales niveles de empleo, especialmente en la construcción en los Estados Unidos.
-¿Cuál es la perspectiva para las economías emergentes?
-Creo que el consumo de alimentos va a seguir creciendo, al igual que el de energía, y que la Argentina se va a beneficiar con el rápido crecimiento en China, India y tal vez en Brasil también. En cuanto a las perspectivas, las comerciales se están recuperando muy bien. Creo que el país debería orientarse a las actividades de inversión, que dependen de la innovación. Creo que es necesario para una economía saludable que haya innovaciones "indígenas", compañías nuevas, que no son del establishment , comprometidas en conseguir nuevos modos de hacer las cosas, nuevos productos para ofrecer en el mercado.
Jorge Oviedo, LA NACION
La alta inflación no es el complemento natural del rápido crecimiento. El argumento que contradice por completo las explicaciones del Gobierno pertenece, nada menos, que al Nobel en Economía de 2006, el norteamericano Edmund Phelps.
"En toda la historia no hay evidencia de una relación estrecha entre crecimiento rápido y alta inflación. No es correcto decir que la alta inflación es el complemento natural del rápido crecimiento", afirmó de manera enfática el reputado economista, en la entrevista con LA NACION.
Phelps, además, señaló que "una economía no puede funcionar bien con 30 por ciento de inflación anual". Cuando se le preguntó cuál sería el nivel aceptable para la Argentina, dijo: "Si pudieran dejarlo en el 10 por ciento anual, podrían darse por contentos".
"No hay ninguna razón para que un proceso de crecimiento sea acompañado por inflación y no ayuda que sea acompañado por eso", destacó. Y explicó que es engañosa la disyuntiva entre el aumento del PBI con mayor costo de vida y el estancamiento sin suba de los precios. "Es una falsa opción", afirmó.
Phelps llegó ayer a Buenos Aires para participar mañana en el II Congreso de Derecho y Economía de la Innovación y la Integración Social, que se realizará en la Facultad de Derecho de la UBA.
-Hay quien piensa aquí que el 20 por ciento de inflación anual, como tenemos, es aceptable porque es a causa del crecimiento.
-Si tuviera que elegir entre crecimiento más inflación y cero inflación con cero crecimiento, seguramente elegiría lo primero. Pero no hay que hacer esa elección; es una falsa opción. Se puede crecer sin inflación. Mire a Alemania entre 1955 y 1975: fueron muy responsables en manejar la política monetaria y la política fiscal, que fue austera, y no tuvieron inflación pese a un fenomenal y rápido crecimiento.
En la historia, yo no creo que haya evidencia de una estrecha relación entre crecimiento rápido e inflación. No; no es correcto decir que alta inflación sea un complemento natural del rápido crecimiento. A no ser que usted llame "crecimiento" a la tasa a la que un país se recupera de una caída. Si los intereses fueran muy bajos y la tasa de recuperación muy alta, podría haber inflación. Pero ese es un caso muy especial; no es el fenómeno general.
-Eso sería "recalentamiento".
-Sí; yo creo que de lo que hablamos es de qué pasaría si la Argentina tuviera una década exitosa, con alta inversión, algunas invenciones e innovaciones, expansión de los mercados de exportación. No hay ninguna razón para que eso sea acompañado por inflación. Y no ayuda que sea acompañado por inflación, que hace que la economía no pueda funcionar bien.
Alternativas al ajuste
-Algunos dicen que para detener la suba de precios habría que hacer ajustes recesivos.
-No es la única manera. Hay muchas estrategias. Una puede ser una política monetaria más restrictiva. Tasas de interés más altas; desafortunadamente, eso reduce la inversión y el aumento de la productividad. Se pueden considerar reformas impositivas, que provean más recaudación sin reducir incentivos. Hay muchas maneras de reducir la excesiva inflación. Pero sí hay que estar preparado para que la senda del empleo sea afectada por las medidas.
-¿Y cuál es el límite?
-Yo no creo que una economía pueda funcionar bien con 30% de inflación anual; es demasiado. Debería ser solucionado.
-¿Cuánto es lo razonable: 10, 15, 20 por ciento?
-Creo que si pueden dejarlo en 10%, pueden darse por satisfechos. Un 30% es demasiado destructivo; interfiere mucho en las decisiones de negocios y la gente comete errores de cálculo.
-¿Cómo está la economía global tras la crisis?
-Asia está bien y progresando nuevamente. La producción comenzó a recuperarse en los Estados Unidos. Europa muestra signos de recuperación, aunque no tan fuertes como los de los Estados Unidos. Así que, lentamente, el mundo está dando vuelta la página y comenzando una lenta recuperación. Sé que mucha gente es muy escéptica sobre esta recuperación, sobre cuán robusta será y si habrá retrocesos o brotes inflacionarios.
-Pero usted es optimista.
-Soy optimista en cuanto a una limitada recuperación. Me temo que hay una idea tremendamente ingenua en la población en general. Mucha gente piensa que la recuperación significa que volveremos a estar como en 2006. Y eso es absurdo, porque 2004, 2005 y 2006 fueron años de anormales niveles de empleo, especialmente en la construcción en los Estados Unidos.
-¿Cuál es la perspectiva para las economías emergentes?
-Creo que el consumo de alimentos va a seguir creciendo, al igual que el de energía, y que la Argentina se va a beneficiar con el rápido crecimiento en China, India y tal vez en Brasil también. En cuanto a las perspectivas, las comerciales se están recuperando muy bien. Creo que el país debería orientarse a las actividades de inversión, que dependen de la innovación. Creo que es necesario para una economía saludable que haya innovaciones "indígenas", compañías nuevas, que no son del establishment , comprometidas en conseguir nuevos modos de hacer las cosas, nuevos productos para ofrecer en el mercado.