Copa Libertadores: Vélez empató en Chile
Un zurdazo agónico del uruguayo le dio a Vélez un corajudo empate 1-1 en Santiago: perdía con Colo Colo por un doble error defensivo y hasta se quedó con diez (Zapata vio la roja), pero jamás se entregó. Y sigue como líder del Grupo 7.
Santiago, Olé
Ese mal pase hacia atrás de Gastón Díaz y esa floja estirada de Seba Domínguez que le dejó corta la pelota a Montoya y permitió a Esteban Paredes interceptarla, eludir al arquero y definir tranquilo, era demasiado castigo para Vélez. No merecía irse derrotado. Pero los merecimientos, se sabe, en el fútbol son caprichosos.
Fue un partido con aroma a partidazo. Llegadas de ambos equipos, mucha verticalidad, buen juego y llegadas. Un gol mal anulado a Santiago Silva (no hubo mano), en el primer tiempo, pudo haber cambiado la historia. O, al menos, plantearla en otros términos.
Pero en la mala, apareció el corazón, el coraje, la fibra. Porque para colmo, tras el 0-1, Víctor Zapata fue expulsado (vio la segunda amarilla por protestar). Y el elenco de Gareca la tuvo que remar con diez. No se dio por vencido y generó llegadas, con remates de Somoza o encares de Moralez. Hasta con la muy buena participación del Burrito Martínez cuando ingresó. Iban 48 minutos del segundo tiempo. Martínez desbordó, la bocha le quedó al uruguayo y sacó un zurdazo imposible, a la ratonera. Y lo que era derrota y punta compartida se transformó en liderazgo en soledad para los de Liniers en el Grupo 7.
Vélez tenía planeado partir rumbo a Chile luego del almuerzo, pero Gareca, teniendo en cuenta que contaba con un chárter, optó por salir a las 18, a fin de estar lo menos posible en un país que hace dos semanas sufrió un terremoto de 8,8 grados en la escala de Ritcher, y que durante los últimos días padeció réplicas de 4 a 5 puntos: el sábado, por ejemplo, hubo una de 5.7. De hecho, Colo Colo no jugó su partido del fin de semana, ante Everton, debido a los recientes movimientos del suelo trasandino. Y otro dato es que, el domingo, Chile padeció el mayor apagón en décadas: lo sufrió el 90% de la población. En cuanto terminó el encuentro, el plantel regresó en un chárter.
Santiago, Olé
Ese mal pase hacia atrás de Gastón Díaz y esa floja estirada de Seba Domínguez que le dejó corta la pelota a Montoya y permitió a Esteban Paredes interceptarla, eludir al arquero y definir tranquilo, era demasiado castigo para Vélez. No merecía irse derrotado. Pero los merecimientos, se sabe, en el fútbol son caprichosos.
Fue un partido con aroma a partidazo. Llegadas de ambos equipos, mucha verticalidad, buen juego y llegadas. Un gol mal anulado a Santiago Silva (no hubo mano), en el primer tiempo, pudo haber cambiado la historia. O, al menos, plantearla en otros términos.
Pero en la mala, apareció el corazón, el coraje, la fibra. Porque para colmo, tras el 0-1, Víctor Zapata fue expulsado (vio la segunda amarilla por protestar). Y el elenco de Gareca la tuvo que remar con diez. No se dio por vencido y generó llegadas, con remates de Somoza o encares de Moralez. Hasta con la muy buena participación del Burrito Martínez cuando ingresó. Iban 48 minutos del segundo tiempo. Martínez desbordó, la bocha le quedó al uruguayo y sacó un zurdazo imposible, a la ratonera. Y lo que era derrota y punta compartida se transformó en liderazgo en soledad para los de Liniers en el Grupo 7.
Vélez tenía planeado partir rumbo a Chile luego del almuerzo, pero Gareca, teniendo en cuenta que contaba con un chárter, optó por salir a las 18, a fin de estar lo menos posible en un país que hace dos semanas sufrió un terremoto de 8,8 grados en la escala de Ritcher, y que durante los últimos días padeció réplicas de 4 a 5 puntos: el sábado, por ejemplo, hubo una de 5.7. De hecho, Colo Colo no jugó su partido del fin de semana, ante Everton, debido a los recientes movimientos del suelo trasandino. Y otro dato es que, el domingo, Chile padeció el mayor apagón en décadas: lo sufrió el 90% de la población. En cuanto terminó el encuentro, el plantel regresó en un chárter.